Capitulo 26

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Sin importarse a sí misma, dejó atrás todos esos murmullos y se lanzó en la búsqueda de su princesa. Comenzó bajando directamente por donde el carruaje había hecho su aparatosa caída, tomándole algo de dificultad pero tiempo después pudo pisar tierra firme.

Ahí abajo había una pequeña playa de arena amarillenta a la orilla de un rio con fuertes corrientes. En la orilla el destrozo de algunos árboles y ramas rotas, sumándole el carruaje que era ya más que simples escombros de madera, esparcidos por unos metros por ahí

— ¡Akari Akari! — llamó desesperada esperando respuesta de la pelirroja con ansias d

Ella negaba lo que había ocurrido y todo lo mal que pudo haber sido ese accidente, lo negaba porque aunque el sentido común le dijera que nadie podría haber salido con vida en ese evento, había dentro de su pecho una sensación muy fuerte que le impulsaba a no rendirse ante el dolor y las lágrimas.

Solo había un destrozo, lo que antes era un carruaje ahora solo era un montón de madera destrozada, donde Chitose escarbaba con rapidez intentando encontrar a la pelirroja. Nada, nada había, solo sangre manchaba las tablas y otras que de un rio era arrastrada por la corriente.

Chitose comenzaba a desesperarse, mirando alrededor buscaba con la mirada el paradero de su princesa pero nada más que sangre era lo que podía encontrar. No era un buen escenario, destrozaba su corazón con cada gota roja que por ahí era esparcida.

— Akari Akari — lloraba ya la chica por su princesa desaparecida

Volvió a la pila de madera y como si hubiese olvidado algo o algo hubiera dejado pasar, revolvió una vez más los destrozos del carruaje impregnado sus manos con sangre. Tiembla al verlas y de ellas no queda duda que su princesa no está ahí, limpia con sus lágrimas que derrama y cae sobre sus manos ensangrentadas llevando su alma a la profundidad del dolor.

— Ella no está aquí — alguien dice

Chitose reacciona dirigiéndose hacia esa voz que instantáneamente reconoce, dejando surgir un grito ahogado que rápido se convierte en un rugido feroz. Se levanta del suelo limpiando sus lágrimas pues en ese momento su rostro cambia y de sus ojos se ve el fuego y el odio.

— Tú — Avanza hasta ella y no deja tiempo a que se defienda lanzando un puñetazo que la derribó en el acto — ¡¿Por qué?! — Le grito furiosa — ¡¿Por qué dejaste que esto ocurriera?!

La chica en el suelo le mira endureciendo su expresión — me culpas a mí de tu fracaso, ¿Quién te crees que eres?

— tu... me has mentido durante todos estos años — le dijo manteniéndose firme — tu... debías protegerla

— ¡y crees que no lo hice! — Expreso levantándose del suelo — trate de remediar lo que tu habías hecho y mira ¡mira lo que sucedió!

— mi mama... — Chitose retrocedió despacio y le dio la espalda — mi abuelita... mi princesa todas... ¡todas han muerto por tu culpa!

— ... — ella no respondió pero se mantuvo igual sin dejarse intimidar por Chitose

— Es cierto — Chitose interpreto el silencio de la chica provocando que su ira fuera en aumento — ¡tú mataste a mi abuelita! — Chitose arremetió contra ella pero fallo pues la chica la esquivó con facilidad, pero Chitose no se rendiría tan fácil — ¡jamás debí confiar en ti, jamás debí confiar en una amazona!

Chitose se mantuvo baja dejando que Ayano cayera la mirada sobre ella, la chica pobre quedaba sin fuerzas mientras una nueva ola de dolor se apoderaba de su corazón. Gime despacio tan quedo tratando de ahogar su llanto, pero el llanto parece ahogarla a ella

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