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Mi amigo me contó que él había nacido así, con las orejas raras, y por eso sus padres le habían abandonado en un orfanato. También me contó que había vivido en aquella casa desde los siete años, cuando se escapó del orfanato. Le pregunté que cómo se alimentaba, y de dónde sacaba la ropa, si no ganaba dinero. Me respondió que, por las tardes, salía a la calle y daba espectáculos disfrazado de elfo con ayuda de sus secuaces, los "transparentes", y que le echaban dinero, con eso pagaba todo. -Osea... ¿Un circo?-pregunté. -Algo así... -me dijo -Sabes, llevo observando esta casa desde pequeña, y... Siempre supe que tendría algo especial. -¿Soy especial?- dijo medio riéndose. -Yo...- dije, sonrojándome.- Quiero decir... -Tranquila, lo entiendo. Bueno, ¿Qué te apetece hacer? -Podemos... Podemos pasear. -Pues a pasear se ha dicho.
