El deseo de Camila (camren)

6: Sorpresa

Cuando finalmente salió del baño, y se dió cuenta que Lauren no estaba ahí afuera, se puso a rebuscar por el suelo su ropa pero no encontró nada hasta que notó una pequeña maleta negra en la esquina de la habitación.

Con sumo cuidado tomó la maleta y la colocó encima de la cama de la ojiverde para abrirla. Dentro se encontraba perfectamente doblada un poco de ropa suya, haciéndola concluir que la maleta era de su propiedad. Escogió unos pantalones negros de deporte, una playera básica color gris y desdobló la sudadera que hacía juego con los pantalones. Sacó un par de calcetines y se puso los tenis que estaban cerca de la puerta de la habitación, después caminó hacia el espejo para observarse y luego de suspirar y contar hasta diez para tranquilizarse, salió de la habitación tratando de ser lo más sigilosa posible al bajar por las escaleras.

Al llegar a la planta baja trató de escabullirse hacia la puerta principal para irse y buscar respuestas en casa de sus padres, sin embargo la voz de Lauren que provenía de la cocina la detuvo por completo.

- No lo entiendo, mamá, anoche fue todo muy mágico, y ahora ella parece no recordar nada. - suspiró con tristeza la pelinegra

- Relájate, mi niña, recuerda que Camila suele ser muy nerviosa y eso le provoca entrar en estado de shock luego de conseguir una respuesta positiva, ¿o ya olvidaste que también le dió amnesia temporal cuando te pidió que fueras su novia?

La castaña se pasó una mano por el rostro. Se sentía como una idiota. ¿En serio le había pedido que fuera su novia y después había entrado en shock? A veces era muy tonta.

- Tienes razón, es solo que me hubiera gustado que todo fuera diferente en esta ocasión. - dijo en un hilo de voz preocupando a su madre

- ¿Sucede algo, hija?

- Camila ayer me dió la sorpresa más maravillosa de mi vida, mamá, me pidió matrimonio frente a todos ustedes durante la cena y yo... - jugó nerviosamente con sus manos - Yo quería darle una sorpresa hoy. - se mordió el labio inferior

- ¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa? - preguntó curiosa su madre

- Por favor, no vayas a gritar. - pidió la pelinegra - Prometelo.

- Lo prometo, ya dime.

- Estoy embarazada.

De la nada, el lugar donde Camila se encontraba recargada se volvió resbaloso y no pudo sostenerse más dejándose caer de frente contra el suelo, asustando a ambas mujeres que se encontraban en la cocina al oír el ruido de su cuerpo chocar contra el piso de madera sintética.

- ¡Camila! - chilló la señora Jauregui al ver a la prometida de su hija en el suelo totalmente pálida

- Mi amor, oh Dios, ¿estás bien? - la ojiverde se arrodilló en el suelo para sostener a la castaña del rostro y mirarla con cuidado buscando alguna herida - ¿Te lastimaste?

- N-no. - negó rápidamente con la cabeza y empezó a temblar

Toda esta realidad alterna se estaba saliendo de control. No podía creerlo, debía ser una broma o ya de plano era uno de sus sueños como lo sospecho en un principio.

- Ven, levántate. - dijo Lauren tomándola de la mano para ayudarla a levantarse pero su madre le pegó un manotazo - ¿Qué?

- No puedes hacer fuerzas, no seas imprudente, Lauren. - la reprendió - Vamos, Camila, dame la mano.

Volvió a negar con la cabeza. Respiró profundamente y después se levantó con cuidado del suelo mientras se sostenía de la pared porque aún estaba en estado de shock y temía desmayarse en cualquier momento.

- ¿Todo bien, mi amor? - preguntó la pelinegra con dulzura colocando una de sus manos en la mejilla de su prometida - ¿Quieres ir a la habitación y recostarte un rato? - negó - ¿No? ¿Por qué no?

- ¿E-e-estas em-embarazada? - cuestionó tratando de no sonar tan asustada y sorprendida como lo estaba, a pesar de que eso era algo con lo que había fantaseado toda su vida - ¿V-voy a ser m-mamá?