Capitulo 3.

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Capitulo 3

Leif y Derrick vivían en lo que Nicholas pensó era un buen lugar. Los edificios de apartamentos se veían en buen estado, había muchas tiendas y restaurantes, todos adornados con el tema navideño, y había un gran parque a unas manzanas de distancia.

Después de guardar su auto en el estacionamiento subterráneo en el edificio donde vivían, Leif llevo las bolsas de las compras mientras Nicholas volvía a sostener entre sus brazos a Derrick al subir al ascensor que los llevaría hasta el apartamento.

El apartamento en si no era muy grande, pero si le daba a Nicholas una sensación hogareña mientras observaba los muebles de madera oscura, las fotos familiares en las paredes, una pequeña chimenea en una esquina y un grupo de juguetes esparcidos alrededor. El apartamento tenía un concepto abierto, con solo una gran isla de granito para dividir la sala de estar la cocina llena de electrodomésticos de acero inoxidable, y con un pasillo a la derecha que llevaba a lo que Nicholas suponía eran las habitaciones.

Leif dejo las bolsas sobre el piso de madera cerca de la puerta y se quito su abrigo, sus guantes y su gorro, dejándolos en un pequeño armario a su derecha.

—Creo que es hora de que este bebé valla a la cama —comentó en voz baja mientras tomaba a Derrick en sus brazos—. Puedes ponerte cómodo, estás en tu casa.

Nicholas simplemente asintió mientras hacía lo mismo que Leif y se quitaba sus guantes y gorro. Aprovecho la oportunidad de que estaba solo y se miro en el espejo que había sobre el armario, observando por primera vez como su visita al mundo humano había cambiado su apariencia física.

Su cuerpo aun era menudo y delicado, sin mucha musculatura y de baja estatura, con su piel pálida debido al poco sol que tomaba en el Polo Norte y con sus rasgos finos y afilados. Su cabello negro estaba un poco más largo de lo que acostumbraba a llevarlo, casi le llegaba a los hombros, y sus ojos antes verde musgo ahora brillaban tanto como si fueran dos esmeraldas pulidas.

Él se veía diferente y al mismo tiempo igual, y aunque era extraño, simplemente se encogió de hombros, decidiendo que no había nada que pudiera hacer con respecto a eso por lo que simplemente tomaría las cosas como se las dieran.

Dejando sus cosas junto a las de Leif, Nicholas se adentro más en el apartamento, su curiosidad innata llevándolo inmediatamente hacia las fotos enmarcadas que estaban sobre un mueble en el que a demás también se acomodaba un televisor bastante modesto.

En la mayoría de las fotos se veía a un Leif un poco más joven sosteniendo un pequeño bulto envuelto en mantas azules que Nicholas sospechaba era Derrick. Había otras de Derrick en sus primeros años de vida, gateando, comiendo una papilla que sinceramente se veía asquerosa, y tomando un baño cubierto de espuma y rodeado de juguetes.

Pero había otras, estas eran la que intrigaban a Nicholas, en donde aparecían Derrick, Leif y una apuesta mujer de cabello castaño y ojos grises, sonriendo a la cámara y con sus brazos alrededor del otro. Se veían como una pequeña familia feliz y podía ver el amor en sus ojos.

Nicholas no entendió porque esa foto en particular envió un doloroso apretón a su corazón.

—Esa es la madre de Derrick.

Nicholas salto y dejo la foto donde estaba —ni siquiera se había dado cuenta de que la había tomado—, mientras se volteaba y enfrentaba a Leif, quien había vuelto silenciosamente a la habitación.

—Lo lamento, no pretendía husmear —dijo una vez que su corazón detuvo su loca carrera.

—Discúlpame tu a mí, no pretendía asustarte —dijo Leif mientras le regalaba otra de sus sonrisas, eta vez una de disculpa—. Y no estabas husmeando, si no quisiera que vieran las foto las hubiera quitado hace mucho tiempo.

Pasos de Elfo. #LGBTEspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora