MALDITOS SENTIMIENTOS

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-¡¿Por que lo hiciste?! - le espeta con la cara roja.

-¡¿Qué querías qué hiciese, dejarte morir?!

-Hey, hey, hey... Calmaos, calmaos - interviene Dick entrando en la sala - ¿¡Qué demonios a pasado?! - se pone en medio de ellos dos.

-¡Pues sí, podrían haberte matado, Raven! ¡Eso fue estúpido! - lo ignora Damian haciéndolo a un lado con la mano.

-¡Pero tú habrías muerto! - insiste ella con veneno en la palabras.

-¡Arg! - gruñe Robin al ver que la discusión ya no va a ninguna parte.
Hace un gesto brusco con la mano y se va dando fuertes zancadas hasta su habitación.

Dick está confundido ante todo esto. Se gira para mirar a Rachel, que tiene la cara algo roja y el ceño fruncido, aprentando los puños.

-¿¡Que demonios acaba de pasar?! - pregunta confundido rascándose la cabeza.

Rachel lo mira como si lo fuese a destruir, suelta un bufido y se va furiosa por el pasillo.
Un Dick confundido y estupefacto se queda ahí pensando unos minutos.

Damian no lo puede creer. Que casi haya perdido su vida para salvarle.

"Que idiota"

Se tumba en su cama aún con los humos altos. Soltando un bufido.
Rachel fue una tonta, eso lo tiene claro. Pero le salvó. Hecho extraño, ya que es la compañera de equipo con la que menos ha socializado o hablado. Siempre le a parecido una chica extraña, pero en el fondo sabe que es la persona que mejor lo conoce, y viceversa. Desde que lo curó un vínculo se formó entre ellos. Un vínculo difícil de romper.

Para dejar de romperse la cabeza,  decide levantarse y salir para entrenar y despejarse.

"Maldito niño orgulloso... "- gruñe frente a la estantería decidiendo encontrar un libro digno para la ocasión.  Pero su mente no está con los libros. Está lejos de allí... Lejos de su habitación.

"Demonios..."- gruñe.

Debe de haber estado demasiado tiempo entrenando en la sala,  por que cuando regresa al lobby común,  ya es casi de noche.  Para ser exactos,  el atardecer. Da gracias por que Rachel no éste aquí,  aunque sería realmente extraño que ella estuviese aquí.  Damian y ella son los únicos titanes que casi nunca están allí.
Pero Dick sí. Hablando a sus anchas por el telefono con quien parece ser Kori.

-Claro, nena,  nos vemos a las diez - decide finalizar la conversación al ver a Damian ahí parado - ¡Adiós,  te quiero!

Se despega el teléfono móvil de su oreja y se queda mirándolo.

-¿Qué? - le espeta Damian al verlo ahí como si esperase algo.

-¿Me puedes explicar qué pasó con Raven? Realmente a enfadaste... - pregunta disfrutando de la situación. 

-No te interesa, Grayson.  Y te conviene no meterte - amenaza.

-Vaya, como siempre tan amable,  Damian... - se burla.

-Déjame, Grayson.

-Oye,  enano.  Podrías haber muerto si no se hubiese metido.

-¿Y a tí que más te dá?

- A mí nada,  pero hubieras dejado a un Batman más triste y dolorido,  aa unos Titanes deprimidos y a unos hermanastros sin nadie a quién joder.
Peor el caso es que deberías disculparte,  te salvó. Eso es lo importante,  lo más extraño es que fue ella.  Deberías agradecérselo... - dice la última frase realmente serio y se levanta del sofá y se va por el pasillo.

Dick a callado a Robin. Por primera vez. Se queda ahí pensando unos minutos, con la mirada fija en las nubes mezcladas de colores apagados tras la ventana.  Y depués se retira lentamente a su habitacion.

"¿Disculparme...? "













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