Capítulo 3: Encuentro extraño

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El avión se veía imponente, me hacía estremecer el pensar en subir en el, aunque había viajado antes, por lo que asumo que no se trata de miedo, sino del hecho de saber que no volveré. O no en poco tiempo. Obligaba a mi cerebro a guardar muy bien el recuerdo de mi última vez en Los Ángeles, intentando por un largo tiempo no olvidar la sensación de familiaridad. La verdad creo que es infantil de mi parte tomarme una mudanza de esta forma, pero ni yo puedo explicarme lo que siento así que no voy a juzgarme tampoco.

─Va ser un viaje largo, espero poder descansar─. Dijo mi mamá mientras subía al avión delante de mi. Las caras de las personas que subían no tenían emoción, pude distinguir que la mayoría iba por lo que parecía trabajo, o quizás mi imaginación me hizo pensar que así era.

─No tenemos asientos juntos, Abby─. Me recordó mi mamá─. Yo estaré unos asientos detrás de ti, ¿está bien?

Mi mamá era agente de bienes raíces, y su jefe se había ofrecido a comprarle los boletos ya que ella por la misma razón del viaje no había tenido tiempo, y ese fue el resultado. Asientos alejados.

─Tranquila, estaré bien─. Le dije y finalmente ocupé mi lugar, estaba junto a la ventanilla y eso era bueno, aunque estaba deseando con todo mi corazón que mi viaje no se basara en una situación rara como las de las películas. En verdad esperaba tener un compañero normal.

Las personas con el pasar de los minutitos iban subiendo, al parecer había un tipo de problema a la subida y por eso se habían retrasado, era cómico porque en realidad no esperé que algo así sucediera y mi mamá se notaba preocupada, auque fue cuestión de segundos que tomara su almohada para el cuello y se pusiera esas cosas raras sobre los ojos, finalmente ella había caído en brazos de Morfeo.

─¡No voy a hacer todo lo que a él se le ocurra, y no es mi problema si mi padre lo hace, yo no soy él!─. La conversación por telefono del chico frente a mi asiento llegó hasta mis oidos, haciendome pensar que se la estaba pasando mal, su cara demostraba cansancio.

Sus ojos color hazel conectaron con los míos en un segundo, y al siguiente estaba sentado junto a mi, pidiendo disculpas.

─Lamento mucho esto, yo en realidad no tolero al señor Wolf.

Sus palabras salieron poniéndome en alerta, de pronto la situación de había puesto incómoda. Yo ni siquiera lo conozco a él y mucho menos al señor Wolf.

─No, yo... en realidad no es asunto mío, lamento haber dado la impresión de que husmeaba.

Mis palabras corrieron al salir de mis labios, no se había entendido muy bien y estaba avergonzada por lo de hace rato, quería simplemente callarme y que él se callara.

─Está bien, creo que sigo alterado─. Rió con simpleza, respirando después y poniéndose cómodo en su asiento─. Mi nombre es Patrik.

Su mano viajó desde su bolsillo hasta estar frente a mi, no asimilaba aún la situación y me parecía de lo más extraño que me podía pasar, quizás era una advertencia a la mudanza.

'O quizás sólo un chico que se está disculpando'─. Quizás, subconcinente, quizás.

─Tranquilo, yo soy Abby─. Tomé su mano en un apretón rápido.

─¿Hay algo más detrás de Abby?─. Su pregunta me confundió, luego todo cobró sentido.

─Oh, no─. Reí─. Abby, no Abigail, ni Magdalena, sólo Abby.

Sus facciones parecieron relajarse notablemente, y por un segundo sentí la satisfacción de alegrar a un desconocido estresado.

─¿Magdalena?─. Preguntó divertido.

OBSESSION (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora