Capítulo 6

445 41 14
                                    



    El gran día había llegado.

    Ok ya, exageración por mil, simplemente hoy era la supuesta cena con el nuevo jefe de mis padres y no entiendo porque yo tengo que asistir, lo más probable es que termine incendiando la mesa con las velas.

  Ya pasó.

   Según mamá, era importante así que debía vestirme representable, cosa absurda, ¿era yo la que iba a trabajar para el? Pues claro que no, prefería vestir un simple jeans y una blusa cualquiera, pero como mi madre, es mi madre, arriba de mi cama había un precioso vestido negro.

   Era por las rodillas y no se dar buenas descripciones de las cosas, así que quedemos en que era medio largo, medio corto y bonito. Pues bien, adivinen qué, por lo menos se caminar con tacones, pero como siempre me ando callendo, incluso hasta descalza, imagínense con tacones, ojalá y mañana no aparezca muer...

    "En otras noticias, joven muere desnucada, porque decía, no saber manejar bien el control de sus pies." *Inserten voz de locutor*

  Pero bueno, tengo que bañarme porque ya voy tarde.

   Me mire en el espejo y pensé que yo, en este momento, era la perfección andante. Ya se, mátenme. Pero de verdad me veía bonita.

-¿Quién eres y qué has hecho con mi melliza? - me espante por el estruendo de la puerta, y ahí estaba el, todo perfecto en smokin y con una escoba en la mano.

-¿Por qué la escoba? - dije mientras pintaba mis labios de un color piel mate y lo miraba entre asustada y divertida a travez del espejo.

-¿Vengo a salvar a mi hermana? - dijo bajando la escoba e inspeccionandome de pies a cabeza.

-Que yo sepa, mi cerebro no contiene las suficientes neuronas para un marciano querer comerlo. - Bueno, tampoco así, vale.

-Vale, vale. Estás guapísima. Es posible que no te suelte ni un segundo en esa cena. - dijo tomando mi rímel y aplicándolo en sus pestañas.

-¿Qué haces? ¿Seguro que no eres gay? - dije evitando soltar una carcajada, si lo hacía, posiblemente papá y mamá estuvieran aquí, y esto sería el chiste de la noche; pensándolo bien, no es mala idea.

-Por supuesto que claro que no. Tú sabes que no, solo me gusta que mis pestañas se vean más oscuras y espesas. - dijo aleteando sus pestañas como si fuesen alas de mariposa y mátenme si no pareció gay cuando hizo eso.

-Si claro. - cuando salí de mi habitación, papá ya me esperaba con el abrigo que mamá había elegido en su mano. Yo solo suelo tener de mi hermano.

-¿Qué es esto? ¿A dónde crees que vas así? ¡Samantha, se cancela la cena! - dijo mi papi, lanzando el abrigo a no sé dónde y yo solo, pues estaba parada como idiota.

-¿Y a ti qué te pasa pedazo de bobo? - dijo mamá bajando las escaleras también.

-Lo ves, ahora con más gusto canceló la dichosa cena. - el simple echo de que estuviera comiendo palitos de queso, ya hacía la situación de por sí, absurda.

-Es que ese vestido hace ver a mi estrellita muy sexy y hermosa, y tú, ya contigo no puedo hacer nada, no vamos. - dijo dándose la vuelta, pero mamá lo frenó.

-Santiago, hazme el favor de prender el auto, se nos hace tarde.

-Pero...

La última profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora