°×Día Two: Decirle Al Sr. Golden×°

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¿Ocultar su relación hasta encontrar la ocasión perfecta para decirle al Sr. Golden sobre lo que sienten sin importarle lo que les diga? Bueno, eso era lo que pensaban los gemelos, ya que últimamente el de canas había tenido muchas juntas pero también era algo bueno para ambos, porque podían estar juntos sin preocuparse de que su abuelo los viera y por los demás les importaba poco, confiaban en el personal -Que era poco- porque sabían que ellos eran fieles y no dirían nada.

Pero no todo siempre es como uno quiere, lo que nos lleva al presente de este capitulo. Samanta, una de las sirvientas era la mas fiel a ambos, ella al ver como el mayor se iba a otra junta, se dirigió a la habitación del menor de los gemelos para avisar que podía estar con su hermano sin preocuparse porque su abuelo los descubriera. Toco suavemente la puerta de la habitación de este escuchando un "Adelante" de su parte.

—Joven Gold, su abuelo ya se fue— El albino sonrió por lo que la de ojos rojos le dijo —¿Quiere que le avise a su hermano?

—No es necesario Samanta, yo lo hago. Gracias de nuevo por guardar el secreto— La pálida sonrió

—No se preocupe Joven, ustedes saben el porque ayudo con esto, además de les soy fieles— El albino sonrió mas, para salir de la habitación recordando que aquella dama tenia una esposa y un hijo que era su amigo.

Con pasos algo apresurados se dirigió a la puerta de su gemelo, toco suavemente escuchando como su este le daba permiso de pasar.

—¿Como esta la estrella fugaz más hermosa?— Si así le decía en forma de cariño. El mencionado sonrió al ver a su pareja cerrando la puerta detrás de él.

—Muy bien, ¿Como esta el copo de nieve más hermoso?— Pero tampoco el se quedaba atrás con los apodos. El albino se sentó a su lado y lo tomo de las mejillas par plantarle un pequeño beso en los labios.

—Estoy perfecto, porque te estoy viendo— Admitió provocando un notorio sonrojo en el rubio.

—¡Mi cara, tonto!— Le reclamo en un puchero provocando que el que fue insultado solo riera, el mayor fruncio el ceño y tomo una de las almohadas de su cama —¡Haber si te ríes después de esto!

Comenzó a golpearle con esta misma en la cara, el albino puso su brazos en una forma para poder protegerse de los ataques de su hermano mayor. Se paro de la cama escapando del alcance de su pareja que aun así lo persiguió para seguir pegándole con la almohada,  cuando paso cerca de la cama tomo una almohada también y contraataco golpeándolo suavemente. Así estuvieron un rato, golpeándose con las almohadas entre varias risas, una que otra pluma se caía de las almohadas y bueno uno que otro insulto cariñoso. Cuando se cansaron, se acostaron en la cama, riendo por las acciones que estaban haciendo unos minutos atrás. Se sentían como si hubieran vuelto en el tiempo, que eran niños de nuevo y se estaban peleando como solían hacerlo. Unas risas después, se vieron directamente a los ojos, a unos centímetros de juntar sus labios el rubio llevo su mano derecha a la cabellera del albino acariciando suavemente mimando a su contrario que cerro sus ojos disfrutando de la sensación.

—Te amo— Susurro Golden entrecerrando sus ojos sin parar de acariciar la cabellera de Gold que sólo abrió un ojo para sonreír ampliamente.

—Yo Te amo mucho más— Susurro también dejándose mimar, adoraba que las delicadas manos -Bueno eran delicadas a su perspectiva- de su hermano mayor lo tocaran.

Golden se acerco un poco mas y frotó ambas narices con amor. Que mal que no todo siempre es de color de rosa.

Unos minutos después entro el Sr. Golden a la mansión, Samanta se altero al verlo con la duda que recientemente había salido y no podía haber llegado tan rápido. Pero según lo que escucho que le decía a Jeffrey era que se le habían olvidado unos papeles que Gold Tenía. A pasos algo apresurados subió las escaleras Samanta iba detrás sigilosamente, porque no quería que a los jóvenes le pasara lo mismo que a ella con sus suegros, el mayor toco fuertemente la puerta de Gold para que este le abriera. Pero como iba a hacerlo, estaba en la habitación de Golden, que por cierto ambos escucharon como llamaba al menor se miraron nerviosos.

×°GOLDOLD  WEEK°×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora