NR: _____.
—Cualquier cosa que necesites, solo llámame, ¿de acuerdo?
Solo logro asentir con la cabeza. Justin está tomando mi cara con sus dos manos y peinándome el cabello. Me da un beso en la frente, después en la cabeza y me abraza fuertemente.
—Estaré esperándote con una sorpresa.
Asiento otra vez. Vuelven a llamar a mi vuelo. Justin me besa desesperadamente en los labios y después me da unas palmadas en la espalda. Tomo mi maleta y me dirijo a la puerta de mi avión. Antes de entrar, volteo y miro a Justin. Tengo lágrimas en los ojos. Él levanta la mano y la sacude, despidiéndome. Cuando entro, miro de reojo y los guardaespaldas de mi novio ya lo están acompañando a la salida del aeropuerto.
Mae me abraza con fuerza. Le acaricio el cabello mientras dejo que llore en mi hombro. Alzo la vista para ver a Marcos. Firme. Con las manos en los bolsillos, parado derecho, pero los ojos brillosos lo delatan. Cuando Mae me suelta y mueve la cabeza arriba abajo, voy con Marcos.
—Qué razón tan mala para traerte a casa —me dice.
—Tranquilo —le susurro.
Me abraza con más fuerza. Es un Marcos diferente. Pero nunca hubiera deseado que Jack tuviera que morir para que mi hermano volviera a ser el mismo.
Peter me abraza al final. Más fuerte, con más cariño, más emotivo. Mi mejor amigo. No llora. Me sonríe, pero es una sonrisa triste.
Estoy mirándome al espejo, viendo mi vestido blanco. No para bodas, sino para despedir a Jack. Ni Mae ni Marcos, ni Peter y yo pensamos que sería buena idea vestirnos de negro. Blanco representa la inocencia de su alma.
—Estás lista —me avisa Peter.
Asiento al espejo, mirando a mi hermano. Cuando me doy vuelta, vuelvo a abrazarlo. Me acaricia el cabello y después salimos.
—Tranquila, te perdiste la peor parte —me dice cuando vemos a Mae tirada en el suelo de la sala y llorando.
Las cenizas del pequeño Jack ahora están en mis manos. La caja en donde están es blanca y muy linda. La vista se vuelve borrosa y le paso la cajita a Peter. Marcos abraza a Mae, muy, muy fuerte. Después caminamos hacia la iglesia, Peter con las cenizas. Familiares de Mae nos acompañan, pues nosotros tenemos familiares pero casi al otro lado del mundo y no se iban a molestar en pagar un vuelo tan caro hasta acá por la muerte de Jack, claro que no, si ni siquiera vinieron cuando murieron nuestros padres.
La ceremonia es diferente. Esta vez pongo atención, intentando que mis oídos solo escuchen la voz del sacerdote y no los llantos de Mae.
Al terminar la misa, nos dirigimos a meter las cenizas de Jack. Es donde Mae se desahoga más, Peter me abraza con fuerza. Mae hace una oración y después salimos, ella siendo obligada por Marcos.
—¿Cómo fue? —le pregunto, insistiendo. No ha querido decirme nada, creí que para eso veníamos al parque pero en realidad Marcos y Mae necesitaban un momento a solas.
—¿De verdad quieres hablar de eso?
Suspiro.
—Es que… me siento tan mal por no haber estado.
Sacude la cabeza, mete las manos a sus bolsillos.
—Al contrario, a mí me alivia que no hayas estado. Fue triste. Dios mío —pone las manos en las cienes, apretándose—, era un niño solamente.
Suspiro otra vez. Miro la tierra debajo de mis pies.
—Oye, vi las noticias —cambia de tema, de hecho feliz—. Justin tiene nueva novia
Me sonrojo.
—Sí, soy yo.
—Bueno, cuéntame cómo te lo pidió.
Le cuento todo, esperando que no me pierda de casi nada. Peter sonríe.
—Entonces estaban en Stratford, ¿después adónde van a ir?
—Justin quería ir a China.
—¿China? —Se sorprende—. ¿Mi hermanita va a ir a China con Justin Bieber?
—Ajá.
Guardamos silencio un momento, pateando las hojas que caen por otoño.
—¿Y si regresas conmigo? —le pregunto—. Ellos necesitan tiempo a solas para superarlo, ya sabes.
Abre los ojos como platos.
—¿No le molestaría a Justin?
Niego con la cabeza.
—Él también tiene hermanitos.
—Pero yo soy un hermanote.
Los dos reímos.
Nos quedamos a dormir una noche más en la casa de Marcos y Mae y después tres noches nos vamos a un hotel. Marcos nos ha agradecido, dice que será buena idea estar con Mae a solas, Peter le dio el consejo de “volver a comenzar” como si acabaran de casarse.
Peter va a llevarme a un aeropuerto que está a 3 horas, en otra ciudad. Dice que el paisaje que se recorre por carretera es muy lindo y que mejor se verá en tierra que volando. Pasamos más tiempo juntos e intentamos olvidarnos de Jack. Lo logramos.
—Tal vez puedas hacerte una novia en Stratford —le digo, comiendo las papitas que compramos en una gasolinera de la carretera.
—O en China.
Reímos.
—No, la verdad es que prefiero una canadiense.
—Ahh, sí. O tal vez te hagas gay, los canadienses son guapos. Podría presentarte a Ryan.
—Me habías enseñado fotos donde Justin salía con él, ¿recuerdas?
Lo miro, como si tratara de decirle “adivina qué.”
—¡¡¡No!!! ¿Lo conociste?
—Ajá.
Después de bajar del avión en Ontario, Peter renta un auto que tiene GPS, pongo la dirección de la casa de los abuelos de Justin (después de asegurarle a Peter que me dijeron que llegara ahí) y mi hermano maneja hasta ahí.
Vamos mirando la calle, después cierro los ojos y me recargo en mi asiento, los abro hasta que Peter habla:
—_____, ¿ese no es Justin?
Miro adonde mira. Definitivamente es Justin, lo reconocería en una multitud. Se ve tan guapo, tan normal, cuánto lo extrañaba… lo único malo es que va de la mano de una chica que nunca había visto, ni siquiera en la pantalla de la computadora.
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Pontoon (EDITANDO)
Fanfiction¡HEY! Esta es el segundo libro de la novela más realista de Justin&_____. Pontoon es la historia de los mejores amigos que están en la montaña rusa de la vida. Pero, esta montaña tiene más altas y bajas que las demás, pues estamos hablando de la me...