Capítulo 8: "¡Maldito vestido!"

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-No es necesario- espete con una sonrisa hacia Frank.
-Lo es, no quiero que te pase nada y la residencia no está precisamente cerca, tú turno termina a las doce y son las once cincuenta y ocho- dijo mirando su reloj- así que es una orden.
-Esta bien, pero si llegó muerta, es su responsabilidad- dije riendo al igual que Frank mientras  señalaba a Matt.
-Jamás ensuciaria los asientos de mi auto con tu sangre, princesita- espetó Matt con cierta arrogancia en su voz.
-Trata de comportarte hijo, la chica es de armas tomar- bromeó  Frank.
Me despedí de mi nuevo jefe con una sonrisa, su primogénito si quiera lo miró, Matt fue el primero en salir, empujó la puerta con fuerza y esta casi me rompe la nariz al devolverse, la volví a empujar y salí detrás de él. Al llegar al estacionamiento comienzo a buscar su coche no estoy segura de cuál será su estilo, logró identificarlo cuando lo abre con el control, es un Ford mustang, mi padre me enseño algo de coches cuando nuestra relación era relativamente estable; lógicamente se sube sin abrirme la puerta, una vez dentro me acomodo el vestido y espero a que arranqué, a diferencia de otras noches hoy hace mucho frío y no traje nada para cubrirme, Matt lleva sólo su camiseta negra, pero parece estar bien sin una chaqueta. Enciende el motor y pone la radio bastante fuerte para joderme, cómo no, escucha rock, gracias a Dios es uno que no me desagrada. Me estremezco por el frío y tiro más de mi vestido, el se da cuenta de mi gesto y dice:
-Hace mucho calor ¿no?.
-No- espete muy seria.
-Pues yo creo que sí-respondió a la vez que apretaba un botón por el costado del volante.
¡Genial! Es convertible, perfecto ahora podré morirme de frio, quizá a eso se refería cuando decía que no ensuciaria sus asientos con mi sangre, claro que no, sólo me provocaría una muerte lenta a causa de una hipotermia.
-Lo tuyo no es la empatía ¿verdad? -dije molesta.
-Como lo tuyo la lógica- espetó sarcasticamente.
Pasamos un rato en silencio escuchando la música, seguía muerta de frío, pero al parecer el disfrutaba verme sufrir, comenzó a andar más rápido en la carretera que estaba despejada, el viento casi me volaba y en un descuido levantó la falda de mi vestido- ¡maldito vestido!- no fue mucho, sólo se vio un poco más arriba del muslo, Matt se percató de este hecho y no dijo nada, pensé que me haría alguno de sus comentarios, pero nada, sólo se limitó a tomar con fuerza el volante dejando sus nudillos blancos por la presión que ejercía, esto provocó que las venas de sus brazos se empezarán a marcar y los músculos a contraer, resaltando aún más en la parte de la piel tatuada, mantuvo la vista fija hacia delante con una respiración muy intensa y por alguna razón todo eso me ponía muy inquieta, no sabía cómo comportarme y los nervios me consumían al igual que la confusión, debe haber visto a cientos de chicas completamente desnudas, por qué se pondría así sólo por que mi falda se levantó producto del viento. Pasado el incidente sin decir nada, nuevamente, cierra el techo y le sube el volumen a la radio ahogando cualquier intento de comunicación.
-Gracias- dije en cuanto llegamos a la residencia, me baje y cerré la puerta.
Matt bajo el vidrio de su auto negro y dijo:
-Bonitas bragas.
Me mejillas ardían por la vergüenza, habría jurado que no se alcanzaron a ver, pero al parecer estaba equivocada. Mi infierno hecho persona se dio cuenta de lo sonrojada que estaba y espetó:
-Adiós princesita- acompañando sus palabras con un guiño en el ojo y sonriendo dejando a la vista esos hoyuelos que amenazan a mis piernas.
Me di vuelta indignada y me dirige a mi habitación, en cuanto abrí la puerta, vi a Megan tirada en la cama llorando como si el mundo se fuera acabar. Me acerco a ella preocupada, en cuanto siente mi presencia se seca las lágrimas y me mira con una cara que hace que quiera matar al que provocó esto.
-¿Qué pasó Meg?- pregunté asustada.
-Nada... bueno todo... ¡ay! Ya no sé...-dijo sollozando.
-Meg soy tú compañera de habitación es cierto, pero podemos ser amigas, dime que ocurre- espete tratando de imapartirle confianza.
-No puedo decirte Sam, tú eres una chica muy inteligente, a la que jamás le pasarían las estupideces que me pasan a mi, no quiero que veas lo tonta que soy-respondió muy acongojada.
-Meg, no digas eso, ya dime que te pasa, tal vez desahogarte te haga bien-dije animandola.
-Esta bien, pero jura que no te burlaras de mi- dijo.
-Lo juró- espete.
Se le llenaron los ojos de lágrimas antes de hablar.
-Hoy fui al "Williamstars coffee" es la cafetería del papá de Matt- se explicó.
-Lo sé trabajo ahí, hoy fue mi primer día- comenté.
-Me alegro que ya tengas empleo, seguro se te dio muy bien el primer día-dijo con una sonrisa en el rostro cubierto de lágrimas.
-Si... fue muy intenso- respondí recordando los acontecimientos- pero bueno, no nos desviemos del tema.
Su rostro se volvió a entristecer y prosiguió.
-Por ser la sobrina de Frank, tengo algunos descuentos y como tenía hambre pensé que sería buena idea, cuando iba llegando vi a través del cristal que... que...-se detuvo a llorar y no pude evitar abrazarla, cuando logró calmarse, continuo- Cami estaba sentada en las piernas de Ryan y el la besaba y tocaba como nunca lo hizo conmigo, jamás formalizamos, pero él me dijo que quería ir en serio y yo como estúpida le creí.
-Meg... pensé que tú sabías que el sentía algo por Cami, se le nota bastante cuando están cerca, lo lamentó, pero... -dije sin saber cómo continuar.
-Tranquila Sam, quizá era muy obvio, pero estaba y estoy tan enamorada de él que no me di cuenta- espetó.
-¿Enamorada?-pregunté confundida.
-Sí, ese es el problema por eso me duele aún más lo que hizo Matt, de hecho creo que estoy más sentida con él que con Ryan- respondió avergonzada.
-¿Matt? - espete desconcertada, qué tenía que ver él en esto.
-Al ver a Cami y Ryan salí llorando, Lissa se dio cuenta y me siguió, ella es mi amiga a pesar de todo y cuando me alcanzó me preguntó que ocurría.
-Ya...-dije expectante.
-Le conté que cría que Ryan tenía intenciones más serias conmigo y que verlo con otra me lastimó mucho- se le quebró la voz- entonces ella me dijo que todo había sido idea de Matt.
-¿A qué te refieres?- volví a inquirir.
-Sam, sé que tú eres nueva y no conoces mucho de esta universidad, pero si puedes mantente alejada de Matt el con su cara perfecta y unos hoyuelos asesinos, es malo, lo digo en serio- dijo preocupada- hace un año yo estaba hablando con Sophie, mi mamá, estábamos en una reunión familiar, Matt nunca asiste a esas cosas, pero por alguna razón ese día fue y escucho que yo le dije a mi madre que me gustaba mucho un chico, ella me preguntó su nombre y yo le dije que se llamaba Ryan, y que era amigo de Matt, seguí hablando con ella durante un rato y cuando salí estaba mi primo muerto de la risa en el pasillo.
Tomó aire me miró y yo asentí.
-Tranquila, esto no saldrá de aquí Meg- la tranquilice.

-Cuando Matt me vio me acoso con burlas, pero luego prometio no decir nada, me quede tranquila y confíe en él hasta hoy...- respiro y continuó- Lissa me contó que Matt y Ryan habían apostado cien dólares a que si Ryan se cogía a alguien Cami lo tomaría en cuenta.

-Entonces...-dije aún confundida.

-Entonces, Ryan estaba seguro de que Cami jamás lo tomaría en cuenta, por lo que Matt le dijo que sí, y en ese momento mi primo le dijo a Ryan que me cogiera a mi, porque sabía que ganaría, me uso para ganar cien dólares porque sabe que amo a Ryan y sabe que Cami me odia, ella querría tener lo que yo tuviera entonces se interesaría en mi chico, el mismo que jugó conmigo.- dijo completamente abrumada.

Al escuchar esto me enfureció, cómo Matt que era su primo la pudo lastimar así. Miré a mi nueva amiga y le dije:

-Hey! Meg, llora cuanto quieras ahora, porque nosotras también sabemos jugar- espete sin tener un plan concreto en mente mientras miraba la sonrisa que aparecía en su rostro.
La abrace y nos pusimos a ver películas románticas, como la del chico en silla de ruedas y la de la chica que se queda embarazada y no puede viajar. Comimos chocolates y lloramos en las partes emocionantes, tuvimos realmente una noche de amigas.

Tal vez...Sí por Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora