28 de Diciembre

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      Cada vez estaba más cerca del fin y parecía que no había respuesta, era como si mi memoria se hubiese asegurado de hacerme perder el tiempo << Aunque claro, me obliga a recordar mi paliza navideña y luego me da un descanso >> Tal vez necesitara un milagro, uno de esos que suelen aparecer en las telenovelas, aunque según recordaba no era tan fácil... debía sufrir, agonizar y luego una florecita arreglaría todo.

- Y no olvidemos la brisa. – Dije llenando mi dedo con un poco de saliva y levantándolo a mi lado, aquel era el método por excelencia para captar las ráfagas de aire.- Aunque hay viento de sobra. – Culminé al notar como mi ropa se movía impulsada por una corta ráfaga de viento. – El milagro quizá esté cerca. – Afirmé y seguí caminando.

      Aunque estaba seguro de algo, mis recuerdos me habían permitido fijarme en algo de vital importancia... haberme embriagado resultaba extraño, generalmente solo llegaba a la fase 1 de alcoholización... quizá la 1.5 pero jamás llegaba al punto de perder el uso de la razón.

      Un grupo de jóvenes pasó corriendo junto a mi gritando una canción que no logré entender, a simple vista se podía notar que llevaban prendas típicas de celebración: Gorros coloridos, corbatas, silbatos << Y por lo visto petardos>> Aquello lo noté cuando los fuertes sonidos de explosión comenzaron a sonar a mis espaldas.

      Vi un carro aproximándose en la lejanía, era el primer carro que veía luego de varios minutos, debido a la hora suponía que ya la gente había decidido finalmente bajar un poco su actividad nocturna y asentarse en sus casas. Ignoré el vehículo hasta que noté un gesto extraño, había aminorado la velocidad y bajado las luces, luego comenzó un extraño patrón... como si me llamara <<Luces bajas, luces altas, luces bajas...>> acto seguido aumentó la velocidad.

      Me quedé congelado un momento sin saber que ocurría, quizá si me trataba de llamar, quizá el conductor me había confundido con algún conocido << Quizá no sea buena idea quedarse y notar que me estaba equivocando>> había posibilidad de que no se hubiesen confundo, había posibilidad de que las señales fuesen para mi.... De que le hubiese pegado a alguien que me estaba buscando, retrocedí un par de pasos pensando que hacer y acto seguido comencé a correr.

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28 de diciembre (3 días antes de Año Nuevo)

      Mi corazón latía con fuerza, generalmente aquel gesto se tomaría por una sensación de "enamoramiento" o "atracción" ¿Y por qué no? Cuando se estaba frente a una chica generalmente aquello sucedía... pero esta vez no. Tenía las manos entre los bolsillos de mi chaqueta y no podía apartar la mirada de la castaña, parte de mi mente me hacía sentir furioso en aquel momento a la otra parte le daba igual.

      La chica volvía a vestir su uniforme azul marino con aquella gorra, la última vez que la había visto en la tienda ella sonreía, al menos se forzaba en hacerlo, esta vez no. No sabía reconocer si ella estaba expresando vergüenza o arrepentimiento en aquel momento, con suerte al menos debería sentirse culpable.

- Entonces... - Dijo ella finalmente.

- ¿Qué? ¿Ya está todo? – Respondí creyendo que la castaña solo hablaría como trabajadora.

- Si... digo... ¿Eso fue lo que ocurrió?

- Supongo que si ¿Ya registraste todo entonces? – Moví la mano en el aire tratando de conseguir una respuesta.

- Jesús, si, ya registré todo. – Asentí con la cabeza y comencé a sacar mi billetera. - ¿En serio no quieres hablar de lo ocurrido?

- No, no quiero. – Conté los billetes hasta llegar a la cantidad que indicaba la caja registradora.

- Al menos dime si estás bien. – Ella apretó los labios y allí fue donde pude leer lo que sentía aquella chica "Culpa".

- Si claro, estoy bien. – Encogí los hombros y le pasé los billetes. – Me pegaron hasta debajo de la lengua, me dejaron inconsciente y moribundo... no pude aguantar mi vida por uno o dos días pero claro que estoy bien.

- Yo... lo siento, no había sido mi intención.

- Claro que no, fue totalmente mi culpa, me quedé como un idiota tratando de ayudar. – Agité los billetes con algo más de fuerza esperando que Sam los aceptase.- Aprendí la lección.

- Realmente lo siento. – La empleada finalmente aceptó el dinero y no tomó la molestia en contarlo, simplemente guardó el dinero. – Si hubiera una manera de recompensártelo.

- Déjalo así. – Levanté mi mano izquierda mientras que con la derecha tomaba la bolsa con mi compra.

      Esta vez ignoré lo que fuese que ella quisiera decir, simplemente me retiré con el placer de saber que ella si se sentía culpable por los sucesos. Salí de la tienda esta vez sin necesidad de tener el número de Sam para algún niño, la verdad solo salí de allí con un pensamiento en mente, una frase de una animación que había visto por internet <<Se dice "gracias" maldita malagradecida>> y la verdad es que aquello hubiese bastado.

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       Ya no podía correr más, el dolor que dormía había despertado en cada parte de mi cuerpo y lo que al inicio fue una carrera entusiasta ahora solo era un pésimo trote. Escuchaba aquel vehículo cada vez más, sin duda me había atrapado.

      Resignado tomé un último aliento y me recosté a la pared más cercana observando cómo las luces << Ahora luces altas>> terminaban de acercarse. Levanté las manos para cubrir mis ojos y tratar de observar mejor a mi perseguidor, el vehículo frenó cuando estuvo lo suficientemente cerca, bañándome de luz con sus faros delanteros.

- ¡Hasta que te conseguimos, maldito bastardo! – Aquella voz me puso la piel de gallina, era un chillido del que prefería mil veces correr.

- ¿K...Kathy? – Pregunté sin creerlo ¿En verdad era Kathy? Eso explicaría aquella brusquedad al volante.

- ¿¡Donde demonios estabas metido!?

Días antes de año nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora