Ian
El día de hoy, le dije a Ylliana que en caso de que pueda ir a su casa, estaría allí sin falta, claro si es que podía, aunque conociéndome haría todo lo posible por estar cerca de ella. De acuerdo, de acuerdo, lo admito, planifiqué madrugar para desocuparme temprano, tenía que hablar con el guardián de la puerta secreta hacia el mundo de Camelot, no es que no me conociera ni nada por el estilo, es solo que debía informarle que esta vez llevaría una persona un poco especial de este mundo, y que por lo tanto debía resguardar la entrada lo más discreto posible para que James Torres, no supiera que la Princesa estaba en camino.
Luego pasé por la herrería, que se encontraba en las líneas de este mundo y el otro para darle mantenimiento a mi espada y comprar una de peso ligero y buen material para entregarle a Yllia, yo no estaba de acuerdo con enseñarle a luchar, pero insistió en que podría estar en peligro y no saber qué hacer si no le enseñábamos, y es por eso que aunque no me guste la idea, prefiero darle algo que utilice para su seguridad si es que en algún momento llego a no estar junto a ella, bueno eso no es tan importante, debido a que siempre estaré a su lado.
Hacer todo lo que tenía planeado no demoro tanto, gracias a que madrugué, para cuando llegué me di cuenta de que había llovido, y eso fue raro, porque en esta estación del año no ocurre aquello, dejando de lado el hecho de que llovió o no, llegue a casa de Ylliana, toqué el timbre, pero nadie salió a recibir, eso era aún más raro, toqué de nuevo varias veces, y nadie abrió la puerta. Me preocupé de la situación, que me subí por el árbol cercano a la habitación de Ylliana rogando que esta estuviese abierta, y efectivamente lo estaba, me adentré al lugar, la Princesa no había por ningún lado del dormitorio, bajé a revisar la cocina, sala todo, pero nada... En eso me di cuenta de que la puerta de vidrio que daba al patio estaba abierta y corrí a ver si Ylliana estaba allí.
La vi recostada a la silla, pensé que estaba dormida, pero cuando me acerqué a ella, la vi totalmente empapada y el que no respondiera a mis llamados no significaba que estuviese durmiendo, sus labios estaban pálidos, su cabello al igual que su ropa estaban mojados, y su cuerpo estaba muy frío.
Desesperado la cargué entre mis brazos y la llevé a su habitación. Me asaltaron los nervios y me bloqueé no sabiendo qué hacer, me detuve un momento para respirar, y mi mente volvió en sí. Lo primero que debía hacer era quitarle la ropa mojada, pero el problema era ese, yo tenía que hacerlo, era eso o dejarla morir.
Me fui hasta su armario buscando algo para cambiarla, en el revuelo que hice encontré una bata, de esas que son como toallas para ir al baño, la agarré y tomando el suficiente valor le quité la ropa, y en mi mente solo estaba "Princesa, perdóname, es caso de vida o muerte" le puse la bata, la abrigué con todas las sabanas habidas y por haber, pero su cuerpo no entraba en calor, entonces recurrí a un método poco común. Me quité la camisa y concentré la energía de fuego, subiendo la temperatura de mi cuerpo.
Me acosté a lado de ella, la abracé haciendo que entrara en calor, después de unos minutos, sentí como volvía a una temperatura estable, dejando el frío atrás; no sé en qué momento sentí que sus manos me abrazaban, su respiración era normal, sus labios habían tomado color, y ya no estaba fría como cuando la encontré, ahora se encontraba entre mis brazos, la escuché decir un "No te vayas", pensé que había despertado, al contrario, solo estaba soñando, y sinceramente me dio ganas de reír por sus expresiones.
Le topé sus mejillas, sacando algunos cabellos húmedos de su rostro, la contemplé por un instante. Mis impulsos me traicionaron y mis dedos llegaron hasta sus labios, me hipnoticé en ellos, y me entraron una locas ganas de robarle un beso, me acerqué mucho a su rostro, pero me detuve a unos centímetros entrando en razón, yo no podía hacer eso, yo debía cuidarla, protegerla y enamorarse no estaba dentro de esos parámetros.
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Dos Mundos
RandomLa vida de Ylliana Beker, dará un giro inesperado al enterarse que es una princesa del Reino de Camelot. Ella deberá enfrentarse a la guerra que decidirá el futuro de todos, con ayuda de sus amigos tratara de detener al peligroso James Torres, quien...