Lo siento, hijos

Todo aclarado

-¡Pero que te ha pasado!-exclamó Amy.

Y es que Sheldon tenía cara de acabar de salir de un campeonato de boxeo profesional.

-No os lo vais a creer... - dijo este mientras aceptaba el pañuelo que le ofrecía su novia.

Howard, que llevaba todo el tiempo callado, rompió el silencio diciendo:

-Por que no vamos todos a cenar a mi casa y os lo contamos todo.

Cómo todos estuvieron de acuerdo, salieron del desordenado despacho.

Penny, que no se había enterado del todo de lo que pasaba, preguntó:
-¿Quién es usted?-dijo dirigiéndose a George.

-No merece que le trates de "usted"-interrumpió Howard.

-¿Por qué?-preguntó una extrañada Penny.

-Gramaticalmente, el "usted" se utiliza para aquellas personas que merecen respeto y admiración. Cosa que "este" no se merecerá ni en un millón de años,aunque, de pequeño, cómo si fuera imbécil, era la persona a la que yo más admiraba.-intervino Sheldon.

Después de eso, nadie habló durante un rato.

Howard y Sheldon iban detrás de todos y cuándo Leonard miró hacía detrás de reojo, vio que , aparte de tener cara de haber visto un fantasma, tenían el brazo envolviendo los hombros del otro, cosa rara, ya que no eran precisamente los mejores amigos y solían reírse del otro todo el tiempo, pero ahora parecían más unidos que nunca.

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Una vez llegaron al aparcamiento, Leonard y Penny , aprovecharon para irse en seguida a casa de Howard y Bernadette, ya que la situación era extremadamente incómoda.

Y aquí venía el dilema ¿con quién iría George?

El problema es que no podía ir con Howard, por qué lo insultaría durante los veinte minutos que duraba el trayecto, pero tampoco podía ir con Sheldon y Amy, por qué él estaba tan cabreado que era capaz de empezar a pelearse otra vez.

Howard sugirió que Sheldon y él podían ir juntos, pero este se negaba a separarse de Amy, así que al final, George acabó yendo con Sheldon y Amy.

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En el coche:

Quedaban cinco minutos de viaje en un ambiente tan tenso que se podría cortar con un cuchillo, cuándo hubo que parar en un semáforo.

Amy miró por el espejo retrovisor al hombre que estaba en el asiento trasero.

Era alto, delgado y pálido.

Su pelo gris aún dejaba ver algún mechón que  conservaba su marrón oscuro original y sus ojos azules miraban hacía el suelo avergonzado.

Parecía tan afligido que le dio un poco de pena.

Desvió su atención hacía el otro ocupante del coche, que tenía el 50% del ADN del anterior.

Ahora que se fijaba bien, se parecían mucho.

Mismo pelo, ojos (no sólo color, también forma), color de piel, altura y masa muscular.

Iba a decir algo para relajar un poco el ambiente, cuándo el semáforo se puso en verde.

Lo mejor era llegar lo antes posible.

Iba a ser una noche muy larga.

Un agradecimiento especial a M_otaku47 por su colaboración en este capítulo.