Me miró con su sonrisa petulante y dijo:
-Veo que me estabas esperando.
Un momento ¿qué? Por qué lo estaría esperando, ¡no, no puede ser, el pijama! Cojo rápidamente la bata que esta a los pies de mi cama y me la pongo en un abrir y cerrar de ojos.
-Eres más pudorosa de lo que pensé- dijo mientras se reía a carcajadas, a pesar de que eso me enfureció no negaré que tiene una risa preciosa y ¡Dios! No me había fijado que tiene unos hoyuelos que lo hacen ver más perfecto aún.
-Y tú eres una contradicción andante, en el bar, aquella noche me dijiste que parecía bastante promiscua- dije
-En ningún momento te escuché negarlo- se burló.
-No valía la pena hacerlo, no tenía ganas de complacerte discutiendo - espete.
-Claro- dijo con una expresión irónica.
Camine hacia la puerta y la abrí hice un gesto típico de la realeza para indicarle que se retirará. Él se acercó mirándome fijamente, al llegar a la salida puso su mano sobre la puerta y la cerró dejandome acorralada, nuevamente.
-No tengo ganas de irme aún-dijo
-¿Qué?- dije sorprendida.
Se alejó dándome un espacio prudente para respirar, mientras le ponía play a la película nuevamente se sentó en la cama de Megan, como si fuera su dormitorio.
-Te dije que te fueras - esta vez fui un poco más dura.
Pero al paracer le hizo gracia.
-Me voy a ir cuando se me dé la gana, no cuando tú lo digas princesita.- dijo con una sonrisa ganadora en su rostro.
Perfecto, no le daré el gusto en sacarme de mis casillas, si se quiere quedar que se quedé. Viendo mi película y comiéndose mis chocolates, porque yo me voy.
Le lancé una mirada asesina esperando a que recapacitara y se largara, pero nada. Me puse unas converse blancas, que se me ven ridículas con el pijama de seda, aunque no lo hace directamente se que me está mirando, sin siquiera prestarle atención me dirijo a la puerta, salgo directo hacia la entrada para tomar un poco de aire y caminar. Pasan alrededor de dos horas y decido volver. Al llegar a la habitación Matt se ha ido, mi plan ha resultado ser un éxito. Me quitó la bata y las converse, apagó la luz y me voy a la cama, deseando ya un sueño reparador. En cuanto me acuesto siento un frío estremecedor y es com... ¿¡qué!? ¡No, no, no, Dios santo!, la sábanas están empapadas, pero ¿cómo...? Me lavanto a la velocidad de un rayo y enciendo la luz. Lo primero que veo es un papel pegado en la pared, me acerco y lo tomó para leerlo, "Espero te hayas refrescado hace mucho calor ¿no? Princesita", pero cómo ha sido capaz de hacer algo así. Que bueno que se haya ido porque de estar aquí lo mató.Ya es de día, acabe durmiendo en la cama de Megan, me preparó para ir en busca de trabajo, cualquier cosa que sea part-time me sirve así que voy con muchas expectativas.
Recorro un par de lugares y nada. Me doy cuenta de que llevo horas sin comer y empiezo a tener hambre, voy a una cafetería y pido un jugo de naranja con unas tostadas y mermelada. A pesar de mi mala racha nocturna, me siento motivada.
En cuento terminó voy por los últimos lugares que tengo marcados siguen siendo: cafeterías, restoranes uno que otro salón de belleza y guarderías, nada de otro mundo.
Al llegar a mi última opción, me siento sorprendida es un lugar precioso y muy lujoso, creo que es una cafetería, pero no estoy segura, bueno sea lo sea espero quedar.
Una chica muy bella me hace pasar, llevandome hasta el lugar de entrevistas, hay más personas de las que esperaba, pero me siento confiada. Tomó asiento y aguardo hasta que me llaman, sólo entonces comienzo a sentir nervios, giro el pomo y entró a la oficina, me espera sentado un hombre de mediana edad, cabello oscuro y viste un traje hecho a medida, esboza una cálida sonrisa y me indica la silla invitandome a tomar asiento.
-Parker ¿no?-dijo el hombre.
-Samantha Parker- respondí con una sonrisa de oreja a oreja.
-Perfecto señorita Parker cuénteme por qué quiere trabajar para nosotros- preguntó mi entrevistador.
Porque desde que era niña he sentido una gran pasión por no querer morirme de hambre, pense para mis adentros, pero como no quería ser despedida antes qué contratada, respondí:
-Cuando era niña mi papá tenía una cafetería, siempre jugaba a que atendía a los clientes o preparaba las bandejas- agregué una sonrisa como si estuviera recordando buenos momentos- desde ese momento me sentía parte de lugares así, además es una excelente oportunidad para poder financiar la universidad-dije.
-¿Qué estudias?-pregunto el sujeto.
-Estoy en la facultad de Derecho en la NYU- respondí orgullosa.
Esbozó una sonrisa de oreja a oreja y respondió.
-Creo que tendremos una futura abogada en la familia.
No estaba segura de que quería decir eso, pero supongo que estoy contratada.
-Eso quiere decir...- dije esperando que el completará la frase.
-Quiere decir que comienzas mañana a las 6 pm -respondió.
-¡Genial! - dije emocionada- muchas gracias señor...-
Recién caigo en cuenta de que no si quiera sé como se llama.
-Frank, Frank Williams- dijo con una cálida sonrisa en su rostro.
-Williams...-pronuncie su apellido a modo de pregunta, esperando que no sea lo que estoy pensando.
-Sí, Williams, veo que has hecho algún alcance de nombre ¿no?-dijo en tono persuasivo.
-Usted es...-me interrumpió y dijo.
-Sí, soy el padre de Matt, princesa- ahora entiendo de donde viene el mote- no te contrate sólo para servir café, sino para que también me cuentes en que anda Matt.
¿Qué en que anda su hijito? Haciendole bullying a las chicas como yo, en eso anda. Dije para mis adentros, sin embargo lo que el escucho fue:
-No sé que tan útil le pueda ser señor Williams, yo ni siquiera habló con él.
-Frank, dime Frank, no te preocupes, sólo necesito que en ocasiones lo observes y ya, eso es todo, mi relación con él... es bueno... cómo decirlo...-dijo algo incómodo, por lo que lo detuve y dije:
-Haré lo que este en mis manos, Frank-.
Puse énfasis en su nombre, ambos nos reímos y despedimos con un abrazo, me retiré de la oficina algo confundida por lo ocurrido, pero contenta por saber que al fin tengo empleo.
(...)
Llegue a la residencia había sido un día largo y agotador, sinceramente esperaba que Megan siguiera de fiesta y poder estar sola, sólo la cama, mi música y yo. Entre en mi habitación tome mi ropa, toalla y mi estuche con los articulos de aseo, fui directamente a la duchas, dejé mis cosas en el casillero que me correspondía y me dispuse a tomar una ducha de en sueño. El agua caía desde mi cabeza hasta mis pies, liberando todas las tensiones que podía tener, era una sensación magnífica. Luego de veinte minutos aproximadamente bajo la ducha, decidí salir, me envolví en la toalla y fui por mis cosas al casillero.
-¡Mierda!- grité. Estaba sola así que no me preocupe por lo que dirían.
Mi ropa no estaba, sólo había una nota que decía: "con cariño Lissa y Cami". Malditas desgraciadas, ¿Qué les hice? Para que me hicieran esto, mi habitación está muy lejos de las duchas y en este minuto nuevamente no se si gritar, morirme o llorar.
-Vamos Sam, tú eres valiente, has pasado por cosas peores, vamos Sam, tú puedes- me digo en voz alta para coger valor.
Salgo del camerino aferrada a mi toalla que por cierto cubre un cuarto de mi muslo. Camino rápidamente evitando la mirada de algunas chicas en el pasillo, pero no lo logró. Definitivamente esto será noticia mañana. Cuando por fin veo la puerta de mi habitación está toda mi ropa tirada en el suelo y manchada con pintura. Ahora si tengo ganas de morir. La recojo y entró a la habitación y como si el día no pudiera ser peor ahí está Matt, tiene un bolso en la mano y esta echando algunas cosas de Megan, al oír la puerta se da vuelta y me mira, para variar se burla en mi cara de mi aspecto.
-Si quieres que me acueste contigo sólo tienes que decirlo, no eres mi tipo cierto, pero puedo hacer un sacrificio, no es necesario que te pasees así delante de mí- dijo con una sonrisa malévola en su rostro.
-¿Qué haces aquí?- espete molesta y a punto de llorar por la humillación que esto significaba y la que viviría mañana cuando Lissa y Cami le contarán a todos la "broma" que habían hecho.
-Vengo a buscar unas cosas de mi prima- dijo.
-¿tú prima?- dije confundida.
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Tal vez...Sí por Ti.
RomansSam, una chica bella y común... Matt, es un chico malo y guapo... Ella tiene muchos limites, y el no tiene ninguno. ¿Qué pasará cuando polos opuestos con pasados idénticos se encuentren? ¿Qué ocurrirá cuándo Matt derribe todos los miedos de Sam; p...