Capítulo 7

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-¿Qué mierda te pasa mocosa? - dijo la joven, a la que acababa de romperle el vestido.

-Solo fue sin querer, juro...

Todos los ojos estaban en nosotras dos y yo odio ser el centro de atención.

-Cállate, no sirves para nada maldita per...

-¿Estás loca? ¿Cómo te atreves si quiera a hablarle así? ¡Sal de aquí enseguida! - esa voz no dejo que ella terminara su frase, siéndoles sinceros, hasta a mí me dio miedo.

La mujer solo me miró mal y salió de ahí más roja que la nariz del reno de Santa.

Y yo solo pude voltear a ver a mi salvadador cuando este se disculpo por el comportamiento de la que segun especifico claramente era una amiga.

Y si, mi salvador fue el mismo que intento asesinarme, así que no piense el que por el favor de ahora, perdonare lo de antes.

Mi hermano no podía contener la risa y mis padres solo lo miraban mal, por un momento quise dar las gracias, pero ignore mi educación y quede en completo silencio, hasta que mamá me miró como diciendo "¿A qué esperas hija del mal?" Y termine murmurando un gracias por lo bajo, aunque se perfectamente que el señor me escucho.

¿No era muy joven para tener negocios con mis padres?

-Perdonen a mi mano derecha Dalphine, aveces... bebe mucho alcohol, pero es eficiente. De verdad me disculpo con usted señorita...

Me quedé callada, no quería decirle mi nombre, pero si tal vez se disculpara por casi atropellarme, podría pensarlo...

-Disculpe a mi hija, es un poco tímida, si, tímida. Pero bueno, ella es Star y el es su mellizo, Samuel. Ustedes, el es nuestro jefe Wesley Girardon. - Papi, tendremos una conversación pendiente, el tema será no decir mi nombre sin mi consentimiento.

- ¿Star? ¿Como estrella? - dijo el señor confundido, no mamon, como luna.

-Si, si, y yo Samuel, como Samuel. -dijo mi hermano, susurrando lo último muy bajo. Es que es un pendejo en toda la regla, y yo como mas pendeja que el, no pude contener la risa que brotó de mi.

Mis padres solo nos miraban mal, y estoy segura que se estaban diciendo entre sí las miles de formas de matarnos, pensando que hicieron en la vida pasada para tenernos como hijos y las miles de veces que ya lo habíamos hecho sentir nada orgullosos.

  Todos nos sentamos en la gran mesa que estaba en medio del inmenso comedor, contaba con alrededor de 26 sillas y si me lo preguntan me parecía hasta escalofriante.

  Ellos comenzaron a charlar sobre el proyecto y yo solo intentaba no quedarme dormida en plena cena, esto se esta tornado realmente aburrido y vamos, mi vida no es aburrida.

  Mire a mi izquierda, donde Samuel se sacaba un moco y lo pegaba debajo de la mesa en un rapido movimiento creyendo que nadie lo veía, bueno hermanito, te he atrapado con las manos en la masa.

   Y por cierto, eso es asqueroso, no se cuando ese niño pretende madurar. Ya es tiempo Samu, ya es tiempo.

-¿Qué les parece su nueva casa? - pregunto de repente el rubio de grandes ojos azules, la verdad había que admitirla, si estaba hasta para comérselo sin nada.

-Es una casa preciosa, muchísimas gracias por sus atenciones. - hable por ¿cuarta vez en la noche? Bueno, tuve que responder yo, ya que los penetrantes zafiros no se habían despegado de mi en todo el rato, y aunque encontraba la situación bastante incomoda, tampoco era como que pasaría por más maleducada y le diría algo al respecto.

  Le decía algo y mi mamá me lanzaba de una esos zapatos con tacón de diez centímetros, y créanme, duele bastante. Se los afirma Samuel que cada novia que tiene por alguna razón u otra siempre terminan lanzándoselos, por ende algún zapato es pintado en su rostro.

  A mi parecer, es gracioso porque no era a mi persona, pero ahora tengo un tanto grado de miedo con mi madre también mirándome, es como si esperara a que metiera la pata, para lanzarlo, incluso creo que hasta lo tiene en una mano.

-Es una alegría saber que les ha gustado, quiero que se sientan lo más a gusto posible. Incluso si al final les gusta este lugar, podría dejársela.

-Muchas gracias señor, pero extraño los miles de amigos que tenia en mi antiguo hogar. - mentirosa.

-No seas mentirosa enana, si siempre vivías hablando con las sillas vacías porque no tenias amigos que las ocuparán.- maldito infeliz.

-Ja Ja, que buen chiste, no le valla a creer, es que suele ser muy bromista. ¿verdad que eres bromista hermanito? - dije poniendo mi mejor sonrisa, mientras mi mano izquierda estaba cortándole la circulación de un muslo.

-Si, mi hermana era la más antipa... digo popular de su escuela, debió verla en sus tiempos. - dijo soltando el aire en el momento en que le solté y ambos sonreímos al mismo tiempo.

  Creo que eso debió de ser escalofriante. Los 3 presentes con algunas más neuronas que nosotros dejaron de ponernos atención para seguir con su conversación, pero notaba como cada dos por tres el anfitrión de la velada clavaba sus grandes ojos en mi.

   Otra cosa escalofriante que agregar a la lista.

-Auch. - dijo mamá bajito, mirándonos mal.

-Lo siento ma. - dijo Samu, al parecer quería darme una patada a mi, pero si estoy a su lado. Dios, fue que acaso nos dejaron caer de pequeños.

-Estoy aburrida Samu.

-Yo también enana, te lo iba a decir, pero contando la suerte con la que nací, falle.

Yo solo resople y mire el reloj encima de la gran puerta, que marcaba las 9:30. Estaba todo bien, incluso ya me estaba entreteniendo jugando plantas vs zombies, hasta que algo me entretuvo mucho más.

   Alguien nuevo había llegado a la sala. Y se había abalanzado sobre alguien, y ese alguien era mi hermano, el cual hasta ahora no sabia que conocía a la persona, ni mucho menos porque esta le abrazaba como si lo conociese de toda la vida.

  Pero lo que más me preocupo, fue el gruñido que soltó el oji-azul que no dejaba de verme, cuando la persona, la cual su nombre desconocía, susurro aquellas palabras en el oído de mi hermano, que estaba más asustado que Georgie, cuando el payaso psicópata lo deja sin brazo.

-Eres mío.

Ya se, ya se, 5 meses sin publicar, sorry si el capitulo no era lo que esperaban.

Razones por las que no publique.

-Falta de inspiración.
-Robaron mi compu.
-Cambie de teléfono y odio el teclado.
-Mis padres se separaron.
-La universidad.


 

La última profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora