Capitulo 1:

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1 - Errores

Otra noche más en la soledad de su cuarto. Vivir en casa de sus tíos se le hacía más pesado cada verano que pasaba. Lo único que le permitía aguantar era saber que en breve se reuniría con su verdadera familia. Si lo que Ron decía en su última carta era cierto, en menos de una semana podría volver a disfrutar de La Madriguera y dejar atrás las incomodidades del mundo muggle. Mientras tanto, procuraba no relacionarse demasiado con el mundo exterior, y sólo las escasas cartas que intercambiaba con sus amigos le alegraban los largos días de verano que pasaba encerrado entre esas cuatro paredes.

Comunicarse mediante lechuzas era difícil. Por muy largas que fuesen las cartas que se enviaban, la lentitud y la necesidad de contarlo todo por escrito no permitía estar al día de los últimos acontecimientos. Le dolía especialmente no saber más de Ginny, que se había ido de viaje a Brasil dos meses antes, y desde entonces sólo le había escrito una vez para decirle que todo iba bien, sin más. No tenía nada que reprocharle, sin embargo, porque su corta relación ya había terminado y le había dejado pocos recuerdos.

El tiempo con Ginny había pasado muy rápido, pero su relación apenas avanzaba. No había llegado a intimar lo suficiente con ella porque siempre había una clase, un examen o una fiesta a la que acudir, por no hablar de la distribución de dormitorios en Hogwarts.

Harry se cansó pronto de recordar los besos y las caricias que se habían dado el uno al otro. Dejó de ser suficiente pensar en el único contacto realmente íntimo del que podía hablar sin mentir: el de la biblioteca. Había sucedido poco antes de que terminase su relación, una noche cercana a los exámenes en la que Ginny se comportaba de forma extraña. No había apenas gente a esa hora, y los únicos que compartían la sala de estudio con ellos eran Hermione y Dean, muy concentrados en el examen que se acercaba.

- ¿Me puedes ayudar a alcanzar este libro? -le preguntó Ginny desde una estantería alejada.

Cuando Harry fue y se subió a la escalera para recoger el libro, estuvo a punto de saltar al notar la mano de su chica posarse en su entrepierna. Bajó la mirada y ella apartó el brazo rápidamente.

- Perdona, pensaba que te ibas a caer y sólo quería ayudar -dijo, tratando de parecer inocente.

Nada más coger el libro, Harry descendió para recibir un beso que, junto a lo que acababa de pasar, le iba a hacer difícil volver pronto a la mesa sin pasar una tremenda vergüenza. Tras jugar con su lengua y morderle el labio inferior como si lo quisiera de trofeo, Ginny se acercó más y le dijo al oído:

- Esta noche vas a disfrutar, Harry.

No entendía lo que estaba pasando. Nunca habían llegado a tener esa intimidad, sino que eran mucho más cohibidos incluso estando solos, pero Ginny parecía salvaje y Harry no iba a dejar pasar su oportunidad.

- Hermione, ¿podrías explicarme la diferencia entre los efectos del ajenjo y el díctamo en una poción de olvido? -preguntó Harry.

- ¡Claro! -respondió ella-. El problema está en la concentración del fluido que pretendas conseguir, porque si bien algunos autores...

Hermione seguía hablando desde el lado contrario de la mesa, pero Harry ya no escuchaba nada. La misma mano que se había posado antes en sus pantalones había decidido que era un buen momento para meterse dentro de ellos. Lanzó una mirada fugaz a Ginny, que parecía muy concentrada en un volumen enorme de Defensa contra las Artes Oscuras.

- ... de modo que si quieres potenciar el efecto lo más recomendable es que no uses ninguno de los dos -sentenció Hermione.

- Mu-muchas gracias, ahora y-ya lo entiendo – dijo Harry con voz temblorosa.

HarryWhere stories live. Discover now