Capítulo IX

30 1 0
                                    

Maldición. Ya me estaba cansando de esta porquería. 

Que no se atreva a meterse con Luke. Él es mi mejor amigo en este jodido mundo, y quiero que eso se mantenga así.

Hice lo mismo que había hecho antes. En una parte de la hoja escribí con letra muy clara:

"No.

Déjame en paz, Sabannah."

No quería participar de vuelta en su juego. Si lo hago, Sabannah de seguro tendrá un nuevo y mejorado plan. Lo que no me convenía, puesto a que a penas me pude esconder de ella la otra noche. Tenía miedo de que si llegaba a encontrarme, me matara a mi, o incluso algo peor: Mataría a Luke. 

Dejé la nota en una estantería y, decidida, me dirijí a la cafetería. 

Escogí la comida de siempre y me fui a sentar junto a Luke.

-Te sucede algo, Emma?- Me preguntó Luke con cara de preocupación. 

-No, Luke. Todo está bien.- Esbocé una sonrisa. La mejor que podía. Sabía que Luke no me creía pero que intentaba tenerme confianza y creerme.

-De acuerdo.- Dijo él con desconfianza en los ojos.- Qué te parece si vamos a Starbucks luego de clase? 

Starbucks. Eso me traía muchos recuerdos. Y no necesariamente lindos. 

-Emm... de acuerdo.- Dije.

La hora del almuerzo pasó rápido. Luke y yo nos entretenemos rápido. 

Llegó la hora de irnos. Antes de salir, me acordé de la nota. 

-Em.. Luke, tengo que ir al baño. Espérame afuera. No tardo.- Le dije.

-De acuerdo.

Traté de apurar el paso. No quería hacer esperar mucho a Luke. 

Cuando llegué hagarré la nota y leí.

"Oh! Vamos, Emma! 

Y, ¿Si tú juegas por la vida de tu amigo,

y yo juego por el libro que estoy segura que me robaste?

Si tú ganas, tu amigo vive y tú te quedas con el libro.

Si yo gano, me das el libro y tu amigo muere.

Qué te parece?"

No dudé en responderle.

"No. No es justo.

Fin de la discución."

Salí de allí y me dirijí hacía donde había dejado a Luke. Cuando llegué, me sorprendí al no verlo. Empecé a buscarlo por todos lados. Por atrás de los árboles, en un puesto de revistas que había allí; pero no estaba. Mientras me adentraba de vuelta al campus, pensaba en Sabannah. Si la muy perra secuestró a Luke, juro que no vería al libro jamás. Cuando llegué a las gradas, lo vi. Estaba hablando con la chica que me había dado el folleto el primer día que entré al Anniston.

Inmediatamente sentí algo raro en el estómago. No estaba segura qué era.

No sabía si acercarme e interrumpir, esperar a que terminaran de hablar, o irme si él a casa y lo llamaría luego para arreglar una nueva salida a Starbucks. Me decidí por a segunda opción. Esperaría sentada en las gradas 5 minutos, y si no termina, haré la tercera opción.

The Following PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora