- La cena -

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Me quiero desmayar, me quiero morir, sigo esperando que la tierra se abra bajo mis pies y me trague. Mi padre me hizo escribirle una carta a Alexander invitándolo a cenar en su casa, para que así se conociera formalmente con la familia. Eliza me sostenia mientras yo sujeto mi frente mirando el suelo, me encontraba abrumada de la idea de que mi padre y Alexander comieran en la misma mesa.

— Vamos Angélica, no es tan malo. Alexander es buen partido y papá lo aceptará — intento animarme Eliza

— Si no es que papá le saca un ojo, claro — dijo Peggy, creo que ahora sí me voy a desmayar, Eliza miró a Peggy fulminandola con la mirada —. ¡No es como si fuera a ocurrir! ¡Estoy segura que papá y él se llevarán de maravilla! — exclamó rápidamente. Asomamos nuestras cabezas al comedor, papá y Alexander cenan en completo silencio, sentados a cada extremo de la larga mesa, Alexander se atragantaba de la carne, metiéndose varios trozos a la vez en la boca, sus manos temblaban y podía notar el brillo de su sudor resbalar por su frente, su nueva era de completa incomodidad. El rostro inexpresivo de mi padre lo observa inexpresivo, su mirada pasa de arriba a abajo por Alexander, analizandolo con sus fríos ojos. El bebía un poco de vino mientras con su tenedor juguetea con la carne

— Alexander, confío en tí — murmuré llevando mis manos a mi pecho. Estoy segura de que lo va a lograr, recibiremos la bendición de mi padre, y entonces... ¿Y entonces que? ¿Nos casaremos? No pude entrar bajar la mirada sonriendo al pesar en qué habría la posibilidad de casarme con Alexander, eso sería maravilloso. Pero antes de fantasear con ello, debo esperar ansiosa que mi padre le de el permiso. Sé que no hay nada que Alexander no puede hacer, estoy segura que usando solo palabras logrará que papá diga "muy bien", confío que mi padre pensará en mi felicidad por un segundo, papá tan solo miralo ¡Es un encanto! Escúchalo hablar, oye sus ideas, tan solo dale la oportunidad de amarme. Trague en seco, observando a mi padre levantarse

Empecé a hiperventilar, Peggy y Eliza me sujetan para que no me caiga, su morada no ha cambiado. Estamos perdidos, no lo va a aceptar, lo hechara de la casa y le dirá que no sea tan idiota, será algo que no querer ver. No ayuda que camine tan calmado, casi sabiendo que me estoy desmayando de angustia para dejarme con esa fuerte presión en el pecho, papá ¿Por qué eres así? Alexander también se levantó, mi padre soltó un suspiro agotado

— ¿Puedo confiar que mi hija estará en buenas manos? — Alexander asintió múltiples veces, su pecho subía y bajaba levemente, estaba tan nervioso y asustado como yo. Mi padre le ofreció su mano, Alexander algo sorprendido la acepta —. Se honesto con ella — un apretón de manos, para sellar aquello. Me levanté, mi alma regreso a mi de golpe. No pude evitar sonreír ampliamente cuando Alexander giró su cabeza para verme con una sonrisa, sujeté los bordes de mi vestido y corrí hasta él. Cuando soltó la mano de mi padre me sujeto de la cintura, y me levanto mientras yo me sostenia de sus hombros

— ¡Wow! — exclamé alegre cuando me bajo, me abracé a sus hombros —. ¡El chico es mío! ¡Es mío! — me sentí orgullosa al ver a mis hermanas y exclamar aquello, ellas me sonreían. Peggy saltaba sujetando las manos de Eliza que ahora la ve sonriente, me gire a Alexander y lo volví a abrazar con fuerzas. Mientras lo abrazaba observe a mi padre, que sonreía con los ojos húmedos, el asiente para ir con mis hermanas. Eliza, la verdad no sé cómo te sientes ahora, no quiero verte porque sé que está sufriendo mucho, pero ojalá te sientas un poco feliz por mi

Alexander me entendió si brazo, yo lo sujeté aferrándome a él. Ambos empezamos a caminar para llegar al jardín de mi casa. Estaba atardeciendo, suspiró aliviada sintió un peso irse sobre mis hombros, me alegra que papá aceptará mi relación con Alexander

— ¡Angélica! — le mire sonríente, el tiene una mirada melancólica y una suave sonrisa, Alexander ¿Por qué eres tan bello? —. No tengo un solo dólar a mi nombre, ni tierras con grandes casas, ni una tropa que comandar, ni un poco de fama — me enumero levantando sus dedos, yo arqueo una ceja con una sonrisa, eso ya lo sé, pero no por eso te quiero menos —. Todo lo que tengo, aparte de tí, es mi honor, mi tolerancia al dolor, un par de reconocimientos universitarios y mi mente brillante — apunto a su cabeza haciéndome reír —. ¡Enserio! Tú familia saca un lado diferente de mi, tus hermana confían en mi, y creí que tú padre me iba a morder de forma literal ¡Pero no te estreses! — me sujeto de las mejillas para mirarme finamente a los ojos —. Mis sentimientos por ti no están puestos en duda, conseguiremos un lugarcito en Harlem y lo resolveremos — lleve mi mano a la suya, el sigue sujetando mis mejillas. Suspiró entristesido, lo mire levemente preocupada —. He estado viviendo sin familia desde que era un niño. Mi padre se fue, mi madre murió, crecí incontrolable — bajo la vista, para luego volver a verme, tomo mis manos y las llevo a su pecho —. Pero nunca olvidaré el rostro de mi madre, eso era real, y mientras yo esté vivo, Angeli, le juro a Dios que nunca te sentirás tan feliz a mi lado — luego alejó sus manos de mi, de su bolsillo saco un pequeño anillo de plata, quien sabrá cómo consigo comprarlo. Pero mis ojos se humedecieron, y lo ví con el corazón en la mano, me sentía indefensa, su mirada me ahogaba en alegría y no pude evitar sonreír con imbécil, ¡Dios! Este hombre me tiene rendí a sus pies —. ¿Te casas conmigo? — se arrodilló para mostrame entre sus manos el anillo, ¿De verdad eso se pregunta?

— ¡Acepto! ¡Acepto, acepto, acepto, acepto! ¡Alexander, acepto! — Alexander sonríe, para levantarse y ponerme el anillo, creo que estoy llorando. Mi vista está nublada y mi pecho arde. Estoy demaciado feliz para expresarlo con palabras, me abalanzó sobre el para finalmente besarlo, se siente tan bien el besar a quien amas, sujeto mi nuca y yo pasé mis manos por sobre sus hombros. ¡Más feliz no puedo ser! Nos alejamos con grandes sonrisas dibujadas en nuestros rostros

— ¡Mi vida está completa si tú estás en ella! — exclamó dándole un beso a mi mano, yo limpie mis lágrimas rápidamente

— ¡Miró tus ojos y el cielo es mi límite! ¡Te amo Alexander! — exclamé rebosando de alegría, el me observó con sus ojos abiertos de par a par. Para reír levemente y sujetar mi rostro

— También te amo Angélica —

[...]

Ay, que bello quedó el cap ✨

Nos leemos



- Solo Está Vez - [Hamilton] [Alexander×Angelica] [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora