Al abrir mis ojos lo primero que veo es el rostro durmiente de Aaron, me quedo unos segundos observando como duerme. Se ve tan tranquilo e inocente en sus sueños que no me gustaría despertarlo. Llevo una de mis manos hasta su rostro quitándole un mechón de cabello de la cara. Tuerce un poco la nariz, pero no se despierta. Sonrío al ver su cabello desarreglado, Aaron siempre lo ha tenido muy bien peinado, bueno como un príncipe debería llevarlo. Pero, sin tiempo de poder arreglarse ha tenido que dejarlo desordenado, y aunque no lo diga me encanta como le queda ahora. Antes se veía como un niño mimado, ahora tiene pinta de hombre rudo; aunque no lo sea.
Aún con una sonrisa en el rostro intento levantarme para irme a verificar los alrededores. Pero, por primera vez desde que me desperté, me doy cuenta de mi situación. Aaron tiene mi cintura agarrada posesivamente por su brazo derecho, nuestras piernas enredadas unas con las otras. Siento mis mejillas calientes al tener en cuenta de que solo visto su camisa. Su cercanía me nubla los sentidos haciendo que me sintiera nerviosa. Los recuerdos de la noche anterior me golpean sin tregua causando que mi corazón vuelva a latir desbocado. Me parece injusto que yo sea un manojo de nervios, y que mi corazón amenace con salir corriendo de mi pecho, mientras él duerme plácidamente.
Intento alejarme para poder salir de su agarre, pero Aaron me acerca aún más a su pecho. Inconscientemente, dejo que mis fosas nasales se inunden con su olor. Viendo que no puedo salir de su agarre, cierro los ojos relajándome.
No es como si no lo estuviera disfrutando.
Sin embargo, luego de haber despertado no puedo volver a dormirme por más que lo intente. Por lo que de nuevo abro mis ojos, y comienzo a agitar a Aaron para que despierte.
—Aaron. Despierta.
Lo agito y lo agito, pero no consigo que despierte. Quedándome sin paciencia decido usar otro método. Con mi mano izquierda empujo su hombro lo más fuerte que su agarre me permite, pero el movimiento me juega una mala pasada, y rodamos hasta yo quedar encima de él. Sus brazos aún me sujetan, Aaron no tiene indicio alguno de querer despertar y mi paciencia se agota. Enojada le doy un manotazo en el pecho.
—Demonio Aaron, despierta —. veo que sus ojos se comienzan a abrir lentamente, cuando por fin los tiene abierto casi grito de alegría, pero el muy idiota vuelve a cerrarlos.
Adivino que mi cara tiene que ser un poema. Me remuevo de nuevo a ver si consigo una reacción de su parte, quien diría que Aaron es tan fuerte en sus sueños. Al removerme, él también lo hace clavándome algo en el vientre.
—¿Qué demonios? ¿Quién duerme con una daga?
Cansada de la situación, llevo mi mano hasta sus costillas y con mi dedo índice y del medio le doy un pequeño golpe entre sus costillas haciéndolo abrir los ojos mientras se sienta y me mira enojado.
—¿A que ha venido eso? —pregunta llevándose una mano hasta la costilla, soltándome de su agarre; al fin.
—¡Es tu culpa! No despertabas, te agito, te zarandeo, y tú bien chulo durmiendo. Luego la maldita daga que llevas en la cintura se me ha clavado en el vientre. ¡Joder! ¿Por qué llevas una daga para dormir?
—¿D-daga? —pregunta algo nervioso, lo miro al rostro fijándome de rostro colorado. ¿Por qué tanto nerviosismo?
—Olvídalo, voy a cambiarme. Así que gírate.
Sin decir nada se gira mientras yo busco mi ropa ya seca, y me visto. Me siento cómoda de nuevo al tener mi ropa de vuelta, le indico a Aaron que puede girarse de nuevo y le entrego la camisa. Rápidamente se la pone.
![](https://img.wattpad.com/cover/126500224-288-k654346.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Guerrera de la Luna
FantasyErase una vez y dos son tres una bella y hermosa princesa la cual fue rescatada por su príncipe azul y se casaron a pesar de haberse conocido hace un día. ¡Por favor! Como si eso sucediera de verdad, a veces los príncipes no se enamoran de las prin...