Desciende por las cataratas; dile adiós a tu cuna.
(¡Miren, miren! Yace bajo las aguas, mas sigue respirando).
Atraviesa la barrera de los sueños; dile adiós a tu pasado.
(¡La jefa, debemos avisar a la jefa!).
Cruza raudo hacia el jardín de las and...
«Juro servirle en la abundancia y en la escasez, en la conquista y en la perdida; sostener mi valentía ante las fuerzas que carecen de ideal propio; dar mi vida en batalla si se amerita dicho sacrificio. Es mi devoción hacia usted, mi juramento, mi razón de existir. Mi propósito»,palabras que carecen de sentido, promesas que han perdido significado.
He roto el código de caballero.
La tierra gime por tu pérdida. ¡Demanda justicia! Sangre inocente recorre sus raíces, abrasadora cólera en sus entrañas, sedientas de venganza e irritación constante hacia la reencarnación de la hecatombe.
Soy yo... el preludio del apocalipsis.
El origen de la caída de mi reino.
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«¿Gustaría escoltarme al bosque, caballero?» preguntaste.
«Me niego a su propuesta, princesa» respondí.
«¡Vamos! Desecha las formalidades y rompamos las reglas, aunque sea tan solo por esta vez» insististe.
«No cederé ante sus encantos, princesa» sentencié.
«¿Encantos? ¿Qué no cederás? Tu rostro colorado dice lo contrario» mas no te diste por vencida. Me tomaste de la mano y nos fugamos del reino.
Aquella vez, tuviste el privilegio de experimentar un nuevo mundo, la particularidad de conceder el derecho a vivir...
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Un rayo de luz ilumina mi funesto corazón, atravesando la capa de carne que cubre mi alma, mi espíritu. Sin fuerzas, giro sobre mi propio cuerpo, empapando mis heridas, cayendo hacia el abismo.
«Lo... lo siento, princesa» mascullé, con mi último aliento.
