🌈capitulo 10🌩

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Pasó una semana y me muero del aburrimiento, no me deja ver a mis padres, no sé por que razón, tampoco me deja salir y no sé por que razón; aparte de que me quito mis juguetes y No Sé Por Qué Jodida Razón, quisiera maldecir o decirle palabrotas a sus espaldas pero mi moral me impide decir cosas feas a las personas y bueno les he mentido sí sé la razón de todo este encarcelamiento hacia mi persona ¿recuerdan cuando le dije que yo, este angelito de Dios, le iba a joder la vida? Pues qué creen, se lo creyó enserio (aunque era enserio) él lo exageró todo y yo que solo iba a jugarle unas bromitas inofensivas... O mejor dicho voy.
En fin ya me harte de hablar con las paredes y hoy voy ha hacer algo; me duché, cepille mis dientes y mi cabello e hice mis necesidades y estoy lista para el desayuno; pan tostado con mermelada de cereza pero yo pedí que lo cambiaran por una ensalada, luego de desayunar en mi habitación  me decidí a salir por la ventana (no me dolio tanto la caida) y luego entrar de nuevo por la puerta principal, subir las escaleras y encerrarme en la oficina de Ellis, pero al darme vuelta...
—¿Quién rayitos eres? — pregunté al chico desconocido que estaba en la silla de Ellis.
—El beta Marcos, Ellis no está y tú no deberías estar aquí — dijo enojado el tal marcos.
—No me iré.
—¿Vamos a repetir esto? ¿Quieres un sedante de nuevo?
—No pueden ir por ahí sedando personas cada vez que quieran, a este paso me volverán adicta a esa cosa — dije indignada y molesta.
—Te hice una pregunta así que tú decides esta vez — respondió con indiferencia.
—Me voy en paz — levante las manos de forma dramática y salí de la estúpida oficina caminando hasta "mi habitación"
Los dos guardias se sorprendieron, pero yo solo ignore sus caras y entre a la habitación.
¿Que hacer para pasar el rato?
¡Ejercicios! calentamiento para mejorar mi flexibilidad, y leer un libro, sí señor eso haré.

🌈🌈🌈

Cuando iba leyendo mi parte favorita de orgullo y prejuicio alguien toco mi puerta.
—¿Puedo pasar?— era Ellis pero estaba enojada con él, ni loca lo dejo pasar.
—No, estoy desnuda — mentí, él no insistió y yo seguí leyendo.
¡Ah le pidió matrimonio! ¡Aw!
¡No lo juzgues así mujer de Dios, deja tus prejuicios!
¡Pobre señor Darcy!
¡Tu madre sabe esta elizabeth y se muere de los nervios!
—¿Ya estas vestida?
¡Joder no se había largado!
—Estoy desnuda.
—Pero lo estabas hace 20 minutos.
—¡Sí y lo estaré toda una eternidad solo para que no entres aquí! —grité enojada.
La puerta se abrió y Ellis entró con los brazos cruzados, yo lo mire luego rodé los ojos y volví a leer mi libro.
—¿Que te pasa? ¿Porque sales por la ventana como una desquiciada? Estas en una segunda planta ¡Por Dios!
Esto era el colmo, cerré el libro, me pare de la cama y lo mire de forma amenazante.
—¿Que me pasa a mí? No sé por que crees que puedes encerrarme aquí, quitarme mis cosas y no dejarme ver a mis padres, tú no tienes ningún poder sobre mí y no tienes ningún derecho a drogarme cada vez que se te venga en gana como el ¡arg! — comencé a dar vuelta en la habitación con las manos en la cabeza; me duele la cabeza, no he dormido en toda la semana, no puedo dormir sin mi cosas.
—¿A qué quieres llegar con todo esto?— pregunté con voz quebrada al borde del las lágrimas.
Confesión: Soy algo sensible.
—No me rechazaste y no me puedo dar el lujo de que te vayas, estamos conectados.
—Te lo dije no tengo intenciones de irme y si tanto quieres que te rechace porque no lo haces tú —dije sentándome en la cama.
—Eso no te incumbe.
—No me iré pero tengo condiciones, si me voy a quedar en tu manada es necesario que liberes a mis padres y a todos los que te llevaste con ellos, quiero mis cosas, TODAS y quiero libertad no necesito tus guardias, yo sé cuidarme sola.
—Eres muy predecible —suspiró — todas tus pertenencias están aquí, las busque en la tarde y liberé a todos también, incluso tu madre fue quién empaco todo, en cuanto a tu libertad, tienes que avisar cada vez que salgas de la manada.
Luego de eso salió de la habitación y me dejo con la palabra en la boca.
—Gracias. Susurré a la nada.

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Él pensó: Unicornios ¿enserio? Tiene como quince peluches de unicornio y un oso más grande que ella. ¡está loca esa mujer!

Como el yin yangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora