Capítulo 4

1.8K 71 12
                                    


...Y aparece Adam con el pelo mojado y una toalla que tapaba de la cintura para abajo dejando ver sus abdominales bien marcados y trabajados. Mis mejillas se vuelven un rojo tomate al verlo así. Parecía un chico modelo, con pelo despeinado y mojado, las gotas de agua que caían de su pelo hacia un trayecto pasando por su rostro y algunas afortunadas conseguían pasar por su cuerpo de dios y otras fallaban y caían al suelo. No paraba de mirar hacia esas tabletas de chocolate, dios esta buenísimo. Mi corazón no deja de latir como un loco apunto de salir de mi pecho. El me miraba con los ojos bien abiertos, veo que no se esperaba que fuera yo.

Yo: joder no tiene ropa o qué?.-tapo mi cara para no mirarle, y quedarme embobada de nuevo. 

Adam: mierda, pensé que no eras tu.-escucho sus pasos alejarse toda prisa. Cuando estaba segura que no estaba quite las manos de mi rostro, es tan guapo...pfff. Si debo admitir que estoy loca por él, pero debo olvidarme de él por que no vale la pena estar pensando en alguien que se pasa las noches en casas de chicas diferentes. Fumando y bebiendo hasta desmayarse. (Los rumores de la gente) 

Pero en que estas pensando.-me dije ami misma.

Me adentro en la casa, esperando que la Fatima aparezca pero nada, estaba ahí mirando a la nada cuando aparece Adam vestido con un short negro y una simple camisa que marcaba sus músculos.

Y aun así sigue estando bueno.

Yo: y la Fatima?.-pregunto.

Adam: ah, se fue a comprar algo al Mercadona.-me sorprendo al escuchar eso. La muy cabrona me ha dejado sola con su hermano. Cosa que mi madre temía y a pasado. Maldición

Yo: Y ¿?Cuándo vuelve?.-pregunto impaciente

Adam: se acaba de ir hace unos minutos.-camina hacia hacía la cocina y lo sigo.-quieres?.-me ofrece una bolsa de patatas.

Yo: Quieres hacerme gorda, eh.

Adam: no, para nada.-las cojo y camino hacia el salón. Estoy tan acostumbrada de venir a la casa de la Fatima que parecía mi casa, pero siempre que venia había alguien o la fatima o la khalti hasna (madre de fatima) y nunca hablaba con Adam.-déjame algo.-lo escucho decir desde la cocina.

Me siento en el sofá y no me doy cuenta hasta encontrar la bolsa vacía. No podía creer que me las había comido tan rápido y sin darme cuenta. 

Adam: Te las has zampado todas y no me has dejado ninguna.-intente no mostrarle mi cara, tenía la boca llena y estaba apunto de explotar a carcajadas. Siento sus dedos en mis costillas haciéndome cosquillas, mi debilidad, la bola de patatas que se había formado en mi boca sale disparada.

Adam; este es tu castigo.-reía como nunca, sentía que me iba a morir de risa.

Yo: Adam por fa para, te lo pido.-me costaba hablar por las cosquillas. Me encuentro con Adama pocos centímetros de mi, mi cara pasa de una sonrisa a una seria y nerviosa. Su respiración chocar contra mis labios, el olor a cigarro había desaparecido a hora era de menta cosa que deseaba que me besara. 

Pero que mierda estoy diciendo no, no puedo besarle.

Siento sus manos acariciar mi rostro, se acerca y junta nuestros labios en un beso suave y delicado, era la primera vez que besaba alguien. Mi corazón estaba apunto de salir de mi pecho, en mi estomago se monto una fiesta. Sentía como el mundo se detiene, mueve con delicadeza sus labios expertos sobre los míos. Se separa por falta del oxigeno, me observa siento un brillo en sus ojos.

Adama: que me estas haciendo, me has vuelto en un loco enamorado.-abro los ojos como platos al escucharlo.

Yo: no, no puedes enamorarte de mi.-intento alejarme, el arrepentimiento de besarle se hace presente en mí, fue algo bonito pero malo ala vez. 

Hola de nuevo, esperemos que disfrutéis de este capítulo. 


Mi Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora