Capitulo IV

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Sigo luchando.

Tratando de abrir la puerta.

Pero es inútil.

Estoy encerrada. Sólo quisiera que alguien me escuchara, como para poder abrirme. Tengo tantas lágrimas en mis ojos que me cuesta ver. Sabannah sigue atormentándome con sus comentarios cada vez que yo trato de tranquilizarme.

-Emma!- escucho desde afuera del salón. No tardo mucho en darme cuenta de que es Luke quien está allí.

-Luke! Aquí!- digo con la poca fuerza que me queda, rogando que abra la maldita puerta de una vez por todas. "Wow. Creo que va a llover. Ese niño lindo te encontró. Nos vemos esta noche, Emma." Esa fue lo último que escuché de Sabannah.

La puerta se abrió y vi a Luke ahí parado, mirándome.

-Que sucedió, Emma?- me pregunta él para luego abrazarme y tratar de tranquilizarme.

-No tuve que meterme con ella, nunca. Soy una estúpida, Luke. Una total estúpida.- dije yo. La verdad me sentía así. No puedo creer que el misterio me ganara. Soy una estúpida. Estúpida por haber seguido con el misterio. Estúpida por creer que nada me pasaría. Estúpida por creer que podría socializar con Sabannah.

Luke solo me abrazó. La verdad, necesitaba un abrazo. Luke parece un chico bueno. El típico chico que consigue todo lo que quiere, pero nunca siendo un engreído. Él me salvó. Si él no me hubiera escuchado, Sabannah seguiría atormentándome como lo estaba haciendo.

-Tranquila, Emma. ¿Quieres contarme que pasó? - Me pregunta él, tratando de ser lo más delicado posible. Yo asentí con la cabeza. En verdad necesitaba decírselo a alguien, y puesto que Luke es el único con el que he hablado desde que llegue a la escuela, creo que es el único al que yo le quisiera contar algo así.- De acuerdo. Pero primero, salgamos de aquí.

-De acuerdo- dije yo ya calmándome por completo.- Gracias, Luke.

-No hay de qué, Emma.- dijo con una sonrisa.

Al verlo sonreír, sentí algo inexplicable en el estómago. No sabía qué era eso. Era un sentimiento nuevo para mí.

Al salir del salón, nos dirigimos a la cafetería. Que por cierto, estaba vacía puesto que todos estaban en clase.

Todos excepto Luke y yo.

Lo que me llamó la atención, fue que a nadie se le había ocurrido ir al salón de matemáticas. Donde Sabannah estuvo. Al pensar eso, sentí un escalofrío en mi espalda. Nadie había ido al salón. Nadie excepto yo.

-Luke?

-Sí, Emma?- preguntó él

-En que salón estaba yo hace minutos? - le pregunto, porque lo cierto es que me parece raro que nadie en esta escuela haya aparecido allí. Después de todo, ¿Quién no tiene clase de matemáticas?

-Bueno, estabas en el antiguo salón de matemáticas. Hicieron uno nuevo el año pasado. Está pasando la cafetería, segundo pasillo a la derecha, sala 3.- dice él dando cada detalle. Me quedo atónita. Y por qué no vi nunca esa sala? ¿La habré visto de reojo y no le presté atención?

-E-e-enserio?- dijo yo. No puedo creerlo.

-Si.- contesta él.- ¿Qué sucede?- agrega luego de ver mi cara seguramente pálida.

-N-no nada.- digo yo

-De acuerdo. -dice inseguro.- Me cuentas que pasó?

-Si-contesto.

Luego de contarle a Luke lo que me pasó minutos atrás, el me abraza y me dice que todo estará bien. Luego de eso él se va a su siguiente clase y me dirijo hacia mi casillero. Lo abro y cae una nota. Me quedo mirando el papel tirado en el piso. Me atreví a abrirlo.

"NOS VEMOS ESTA NOCHE, EMMA

Y PORFAVOR NO VENGAS CON EL RUBIO.

A NO SER QUE QUIERAS QUE EL TAMBIÉN SALGA HERIDO.

PORQUE SÉ QUE NO QUIERES, EMMA.

¿ME EQUIVOCO?"

Sabía perfectamente que era Sabannah. Sabía que era lo que iba a pasar esta noche. Sabía que necesitaba hacer un plan perfecto. De lo contrario, algo saldría mal.



Sonó la campana de salida. Sentí que alguien me tocaba el hombro. Era Luke.

-Quieres que te acompañe a casa, Emma?- me pregunta él.

Enserio quería decirle que si pero quería tener un poco de tiempo para hacer un plan para esta noche.

Le iba a decir que no, pero al ver sus ojos... no pude decirle que no.

Él me acompañó a casa. A decir verdad, fue un gran paseo, por así decir. Él es divertido, creativo y siempre está tratando de no meter la pata. Lo cual me da risa. Constantemente quiere quedar bien.

En todo el camino, el me dejaba pasar primera cuando cruzábamos la calle, si había un charco de agua él me decía que tenga cuidado y al pasar por un negocio, habían hombres que me empezaron a decir piropos. Ya estaba acostumbrada a eso, pero al parecer Luke no. Porque al darme cuenta, él se había dado vuelta y les había mostrado el dedo del medio. Aparentemente, él pensaba que no lo vi, cuando en realidad si lo hice. Pero no me importó. Al llegar a casa, me despedí de él.

Una vez ya instalada en mi cuarto empecé a idear un plan. Ese plan tenía que tener todo y cada uno de los detalles que puedan hacer que yo los entienda. Ese plan debe ser invariable. Ese plan debe sobrepasar a Sabannah. Ese plan tiene que ser el 'Plan Perfecto'. Ese plan no puede fallar.

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