Mi clóset

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Nota

¡Hola gente! ♥ Año nuevo, fanfic nuevo xD Sé que tengo otros pendientes por ahí pero quería traerles este que ya lleva bastante tiempo guardado.

Será un FF corto, de máximo 10 capítulos. Cabe destacar que no es precisamente un drama, tiene algo de comedia (?) Simplemente quise intentar esta temática de manera dulce. No busco ofender a nadie.

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Saliendo del clóset

"Mi clóset"

Todas las elegantes y refinadas personas que avanzaban por el lujoso pasillo en dirección al gran salón de fiestas, miraban descaradamente al único hombre que iba en dirección contraria, intentando alejarse de la pretenciosa reunión de la empresa para la cual trabajaba. A pesar de las miradas curiosas, no miró atrás, siguió con paso firme, luciendo tan lejano y perfecto como siempre, intentando escabullirse de la molesta escena de la cual había sido partícipe instantes atrás y que, estaba seguro, sería el cotilleo de todo el mes en la empresa.

Y es que el maravilloso y exitoso Choi Seung Hyun había sido humillado por una de sus compañeras, Park Jung He, frente a toda persona presente, incluyendo los grandes directivos. Esa chica era de la clase de mujeres que con algunas copas demás se volvía castrante y grosera.

«Marica» Le había llamado sin escrúpulo alguno, tras ser rechazada de la manera más educada que jamás le volvería a pasar. Sin embargo el alcohol demás y el mal genio que tenía por naturaleza le provocaron el vómito verbal de esa noche hacia la persona equivocada.

Y no era que Choi fuera vengativo, o poderoso e incluso rencoroso, él no era nada de eso, sólo era un hombre como cualquier otro, con sus propios demonios personales. Y Jung He había removido uno.

«Impertinente» Le calificó él, cuando salió a toda prisa, sin perder la elegancia y porte suyo, directamente a su tan amado y preciado automóvil, ese bebé que le costó la mitad de sus ahorros, pero que valieron la pena, y que ahora era su medio de escape.

Escasos minutos después pudo estacionarse en su garaje. A medida que se adentraba en su casa se iba deshaciendo de las molestas prendas de elegancia, dejándolas en el piso, creando un camino hasta su reserva de vinos, ese licor rojizo tan adictivo para él, su confort en días como esos. Tomó una botella y siguió su camino hacia su habitación, sin molestarse en llevar una copa, quitó el corcho con habilidad y entró a la estancia.

Se quedó quieto, mirándose en el amplio espejo que yacía detrás de su cama, abarcando casi toda la pared, su aspecto era desaliñado, su ropa estaba removida y esa expresión afligida que siempre llevaba con él. Su único estado de ánimo parecía ser la tristeza.

Desvío la mirada de su reflejo, decepcionado, llevándola directo a la puerta caoba de su grandioso armario. Sonrió, le gustaba almacenar toda clase de ropa, aunque sólo usara siempre el estilo formal, aunque esa no era la verdadera razón del tamaño tan grande de su clóset.

—Siempre regreso aquí. —Murmuró, bebiendo un gran trago de la botella, para finalmente adentrarse a su escondite favorito. —Mi propio armario...

Se dejó caer a mitad de la estancia, entre penumbras, a pesar de que tuviera electricidad en ese lugar no se molestó en encender la luz, se dejó iluminar tan sólo por la claridad que se filtraba por la puerta entre abierta. Era uno de esos días dónde la palabra marica, como le había llamado Jung He, le pesaba, la sentía tatuada en todo su cuerpo, y era la causa de su condena.

Y ahí, a oscuras y ya con tan sólo la mitad de vino en la botella, comenzó a llorar una vez más.

...

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