Küssen | Oushitsu Kyoushi Haine | [Heine x Leonhard]

6. An underwater kiss

¿Dónde pensarían sus hermanos que se encontraba? Probablemente en su cuarto, pero para su desgracia o fortuna no era así.

Se encontraba bajo la lluvia junto con el pequeño tutor pegado a él, tal vez debieron de hacer lo que habían dicho... Correr hasta llegar el gazebo donde solían hacer las fiestas de té con la Reina madre, pero por razones que no sabría explicar en ese momento, se encontraban en medio de un beso.

Tal vez no era el mejor momento, ya que con cada segundo que pasaba se mojaban más, pero sentir el agua recorrer por sus rostros y labios era una sensación completamente nueva.

Lentamente se separaron del otro, no estaban convencidos de terminar con el beso, pero necesitaban aire y un lugar donde cubrirse. Así que aun con la mano del príncipe posada en una de sus mejillas, Heine se echó a correr hacia el gazebo.

— ¡Oye, espera!— inmediatamente el joven le siguió.

Los minutos pasaban y la lluvia no paraba. Habían decidido no moverse de aquel lugar para no mojarse más de lo que ya estaban, creyeron tontamente que en algún punto la lluvia les haría la buena obra de parar momentáneamente y así pudieran llegar a la entrada del palacio.

—Creo que tendremos que mojarnos— dijo el tutor al ver la situación en la que se encontraban. —Un poco más— agregó al ver como prácticamente el rubio le señalaba que ya lo estaban con las mejillas sonrojadas.

—Te vas a enfermar, además hace un momento estornudaste— menciono al recordar el picnic con su prima Beatrix.

—Le vendría bien que me enfermara— afirmó, parecía que decía una verdad absoluta.

—Me vendría bien si no me dejaras deberes, pero lo haces... así que no me conviene del todo que te enfermes— soltó un suspiro y se abrazó a sí mismo para calmar un poco el frío que estaba sintiendo.

Heine lo miro de reojo con un puchero, a veces llegaba a ser tan terco que le molestaba.

—Alguna vez jugué con mis hermanos en la lluvia, pero fue muy poco tiempo...— comentó después de un momento de silencio, y con la mirada un tanto perdida en el recuerdo.

— ¿Acaso quiere que me ponga a jugar con usted en la lluvia?— preguntó con cierto tono burlesco. —Creo que fue suficiente con lo de hace un momento.

— ¡¿Qué?! ¡Claro que no!— exclamó totalmente sonrojado. —La lluvia está bajando, vámonos— sin pedir ningún permiso tomo una de las pequeñas manos del tutor y salieron de aquel lugar que los resguardaba.