Las imágenes de lo acontecido hace unas semanas pasaban una y otra vez por la cabeza de Hinata, aunque solo fuera el cadáver de su hijo en sus brazos, la mano de Himawari sobre la de Boruto, sus ropas ensangrentadas, Ino haciéndole preguntas, Naruto desatado por Kurama y su familia escondida en el distrito, si bien eran claras, ella sentía que algo le faltaba.
¿Cómo era posible que el clan Yamanaka no haya podido recabar información ni abrir los sellos que se encontraban en su memoria?
Ella sabía que era una mala jugada de alguna persona que no traía buenas intenciones, o que buscaba terminar con el tratado de paz, pero ¿llegar a quitarle la vida a su pobre hijo? Ese que ni en broma terminaba de aceptar el pudrirse ante la posición en el mando de Hokage, ese que le dio la alegría de ser madre por primera vez... aquel hijo que fue fruto de su amor con Naruto.
—Boru-ruto— la voz de su pequeña hija la trajo a la realidad, desde hace unos cuatro o cinco días había dejado la aldea con Himawari, escapó de lo que el mismo destino había preparado para ella inevitablemente las lágrimas comenzaron a caer como cascadas silenciosas, arropó un poco más a la peli azul y avivó el fuego con su chakra, se sintió la peor de las madres, pues ir vagando de cueva en cueva, acercarse a los pueblos solo para hacer unas pequeñas compras; definitivamente no era vida para una niña de 8 años.
¿Qué haría ahora? Se repetía constantemente, sus ojos serían reconocidos en todos lados, ella fue la primera dama y fue la princesa del clan Hyūga... todo eso fue, y ahora solo es la mujer que mató al hijo del Hokage y ha secuestrado a su hija menor.
¡Una locura!
Acarició la azulada cabellera de Himawari, con temor y con angustia... ¿si su hija había estado con ella en todo momento, porque no pudieron encontrar aquello en su mente?
Tenia que hacer algo rápido, quizás esconderse en alguna dimensión... quizás pedir ayuda a Toneri; nada era factible e infalible.
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—¿Cómo es posible que no la hayan encontrado aún? —gritaba el viejo Hyūga en el despacho de su mansión — Hinata nunca fue un gran ninja, si tiene potencial, pero para poder esconderse de todos ustedes...! nunca!
—Disculpe Hiashi-sama — se disculpó el subordinado— hemos recorrido todo el sector e incluso hemos llegado a la frontera del país de la niebla, pero no hay rastro de Hinata-hime.
Sentada, con una mirada imperturbable se hallaba Hanabi, estaba contenta de que aun no encontraran a su hermana, pero no sabia hasta cuando ella podría esconderse, habían pasado varias semanas y no aparecía, los cuchicheos en la aldea habían bajado considerablemente, pero no al extremo de ser olvidado; eso sería imposible
Gaara había intervenido sellando a Naruto, en una de sus tantas crisis, lo sabia pues ella era la prometida del pelirrojo, y mantenían contacto casi todos los días, por ende, sabia que la aldea de la arena también estaba buscando a su hermana.
La relación que mantenía con el menor de los Sabaku No, comenzó por una alianza entre ambas aldeas, sin embargo, la personalidad de Gaara comenzó a contrastarse con la vibrante de Hyūga menor, lo que poco a poco fue fortaleciéndose.
Hanabi vocifero un par de frases, estar tan sumida en sus pensamientos no le había favorecido, no solo tenia que pensar en la situación de su clan, ahora se le sumaba que podrían encontrar a Hinata junto con su sobrina, y, por si fuera poco, la negativa ante la formalización de su relación con el pelirrojo, seguía saliendo a flote de vez en cuando.
—¿Pasa algo Hanabi-Sama?
Negando con la cabeza, la castaña salió del despacho, iría a ver a su primo, definitivamente el debería saber que hacer ante esta situación, porque lo que respecta a su padre... no hay forma de llegar a un equilibrio con él.
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《Dónde quiera que vayas》 ●•{Sasuhina}•●
FanfictionLa desesperación por saber si se encontrará bien, día a día, comenzaba a carcomer la paciencia y pensamientos que tenia el Uchiha con momentos de ansiedad. No lograba entender porqué Naruto mataría a su propio hijo -si es que él haya llegado a ese...