Capítulo 4

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NR: _____.

Justin me jala una silla para que me siente. Antes de que lo haga, me pone una mano en el hombro. Lo miro, girando el cuello y me quita mi suéter con delicadeza. Los escalofríos me recorren el cuerpo entero. Asiente con la cabeza cuando lo pone en el perchero que está al lado de nuestra mesa redonda. Después él se va a la silla que está enfrente de mí y se sienta.

                —Perdón —dice—, ¿no tenías frío?

                —No —le contesto y sonrío.

                Entonces me pongo a pensar: ¿por qué esto? Éramos solo amigos. Recuerdo la conversación:

                “—Nunca tuve una amiga como tú.

                —¿No?

                —No.

                —Era… difícil.

                —Sí, eso.

                —Ah.

                —Por eso, _____, vas a estar conmigo siempre, ¿sí?

                —Sí.”

                —Justin…

                —¿Qué? —me responde después de acomodarse nuevamente la corbata. Después, asustado, me mira—. ¿Te sientes bien?

                —Sí —respondo, asustada—. Pero… ¿por qué?

                —¿Por qué qué?

                —Esto. Es tan… romántico.

                Sonríe, de verdad es una sonrisa muy contenta, como si estuviera esperando esa pregunta. Mueve la cabeza de lado a lado, pero parece solo un gesto que acompaña la risa que esconde.

                —Hoy hace un año que fuiste la One Less Lonely Girl.

                Caigo en la cuenta. Hago una “o” con los labios, abro los ojos como platos. Por eso está haciendo esto. Ahhhh.

                —Bueno, olvidemos esta conversación —le pido—. ¿En qué estábamos?

                —Eso suena como en las películas en donde… —comienza, pero niega con la cabeza nuevamente.

                —¿En donde estaban besándose y alguien los interrumpe?

                —Sí —contesta. Hace una pausa, me mira, veo como pasa la saliva por su garganta—. Espera.

                Se pone de pie y camina hacia a mí. Me extiende la mano, pidiendo la mía. Se la doy y me ayuda a levantarme. Me deja parada, después agarra la silla en donde yo estaba sentada y la mueve al lado de la suya. Después vuelve conmigo al otro lado de la mesa, toma mi mano y me lleva hasta la silla. Están prácticamente pegadas. Cuando me siento, no deja de tomarme la mano. Después pasa su brazo por mis hombros.

                —No me gustaba verte al otro lado. Ya sabes, sin poder tocarte.

                Asiento con la cabeza, entiendo. Intento disimular la sonrisa, al menos esconderla, porque… me daría pena que viera la cara de tonta embobada que tengo justo ahora.

Pontoon (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora