Negatividad Radical

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En el corazón de nuestro abolicionismo de género esta una negatividad. No buscamos abolir el género para que une verdadere yo puedo ser regresade a; no hay tal yo. Aunque no es como si la abolición del género nos fuera a liberar para existir como nuestres verdaderes o genuines yos, liberade de ciertas normas. Tal conclusión estaría en contra con la totalidad de nuestras declaraciones antihumanistas. Y en consecuencia debemos de tomar un salto hacia el vacío.

Un momento de claridad lúcida es requerida aquí. Si lo que somos es un producto de discursos de poder y buscamos abolir y destruir estos discursos, estamos tomando el mayor riesgo posible. Estamos navegando hacia lo desconocido. Los mismos términos, símbolos, ideas y realidad por las cuales hemos sido conformades y creades arderán en llamar y no podemos saber ni predecir que seremos cuando salgamos del otro lado.

Es por esto que debemos de abrazar una actitud de negación radical. Todos los intentos anteriores hacia políticas de género positivas y expansionistas nos han fallado. Debemos de cesar de presumir un conocimiento de lo que la liberación o emancipación podría lucir, aquellas mismas ideas están fundadas sobre una idea del yo que no puede mantenerse de pie bajo el escrutinio; es una idea que por el mayor de los tiempos ha sido usada para limitar nuestros horizontes. Sólo el rechazo puro, el moverse lejos de cualquier tipo de futuro conocible o inteligible nos puede permitir la posibilidad por un futuro alguno.

Mientras que este riesgo es uno poderoso, es necesario. Aún al bajar hacia lo desconocido, entramos en las aguas de la ininteligibilidad. Estas aguas no vienen sin sus peligros; y hay una posibilidad real de la pérdida radical del yo. Las mismas condiciones por las cuales nos reconocemos le une de le otre podrían ser disueltas. Pero no hay otra salida de este dilema. Estamos siendo diariamente atacades por un proceso de normalización que nos codifica como desviades. Si no nos perdemos a nosotres mismes en el movimiento de la negatividad, seremos destruides por el statu quo. Sólo tenemos una opción, riesgos malditos.

Esto captura poderosamente el predicamento en el que estamos ahora. Mientras que el riesgo de abrazar la negatividad es alto, sabemos que la alternativa nos destruirá. Si nos perdemos en el proceso, meramente hubiésemos sufrido el mismo destino que hubiéramos tenido de otra manera. En consecuencia con temerario abandono rechazamos postular lo que el futuro podría guardar y lo que podríamos ser en ese futuro. Un rechazo del significado, un rechazo de la posibilidad conocida, un rechazo del sí mismo. Nihilismo. Esa es nuestra postura y método.

La crítica implacable a las políticas de género positivas es por lo tanto un punto de partida pero uno que debe de ocurrir cautelosamente. Porque si vamos a criticar sus propias bases normativas en favor de una alternativa, sólo caemos presa una vez más hacia el poder neutralizador de la normalización. Por lo tanto respondemos a la demanda por una alternativa claramente establecida y por un programa de acción tomado con un resuelto ''no''. Los días de los manifiesto y las plataformas se han terminado. La negación de todas las cosas, nuestro yo incluido, es el único medio a través del cual seremos alguna vez capaces de ganar cualquier cosa.

Nihilismo de Género: Un Anti-Manifiesto (Traducción al Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora