Capítulo 14

8 1 0
                                    

Narrado por Anna

Muchos pensarán -si es que lo supieran- que matar personas y seguir como si nada, puede ser signo o síntoma de inhumanidad, pero no, quitarle la vida a toda esa gente que culpa no poseían de mi situación, es algo que me lastima y me atormenta, pero no puedo detenerme por eso, me da miedo.
No puedo entregarme, ni siquiera recuerdo con claridad sus rostros con claridad, aveces me acuerdo, otras no. Aveces recuerdo sus rostros como simples borrones y puedo revivir en mi memoria todo aquello que les hice, no puedo creer que ella pueda ser tan grotesca, muchas son las veces en las que me conecto con ella, osea que soy consciente de los que hago y lo que pasa, pero simplemente no puedo parar, es como una dosis de adrenalina a la que no me puedo resistir. Ya que obviamente mi vida diaria no es así.
Pero en otras ocasiones simplemente no soy consciente de nada, es con si estuviera dormida en un rincón de mi mente y al despertar no consigo tener la cabeza en orden.

Tal vez sólo me quede esperar a que pase, que con ayuda de Caroline todo se vaya, que se borre.

........

Aún no llega, pero debo admitir que no quedamos quedamos en una hora específica, no quiero estar sola aquí, siempre es lo mismo y ya estoy cansada de esto, necesito alguna actividad por las tardes, enserio me urgen.

Ese hombre me da náuseas, de las buenas, y no me gustan, sé a lo que lleva todo esto, “me gustas", “te gusto" y bla, bla, bla, y no está bien. Él también podría correr peligro y eso es lo último que quiero, no quiero que alguien conocido pueda correr algún riesgo por algo que yo les pueda causar.

Estoy inmersa en mis pensamientos cuando el timbre suena de repente y me saca de mi ensimismamiento.

Ni siquiera reparo en mi aspecto es algo que me tiene sin cuidado y él no va a llegar hasta quien sabe cuando. Al abrir la puerta vaya la sorpresa, es Drake.

«Carajo, genial, enserio genial»

Mis ojos se abren de sobremanera al verlo, ¡Dios!, está para comérselo y yo parezco pordiosera. Mierda y más mierda.

-Hola- entra y me repasa con la mirada, siento las mejillas calientes- vaya a dónde tan elegante.

-Ja, Ja- imbécil- a tomar una copa con el Presidente por supuesto, deberías venir, un acompañante nunca está de más- respondo sarcástica.

-Sí, sí bueno pequeña sarcástica continuemos con esto- y sin decir palabra sube a mi habitación.
Cierro y lo sigo.

-Hey hombre, no vicios en mi cuarto- le digo en cuanto está a punto de encender un cigarrillo, ¡Diablos no puedo caer otra vez!, bastante me costó dejarlo hace apenas unos meses, tuve que parar cuando me di cuenta de que se estaba volviendo una necesidad, en vez de algo que se consume de vez en cuando.- Y lo digo enserio, guarda eso.- mi meta de consumo es hasta el próximo año.

-Bien, siempre me queda otro- voltea, me mira y me sonríe.
Y yo como siempre, no entendí.

-Lo que adelanté está en esa memoria.

-¿Cuál?

-Ay no sé, tal vez en la única que está en la mesa, pero no me creas, no estoy segura.

-Oye ya entendí.... Mujeres.

.....
Han pasado cuatro horas, cuatro malditas horas y sólo hemos avanzado ocho hojas y todo por este...este cavernícola. “Tengo que ir al baño", “Disculpe dama, me ha llegado un mensaje", “Tengo hambre, hambre ¡hambre!”,“Te voy a contar un chiste”, “Te voy a contar otro chiste”.
¿Cómo una persona puede ser tan irritante y graciosa al mismo tiempo?.

PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora