Capitulo 4: busqueda

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Capítulo IV: Busqueda

Cuatro meses, cuatro largos y agotadores meses se cumplían desde la muerte de Boruto, y un poco menos de la desaparición y escape de la ex Uzumaki con la pequeña hija del Hokage.

Con esto, la estadía de Shion, la sacerdotisa del país de los demonios, se alargaba cada vez más, puesto que, sin siquiera pretenderlo, era necesaria para las nuevas misiones y pistas que llegaban.

-¡Muchas gracias! Dattebayo'-dijo frotando la parte trasera de su nuca- no sabía que manejabas tan bien el ninjutsu médico, has ayudado mucho Shion-chan.

La mencionada sonrojó por el cumplido de Naruto, pero también mostró aires de superioridad, sabía que había estado excelente en el apoyo junto a Sakura y la había superado con creces. Si bien cuando llegó a la aldea, lo hizo con otros objetivos en mente, hoy se daba cuenta que podrían aplazarse un poco, pues los conocimientos y el estatus que se estaba ganando, sin dudas le ayudarían más a delante.

-Gracias, Naruto-kun.

-Por cierto, llegó un mensaje de tus sirvientes-acercándose a su escritorio, rebuscó entre los papeles que tenía sobre este y le entregó un pergamino, la chica lo miró con extrañeza, pues antes de salir de viaje habían saldado todos los pendientes. Al leerlo quedó helada, no podía dar fe, o el destino quería que ella logrará su promesa de hace unos años, o ella realmente debería ir a apostar contra Tsunade-sama.

Su cara se transformó de inmediato captando la atención del joven Hokage, quien no tardó en preguntar lo que la tenía en ese estado, ella negó, pensando que estaría mejor si escondía esa noticia.

-No es nada, Naruto-kun... solo que -no alcanzo a decir nada puesto el rubio ya se encontraba leyendo, su rostro cambio de inmediato y el aura temple que suele llevar, se había alterado de sobremanera-¿Por qué no me lo querías decir? - le debatió, se suponía que ella estaba de su lado.

-No es lo que crees- se defendió- solo, quería corroborarlo.

-No hay tiempo para tonterías Shion-san- acomodando su capa, se apresuró a llamar a Shikamaru para poner en acción lo que llevaban planeando hacía varios meses.

...

Sarada se encontraba de camino a la oficina del Hokage para hacer entrega del reporte de su reciente misión, cuando a lo lejos vio a la pelirroja ex compañera de su padre. Tan desentendida del mundo como de costumbre, a su lado iba un hombre alto de cabellos rubios hasta la cintura.

Sarada corrió a su encuentro.

-¡Karin-san!, Señor -saludó por educación- ¿Cómo ha estado? ¿Qué hace en la aldea? ¿ha visto a mi padre? -preguntó con insistencia, pues la pelirroja nunca se aparecería por la aldea si no fuera estrictamente necesario.

-¡oh! Sarada- no podía decir lo que hacía en la aldea, menos que estaba en una misión doble junto con Sasuke, lo tenía prohibido, sobre todo a ella- vine a entregar un reporte, pero ya me iba y de Sasuke-kun -sonrojó al mencionarlo. Le era inevitable- no sé, hace meses que no se nada de él - mintió- si me disculpas, nos tenemos que ir.

-Pero Karin-san...

-Saluda a..., no olvídalo.

Y tal y como apareció se esfumó.

Otra oportunidad de salir en busca de la madre de su difunto amigo había sido desperdiciada.

Mordió su labio con molestia, ¿Por qué tenía que seguir doliéndole el pecho cada vez que las cosas no salían como ella quería? Bueno, quizás había sido una oportunidad un poco fugaz, pero si le hubiese resultado, con Mitzuki y sus amigos estarían ya de camino a quien sabe dónde, pero lograrían hacer lo que ellos pensaban correcto.

《Dónde quiera que vayas》 ●•{Sasuhina}•●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora