<<Canción del prólogo: Don't Fall Asleep At The Helm__Sleeping With Sirens.>>
8 años atras.
No podía ver nada, estaba ciego totalmente de ojos así como ciego totalmente de alma.
Se escuchó un ''clic'' y alguien entró en la habitación. Se podían ver las sombras rondando. Lo tenían totalmente acorralado. El ultimo Angel de todos.
Arrodillado en el suelo y amordazado le habían forzado a mantener la cabeza gacha y las manos detrás de la espalda.
La voluntad de los angeles siempre había sido comparada con el acero, totalmente inquebrantable y cuando no obedecio sus captores le encadenaron las manos, el cuello y los pies a la pared.
Totalmente despejado de su voluntad, la fuerza y el poder que de antaño lo habían caracterizado, había sido secuestrado, como sus hermanos en el pasado, y el protocolo había sido el de siempre.
Todas las marcas que en su piel habían perdurado por siglos habían sido rasgadas, mutiladas y quemadas. Los mortales no podían poner sus manos llenas de pecado encima de un Angel.
-Lo tenemos. -Una voz había resonado en los profundos rincones.
Se escucharon más pasos alrededor y una segunda sombra entró en la habitación. Su imponente presencia podía sentirse hasta con los ojos vendados. Una mano removió con fuerza la venda que le cubria los ojos y la luz lo cegó unos segundos antes de haberlo visto.
Tenía el cabello de un color extraño, una mezcla de rubio y negro, sus ojos eran de un tono naranja y en ellos se reflejaban las llamas del infierno. Lo miraba a los ojos queriendo sacarle la verdad (una verdad que el jamás podría comprender) totalmente del cuerpo.
Todos los angeles le tenían temor, estaban seguros que de haber tenido alma ésta también le habría temido.
-¿Como los liberaste? -Preguntó- ¡¿Quien te ayudo a hacerlo?! -y en su voz había demasiada rabia, demasiadas ganas de venganza.
Y aún sabiendo que su vida dependía de ello no hablo en absoluto.
-¡DIME COMO! -y fue como si todos los demonios del mundo empezarán a gritar alrededor de ellos.
Los labios de aquel Angel permanecieron totalmente cerrados provocando que el Señor de las sombras pusiera su destino entre una daga y el. Se arrodilló junto a el y le obligó a verle a los ojos otra vez.
-Los haré caer uno por uno...-Susurro saboreando cada palabra- Los haré pedazos...-
La daga empezó a rozarle la piel- Se desangraran uno tras otro -La hoja cortante se deslizaba firmemente por su cuello, dibujando despacio una fina línea.
Y sin saber si quiera que los Angeles con su inmortal fuerza podrían sentir las patéticas emociones que los mortales sentían, el dolor invadió totalmente su ser.
-Se desvanecerán entre mis sombras, serán olvidados. -Continuó hablando como la muerte cerca de el.
La hoja del cuchillo resplandecía de rojo mientras se clavaba cada vez más bajo sus ojos. Su mano le sujeto con fiereza del cabello deteniéndolo de poder mirar hacia otro lado.
«Serán olvidados»
Respiró con dificultad, notando el sabor amargo de la sangre en su boca, la daga le cortaba la garganta sin detenerse, ni acobardarse provocando que algo muy dentro de el emergiera y llevara sus últimas palabras hasta la luz.
-Se alzaran una vez más, puedes matarlos a todos pero aún ya muertos te perseguirán, vendrán a devorarte, no serás dejado en paz. Acabarán contigo, jamás pararán de llegar. Emergerán de la tierra, bajarán del cielo, se alzaran de entre las cenizas del fuego y saldrán de las profundidades del mar. Y cuando menos lo creas...-Le susurro notando arder su odio -estarás muerto.
Y con eso el ultimo de los Angeles se desvanecio, muchas cosas pasaron por su cabeza y la felicidad de los recuerdos se desvaneció como la niebla ante el futuro al que jamás logró llegar, un futuro en el que sostenía la mano de ella hasta envejecer, uno en el que veía al niño del cabello plateado crecer, uno que en parte se vería amenazado si hablaba o no y que tenía esperanzas de seguir gracias al sacrificio de su silencio.
Finalmente la muerte lo miro a los ojos una última vez y el le dijo adiós a todo al sentir que aquel, El Señor de las Sombras, había clavado finalmente el cuchillo en su cuello donde la sangre empezó a correr tranquilamente por su pecho y pensó: «La sala está oscura. Un buen lugar para morir»
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The Forgotten.
Science FictionSangre, sombra, destino, muerte. Aquí todo el mundo esconde un secreto, nada es lo que parece ser, porque entre mas cerca te encuentres de saber la verdad estarás menos cerca de encontrarla. Almas, demonios, luz, oscuridad, seres retorcidos que se...