Cuando ya me encontraba en el suelo casi a punto de gritar, alguien toco la puerta de la casa.
Eran Alice y Catherine, traían consigo a Jay y unas velas.
-Pero que hacen aquí...-Pregunte muy sorprendida y a la vez aliviada.-Por qué traen a Jay y esas velas.
Jay no se puede quedar en casa y cuando preguntamos a nuestros padres sobre cuidarlo... ellos se negaron y nos dieron como única opción traerlo aquí.-Decía Alice resignada.-Contigo.
Trajimos velas pues dijiste que no tenías.-Dijo Catherine mostrándome 4 velas largas y blancas.
Dejaron a Jay en la cama de mis padres y poco tiempo después se fueron.
Yo no podía dejar de contemplarlo, era muy lindo y mono.
De repente comenzó a moverse por el dolor de la herida y yo al ver esto reaccione de inmediato tomándole la mano.
No me di cuenta cuando me quede dormida a los pies de la cama, solo con la cabeza y los brazos apoyados en las sabanas y plumones.
Cuando desperté, mi visión era un poco borrosa pero podía ver las cosas alrededor de la habitación. Jay estaba contemplándome, me miraba como si fuera una obra de arte.
-Quien eres...-Me pregunto él.
Yo no supe que responderle.
-S-soy una amiga de A-Alice...-Le dije nerviosa.
-Ahh...-Dijo él con una sonrisa.-Creo que te recuerdo.
Después de eso comenzamos a conversar sobre nuestras vidas antes de que entráramos en los túneles, él vivía cerca del mercado y su padre era herrero.
Teníamos muchas cosas en común por lo que conversamos por horas y nos reímos juntos... me sorprendió que no diera una señal de dolor.
Y como está tu herida.-Le pregunte con miedo.-Te duele mucho.
Él se miró, me miro con una sonrisa pero antes de que pudiera decir algo la puerta se abrió de par en par dejando ver la figura de un demonio negro, alto y delgado con los ojos rojos.
Tiro algunas cosas y al llegar cerca de nosotros coloco sus ojos en Jay, formulo unas palabras que en ese momento no pude comprender pues tenía demasiado miedo, lo único que pude hacer fue colocarme delante de él y cerrar los ojos.
Jay al verlo también cerró los ojos pero después de unos segundos unas pisadas hicieron rechinar la madera de mi casa.
Al abrir los ojos pude ver lo figura de un lobo de unos 2 metros de altura, negro con franjas doradas y unos ojos color anillo de Kayser.
Éste nos miró y se fue por la puerta de entrada.
¿Que había sido eso?, ¿que era esa cosa negra con ojos rojos?, ¿por qué quería a Jay?
Todas esas cosas pasaron por mi cabeza en un segundo.
Por qué...-Pregunto Jay apretando la manga de mi poleron.-Por qué intentaste protegerme...
¿Por qué?...-Le dije pensando.-No lo sé...
En ese momento solo había pensado en protegerlo, nada más.
Pasaron unos minutos en los que él me miro sin decir una sola palabra.
No sabía que decir, hasta que él me dijo algo.
Mis heridas...-Suspiro.-Sanan muy rápido...
En ese momento me mostro el lugar de su herida, la que ya estaba prácticamente sanada.
No quise preguntarle nada, solo me limite a mirarlo.
Después de decir eso se levantó de la cama, dio unos cuantos pasos hacia mí y dijo.
Ves.-Sonrió.-No pasa nada. En ese momento las piernas le temblaron y se fue al suelo, alcance a agarrarlo antes de que tocara el suelo.
En ese momento quedamos ambos congelados, mirándonos.
Sentí la necesidad de acercarme a él, pero logre evitarlo.
Muy al fondo de mi corazón ciento que estoy haciendo algo malo y eso no puedo evitarlo. Él rápidamente se levantó y volvió a sentarse en la cama.
Yo no logre formular una palabra sin tartamudear fui a la cocina y por primera vez me pregunte como hacer un almuerzo.
Que sucede.-Pregunto Jay acercándose a la cocina. Es que...-Dije agachando la cabeza.-No se preparar comida...
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Lobos en los túneles
WerewolfDescripción: Como te sentirias si tuvieses que vivir bajo tierra en invierno, iluminado solo por una vela. Desesperación, miedo, obacuridad y un secreto jamas rebelado. Es la primera descripción que he hecho... Perdon por mi ortografiay gracias por...