×°ＧＯＬＤＯＬＤ ＷＥＥＫ°×

°×Día Seven: Lemmon×°

Los rayos del sol comenzaban a atravesar la ventana del cuarto de los gemelos, las cortinas blancas eran muy transparentes para evitar que esta atravesara, la cual llego directamente a la cara del albino que a pesar de estos comenzaba a despertar en la mañana del primer día del año. Abrió sus ojos color Hierro lentamente observando como los rayos del sol daban en su cara, gruño por lo bajo. Iba a levantarse para poner otras cortinas que impidieran el traspaso de la luz y así dormir más junto con su pareja.

Pero cuando iba a levantarse sintió unos brazos envolverlo con fuerza, se dio la vuelta asumiendo que era su pareja pero al verlo en el estado que lo vio el sol ya no era una molestia. Su cara se tornó roja al ver a su novio desnudo con una marca de dientes en el cuello, bueno las sabanas cubrían una parte de su desnudez al igual que un poco de la propia. No recordaba muy bien que lo hayan hecho, temió que había obligado a su hermano a hacerlo, el no quería obligarlo para nada. Pero no había tomado demasiado, porque si no le hubiera dado resaca ¿Entonces?

—¿G-Gold?— Estaba despertando, al verlo lo único que hizo fue sonrojarse. Se veía adorable, se estaba tallando un ojo como si fuera un niño pequeño.

—Buenos días...— El mayor se acurrucó en su pecho mientras con una mano recorría los tatuajes que tenia. No estaba molesto, al aparecer estaba muy tranquilo

—Buenos días— Susurró mientras formaba una sonrisa, y dejaba un beso en el pecho de su pareja.

—Golden, se que te sonará algo tonto pero, no recuerdo bien lo que paso anoche luego de la fiesta— El mencionado río leve.

—Tranquilo, no me obligaste si es por lo que te preocupas— Se relajo en los brazos del menor cerrando sus ojos —Fue asombroso...

Y de pronto, el recuerdo de la noche anterior regreso a la mente del albino.

(...)

Ambos iban llegando, era la una y media de la mañana. Gold dejo parqueado el auto donde lo dejaba siempre, se bajaron del auto tenían algo de alcohol en las venas paro la sobriedad era demasiada ya que solo habían tomado una copa. Entraron a su hogar donde se dejaron caer en el sillón, se quitaron los zapatos y los calcetines quedando descalzos por mejor comodidad. Se abrazaron en la comodidad de su sofá no tenían sueño, a veces no dormían porque simplemente no les daba sueño.

El mayor se levantó del sofá seguido por su pareja, que lo abrazo por la espalda con amor.

—¿Adonde vas, amor~?— Susurró colocando su cabeza entre el hombro y el cuello de este mismo.

—A cambiarme por algo mas cómodo, solo eso y así nos quedamos viendo una película si quieres— Acaricio la cabeza del albino.

—Mmmm, no se no tengo ganas de dejarte ir. Estoy muy cómodo así...— Habló entrecerrando sus ojos, dejando pequeños besos en su mejilla.

—Gold~ Solo dejame cambiarme y luego te daré todos los mimos que quieras

—Ñu, ñu quiero— Hablo haciendo un puchero con los labios como si fuera un niño pequeño faceta que solo mostraba con Golden.

—¿Si te doy un beso me dejas ir?— Preguntó

—La respuesta la tendrás si luego de que me lo des— Le dio vuelta al rubio para que este comenzara a besarlo con amor pasando sus brazos por el cuello del menor. Mientras profundizaba el beso abrió un poco su boca dejando espacio para que su gemelo ingresara esta cosa que no dudo en hacer.

A ambos les encantaban ese tipo de besos, cuando se separaron quedo un hilo de saliva uniendo sus bocas. Por instinto el albino volvió a besarlo con misma intensidad, jugando más con la lengua de su contrario guiándolo lentamente a la pared donde lo dejo sin escapatoria. Otra separación, bajo sus besos al cuello del rubio siendo suaves y algo húmedos escuchando los leves jadeos de este.