— Un, deux, trois, quatre,Cinq, six, sept, huit, neuf — Angélica toca las teclas del piano con una sonrisa, le costaba creer que hace nueve años que había tenido a su angelita, la luz de sus ojos; La pequeña Elizabeth, aunque dos años más tarde tuvo a Philip y dos años más tarde de Philip llegó Alexander Junior y otros dos años más tarde llegó James y aunque no estaba segura al cien por ciento, tenía la leve sospecha que tenía un pequeño en su vientre, aunque nada lo confirma o lo niega, la sospecha empezó la semana pasada. Ama a todos sus hijo por igual, son su mayor tesoro y daría su vida por ellos, pero le tenía un especial apego a Eliza, que es su princesita. La pequeña llevo sus manitas al piano y busco repetir la melodía que produjo su madre
— Un, deux, trois, quatre,Cinq, six, sept, huit, neuf — repitió la pequeña, había heredado el cabello castaño rojizo de su padre que lleva peinado en unos tirabuzones, su piel levemente morena, sus mejillas rosada y regordetas están cubiertas de pequeñas pecas casi imperceptibles, sus ojos no eran como los de Alexander, había heredado sus ojos café pero con el brillo de inteligencia y altanería característico de Alexander. Angélica sonríe satisfecha, su pequeña es tan inteligente como ella y como Alexander
— Bien — felicitó a su hija, que sonríe orgullosa —. Un, deux, trois, quatre,Cinq, six, sept, huit, neuf — repetía Angélica
— Un, deux, trois, quatre,Cinq, six, sept, huit, neuf — Angélica frunce el entrecejo, pues Eliza cambió la letra de las últimas notas
— Sept, huit, neuf — aclaró Angélica, la pequeña vuelve a intentarlo
— Sept, huit, neuf
— Sept, huit, neuf
— Sept, huit, neuf
— Sept, huit, neuf
— ¡Bien! — ambas llevan sus manos al piano — ¡Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve! — exclamó siendo seguía de Eliza que sonreía entre la melodía. Su hija recibió su nombre en honor a su hermana y también madrina de la pequeña, la cual no paro de llorar cuando tuvo en sus brazos a su sobrina. Eliza hace un tiempo escapó con un hombre rico para casarse con él, un tal John Barker, estaba al tanto que difícilmente su padre aceptaría su matrimonio –aun a estas alturas, Angélica vivía consternada que su padre le haya permitido casarse con Alexander–, por lo cual no juzga a Eliza por haberse ido, además mantenían contacto por cartas, aún cuando tardarán en llegar mantenían largas conversaciones por cartas.
— ¡Mamá! ¿A Papi le gustará mi poema? — hablo emocionada. Angélica ríe y lleva su mano a la cabeza de su pequeña
— Claro mi amor, la has escrito con todo tu corazón — menciono sonríente
— ¡Con todo mi sudor, lágrimas, sangre, y tres diccionarios a un lado! ¡No olvides los tres diccionarios mamá! — exclamó sonriendo, Angélica soltó una carcajada
— Si amor, también tres diccionarios — sonríe siendo correspondida por Eliza —. Ahora ve al comedor a prepararte yo llamo a tu padre — la pequeña asiente y se va al comedor, llevando consigo una hoja donde escribió un poema dedicado a su padre, el cual considera el más maravilloso de todos. Angélica toma aire para luego expulsarlo por la boca, se encaminó al estudio de Alexander con una sonrisa y paso apresurado, abrió la puerta de madera —. ¡Toma un descanso! — exclamó estando adentro, su esposo levantó la mirada del documento, se veía agotado con grandes ojeras y su cabello despeinado
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- Solo Está Vez - [Hamilton] [Alexander×Angelica] [Finalizada]
Short StorySolo está vez, juro que solo está única ves seré egoísta contigo Eliza Yo te amo, eres todo para mí. Siempre podré mi felicidad por debajo de la tuya y la de Peggy porque lo son todo para mí. Las amo más que a mí misma, yo dejaría todo a un lado por...