Alegría

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......

Poco a poco las semanas, los meses y los años, comenzaron a pasar...

Y aunque muchas cosas buenas habían sucedido en esos largos años...nunca habían podido encontrar una cura...para la castaña de hermosos ojos azules.

Pero claro que eso no le había impedido ser tan feliz como siempre; con una sonrisa de por vida en el rostro ella vivía cada día como el mejor de su vida.

Después de pasar una temporada en el templo con Strange y otra al lado de Murdock ella había aprendido a vivir sin necesitar de la vista.

Como lo había prometido, Matthew siempre habia estado a su lado, cuidando a su pequeña y querida hermana.

De igual modo, sus padres siempre estaban para ellos, ayudandoles y cuidandoles; siempre brindandoles su apoyo.

Los cuatro formaban una hermosa familia a ojos de todos los que los veían...una familia realmente feliz; tanto, que era difícil creer que alguna vez...en otro tiempo...había sido una familia en la que las lágrimas y las tristezas sobraban.

....

En el gran comedor de la casa de la familia Wilson, un pastel adornaba el centro de la mesa, mientras que todos los presentes alrededor de la mesa miraban con alegría a la más "pequeña" de la casa.

Terminando de cantar la tradicional canción de cumpleaños, la chica castaña había soplado a las velas del pastel, recibiendo una gran cantidad de aplausos de toda su gran familia.

-¡¡Felicidades!!- gritando a coro todos le aplaudían a la castaña quien solo sonreía.

-Feliz cumpleaños, Sarah, 17, el tiempo si que pasa volando- a su lado Peter le había dado un abrazo lleno de cariño, mientras dejaba un beso en la frente de su hija.

Si le hubieran dicho unos cuantos años atras, que tendría una familia tan hermosa con el mercenario que siempre le causaba problemas y al que tanto había odiado, nunca lo habría creído.

Pero ahí estaba ahora, casado con ese hombre de doble reputación quien desbordaba amor de su mirada cada que sus ojos se posaban en él y con dos hermosos hijos que habían llenado cada uno de sus días con infinita felicidad.

-no me importa lo que digan, tu siempre serás mi princesita- ahora era el mercenario quien abrazaba a su hija con gran dulzura.

Probablemente él tampoco habría creído que algún día pudiera tener una familia como esa, Peter le amaba tanto como él y la vida le había regalado dos hijos que él consideraba lo más preciado de su existencia; esas tres personitas en su vida le habían dado todo el amor que siempre había deseado tener.

-jajaja, papá, basta~- con una gran sonrisa la castaña había alejado a su padre

-¿que acaso te avergüenzo?- como siempre el drama del mercenario no se había hecho esperar a lo que la risa de la castaña se había hecho un poco mas fuerte.

-nunca podría avergonzarme de ti, pero me estas despeinando- acomodando su cabello con sus manos, sintio como alguien tocaba su hombro.

Volteando un sonrojo invadió sus mejillas, el que no pudiera verle, no significaba que no supiera quien era.

Un chico nuevo en la academia de los mutantes, un amigo con el que ella se había llevado muy bien...y un poco mas que eso.

Solo una oportunidad             [Spideypool]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora