💋N U E V E

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"Remember everyone is coping with their own scars

And just a little bit of time can get you so far

Healing and patience are lovers

Don't place the blame on your heart."


Después de unos minutos platicando con Ethan sobre la preparatoria la campana que indicaba el comienzo de clases sonó.

-¿Lista? - preguntó Ethan ofreciéndome su mano.

-No. - contesté pero aún así tomé su mano y lo seguí por los pasillos de Central High School en camino a precalculo, la primera clase del día. En nuestro camino a clase, Ethan trató de convencerme de que no tenía nada de que preocuparme y que Miller, el maestro de precalculo, era un buen maestro. Y dentro de poco tiempo estábamos parados frente a la puerta del salón de matemáticas.

Me estaba preparando a mi misma para mi siguiente ataque de ansiedad, pero jamás llegó. Justo cuando comencé a sentirme nerviosa sentí la mano de Ethan presionando la mía, asegurándome que todo iba a estar bien. Antes de poder pensarlo dos veces abrí la puerta del salón del clases y ambos entramos, aún sosteniendo manos. Nos sentamos juntos y entonces por fin examiné mi alrededor. Parecía ser una clase pequeña, aunque era posible que algunos estudiantes aún no llegarán a clase.

El maestro, quien nos había estado observando desde que habíamos entrado al salón comenzó a hablar.

-Buenos días. Bienvenidos. Espero que su verano haya sido muy bueno y que estén listos para clases de nuevo. - Continuó por explicar el reglamento de su clase y las expectativas que tenía de nosotros. También nos contó que el reglamento escolar había cambiado. Aparentemente algunos alumnos no iban a la escuela exactamente a aprender. Y también nos hablo un poco sobre él, haciendo énfasis en que era bastante olvidadizo y seguramente terminaría contándonos las mismas historias una y otra vez.

Al sonido de la campana salimos del salón de clases y Ethan me ayudó a encontrar mi casillero, para después irnos juntos a nuestra siguiente clase.

La siguiente parte del día pasó así. Ethan y yo caminábamos de la mano por los pasillos y hablábamos en clase, tratando de que nadie más nos escuchara. Me presentó a varios de sus amigos, la mayoría sus compañeros del equipo de fútbol americano. Parecía no tener muchas amigas, pero era obvio que bastantes chicas estabas interesadas en él, siempre tratando de hacer bromas y llamar su atención, y debo admitir que no fue la mejor sensación del mundo, y sabía que no tenía ningún derecho a sentirme celosa, Ethan y yo no eramos nada. No seríamos nada. Me había hecho una promesa que estaba dispuesta a cumplir.

Y finalmente era hora del almuerzo. Tomé una bandeja y elegí mi comida y después traté de encontrar un lugar para sentarme, lo cual me parecía aterrador, no quería sentare sola pero no conocía a casi nadie. Y entonces Ethan me tomó de la mano por la décima vez en el día y me llevo hasta la mesa en la que estaban sus amigos, quienes resultaron ser demasiado divertidos. Dos chicos del equipo no dejaban de discutir acerca de quien sería un mejor jugador de béisbol y la chica que estaba sentada a mi derecha, Leila, no paraba de hacer bromas acerca de eso. Y me dí cuenta de algo. A pesar de que estas personas no me conocían, me hacían sentir que pertenecía con ellos, con Ethan, con Conner quien no paraba de hacer bromas acerca de mi estatura y pelear con Kaylee, con Kaylee quien no paraba de contarme historias vergonzosas de Conner, con Miguel quien estaba tratando de coquetear conmigo pero simplemente se hacía ver cómo un tonto, y con Leila quien no paraba de decir cosas irrelevantes. No necesitaba más que unos minutos para saber que esas personas me agradaban, y que llegaríamos a ser muy buenos amigos.

-¿Vamos afuera? - me preguntó Ethan.

Asentí con la cabeza y salimos de la cafetería. Ethan me llevó hasta el campo de fútbol.

-¿Qué hacemos aquí? - pregunté. -¿No estamos rompiendo ninguna regla?

-Si, pero ¿a quién le importa? - dijo. - Quiero decir, no quiero meterte en problemas en tu primer día, pero quería que vinieras aquí conmigo. Si te meto en problemas me echaré la culpa. ¿Trato?

-No hay trato. - dije y de inmediato vi su sonrisa desaparecer. - Nos meteremos en problemas juntos. - dije y mientras me senté en el pasto y después Ethan hizo lo mismo, su sonrisa apareciendo de nuevo.

-Háblame de ti. - dijo Ethan. Una pregunta tan simple y a la vez tan complicada.

-Ya sabes lo más importante. - dije tratando de evadir su pregunta.

-En realidad no. Sé que te llamas Skyla, que acabas de terminar con tu novio, que te mudaste a vivir con tu papá y su novia, y que te gusta el helado. Pero ¿quien es Skyla?

-¿Quien soy? - dije alargando cada silaba en las palabras. - Soy Sky O'Brien. Tengo 16. Soy una jugadora de voleibol, y me gusta ver juegos de otros deportes. Me gusta el arte y quiero ser una ilustradora pero Mamá no está muy feliz con eso, pero a la mierda con lo que ella piensa ¿cierto? Tengo una obsesión con Spider-man. Podrías decir que soy una nerd total, pero ser nerd está bien. - dije y Ethan comenzó a reír. - Hace unos mese me mudé aquí y mi novio terminó conmigo no yo con él. Ah, y casi lo olvido. Me encanta el helado. Ahora cuéntame de ti.

-Soy Ethan Rivera. Tengo 17. Mi vida entera es el fútbol americano y espero ser mariscal de campo este año. No tengo ni la menor idea de que quiero hacer con mi vida después de la prepa. Tengo un hermano de 15. No me gusta leer, no sé que me pasa pero no puedo terminar los libros cuando los comienzo a leer. Terminé con mi novia el año pasado porque en realidad no nos gustábamos, ella simplemente estaba obsesionada. Y estoy feliz de haberlo hecho porque hace poco conocí a una nueva persona. Y una cosa más, ya que eres una artista... quiero que me dibujes como a tus chicas francesas. - en cuanto dijo eso, morí de la risa. Había algo acerca de Ethan que me ponía de buen humor.

-Con una condición. - dije, señalando la cadena que Ethan traía puesta. - Sólo puedes usar esto, Rose.

Cartas AnonimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora