Capítulo 1

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Una tarde en la ciudad de San francisco, exactamente a las 19:00pm

-No puede ser… ¡No puede ser! -gritó, cierta chica de pelo rizado y rubia, llamada Juliana Smith.
Acaba de salir el último disco de Dylan Stone, el cantante adolescente de 19 años que volvía loca a cualquier chica, quien estaba a la moda, al menos por el momento. Y Juliana estaba enloquecida con sus canciones, su estilo, su voz, su piel blanca, su cabello castaño oscuro y esos ojos de color marrón que hipnotizaban a cualquiera, sin olvidarse de sus hermosas pestañas…, era un sueño hecho realidad.
Diablos, ¿Cuánto iban a tardar en abrir?
Con la nariz pegada al cristal pudo ver al chico de la tienda venir a abrirle, caminaba tan lento, incluso bostezaba, parecía que el universo conspiraba en su contra ese día…bueno, ese, y el anterior, y el anterior…
Al abrir, corrió con torpeza y se lanzó sobre el mostrador.
-¡Quiero el original de “Tus labios sabor durazno”!-le dijo rápidamente.
El vendedor con pocas ganas y con todo el tiempo del mundo, (cosa que se le hizo eterno a Juliana) le entregó el disco. 
Por fin. Al fin lo tenía en sus manos.
Juliana, prácticamente le tiro el dinero y corrió a su departamento.
La ciudad de San francisco, ubicada en la costa oeste de los Estados Unidos. Era bastante glamorosa. Edificios, turistas, moda, valles, etc. Desde que Juliana se fue de Andorra, para poder crear su vida, se convirtió en una persona diferente. En la escuela le iba muy bien, pero nunca tuvo ganas de entrar a la universidad, así que dejó los estudios, sentía que su vida estaba demasiado tranquila, quería otra cosa, el pueblo en donde vivía era chico, conocía a todos, y ella quería…pasión, aventuras, y pensó que todo eso, lo iba a encontrar en San Francisco.
Juliana estaba trabajando, o mejor dicho, trabajaba, en un restaurante de comida rápida en la calle Nob Hill. Con lo que ganaba consiguió un departamento en la calle Lombard, nada muy elegante, pero le había dado su toque especial y eso era más que suficiente.
Al llegar a su departamento tiró su bolso hacia un costado, no podía esperar más, rompió el envoltorio del disco, ansiosa por escucharlo. Presionó “play” y…:

Nunca olvidare, esos labios sabor durazno,
esos que me llevan a la locura…”

Juliana suspiraba, amaba sus canciones. ¿Cómo alguien podía ser tan perfecto? Solamente con escucharlo se derretía, si tan sólo la conociera…
Un sonido ensordecedor la sacó de sus fantasías, malhumorada, pausó la canción y contestó el odioso teléfono.
-¿¡Que!?-dijo molesta.
-Adivina quién te consiguió empleo…-canturreo una voz femenina al otro lado de la línea.
-¿Qué? ¡No puede ser! ¡Adalia, eres una genio!-.
-Por supuesto que lo soy. Bueno, mañana a las 10 en MusicRecords, solo tienes que decirle tu nombre a la de recepción, besos-Adalia cuelga.
Su mejor amiga enserio era una genio. Ella y Adalia se habían conocido en el aeropuerto, accidentalmente habían cambiado sus maletas y entre charla y charla, habían descubierto que tenían mucho en común, Adalia era abogada, había venido en busca de trabajo, y cuando lo consiguió, decidió quedarse, así que se instaló a unas cuadras de Juliana. El tiempo las hizo mejores amigas, y cuando una necesitaba algo, la otra estaba para lo que sea.
Juliana se dirigió a su habitación, la cual estaba decorada particularmente con posters, carteles, cosas…todas de Dylan Stone. Amaba todas sus pertenencias, pero…debajo de su almohada, se encontraba su más preciado tesoro, una remera musculosa de Dylan. En uno de sus conciertos la había revoleado al público, y ella la había atrapado. Nunca la había lavado y la tenía en un folio, no sea cosa de que se arruine.

Ya eran casi las ocho, debía irse a dormir porque le esperaba un día bastante largo mañana. Juliana se puso un pijama celeste, una remera corta y unos shorts de verano.
Caminando sensualmente se dirigió, a la figura de cartón de Dylan que una vez había tomado “prestada” de una disquera.
-Hola mi amor…-le dijo abrazando la figura- hoy me compre el disco. Justo como prometí ayer. Mañana iré a trabajar, pero, te prohíbo que me extrañes, ¿Esta bien? Descansa mi cielo.
Juliana besa en los “labios” a Dylan y se acuesta a dormir, Ojala mañana sea un gran día…
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Okey, hasta aca el primer capítulo, ojalá les guste✌

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