Capitulo 6

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9:55am, departamento de juliana, ciudad de san francisco.

Juliana despertó tirada en el piso, y con un fuerte dolor en el cuerpo. Se había caído de la cama y no se había dado cuenta hasta recién. Perfecto. 
Quejándose de dolor, se dirigió al baño. Sonrió al verse despeinada, le causaba gracia. Al salir, empezó a elegir que ponerse, tenia que ir al trabajo en unas horas. Pero el celular sonó, interrumpiéndola.
- ¿Hola? -contesto somnolienta, y por dentro rogando que sea equivocado.
-Julia, ayer te llame todo el día, ¡¿Dónde estabas?!
Mierda.
-Ah, este…-exclamo nerviosa, pero luego recapacito, ella seguía enojada y encima él le había dado mucho trabajo, ¿Por qué debería darle explicaciones al bastardo? -Dijiste que reorganizara tu agenda, me canse y me dormí.

Silencio.

-Cierto… ¿Qué tengo para hoy? -contesto el, fingiendo indiferencia.
-Mm..nada importante, dos entrevistas por la noche-dijo revisando la agenda-Ah, y es cumpleaños de… ¿Sandra? Si, Sandra. Aunque supuse que esto último ya lo sabias.
Dylan al otro lado de la línea palideció, como pudo olvidarse…
- ¡Me olvide! -grito Dylan-En unos minutos paso por ti, quiero tu dirección.
Juliana atónita dijo su dirección de memoria, se encontraba tan asustada por el grito de Dylan que ni siquiera pregunto por qué o para qué.
Al escuchar el pitido anunciando que Dylan había colgado, empezó a reírse sola.
- ¡Claro! ¡Estoy soñando! Por supuesto que Dylan no vendrá a mi departamento. ¡Que locura! ¡Vamos es hora de despertar! -Juliana se acostó en el piso en la misma posición en la que había despertado, quizás así despertaba del sueño. Pero no, nada. 
El timbre sonó.
Juliana se levanto de golpe y tardó en reaccionar.
- ¡Ya va! -graznó. 
Luego se agarro la garganta, ¿Esa era su voz? Que mas da. Juliana revoleo todo hacia el baño, la figura de cartón y todo lo relacionado con su fanatismo.
-Hola- saludo ella al abrir.
Dylan de nervioso paso a pensativo y la examino de arriba abajo.
-Que bien me veo en esa remera-dijo mientras sonreía de lado.
Juliana se cubrió, la había descubierto.
- ¿Y qué haces acá? No es peligroso que te vean en la casa de tu secretaria-contesto como si insinuara algo. 
-Nos vamos de viaje.
¿Qué? 
-Vamos a San José, en el camino cancelas todas mis entrevistas. Son solo dos días, por la tarde de mañana volvemos.
- ¿Y qué pasa si digo que no? Si yo quiero puedo quedarme y dejarte solo-le contesto mirándolo directo a los ojos.
- ¿Es una amenaza? -dijo el con la mano en su barbilla.
-Quizás, depende que recibo a cambio.
-Que te despida, no pierdas el tiempo, te ves bonita con tu ropa, no creo que quieras volver a ese traje de conserje todo sucio, ¿verdad? -dijo enarcando una ceja.
-Bien.
Enojada y frustrada fue a preparar su bolso y a cambiarse
- ¿A dónde vamos? -pregunto mientras ponía una pulsera plateada en su “equipaje”
-Ya te lo dije, a San José. Es lo único que necesitas saber.
Juliana revoleo los ojos, que tipo más amargo, ¿será que podría haber un poco de azúcar en su personalidad? No lo cree.
-Tengo que cambiarme gorila, ¿Podrías esperarme abajo?
-Claro-dijo saliendo de el departamento, un minuto, ¡¿Cómo que Gorila? Pero ya era tarde, juliana le había cerrado la puerta en la cara.
¿Y ahora que debía ponerse? Revolvió todo su armario hasta que se decidió por un jean negro, una remera musculosa blanca, una campera de cuero blanca y sus botas marrones oscuro. Agarro su bolso plateado y salió.
-Ahora sí, lista.
Subieron al auto de Dylan y se dirigieron a la ruta en donde en menos de una hora estarían en San José. En el camino Dylan se la pasaba discutiendo con alguien al teléfono, mientras Juliana cancelaba las entrevistas, lo de siempre, un par de insultos de los periodistas, otros de ella, disculpas de ambos, promesas de que la entrevista se hará la semana próxima y listo. 
- ¡Ya te dije que es solo algo del trabajo Monique, me estas atosigando! -grito Dylan por tercera vez, Juliana estaba harta. ¿Quién carajo era Monique? ¿Qué tanto le importaba lo que hacia Dylan? Cuanta rabia. 
Enojada agarro el celular de Dylan, corto y tiro el celular hacia atrás.
-La vista al frente jefe-dijo en un tono mas seco del que quería.
Dylan atónito hizo lo que decía, ¿Eran celos? No, imposible. Y aunque así fuera, el no siente nada parecido al amor para con ella. 
- ¿Escuchas música? -pregunto ella desinteresada, como si lo de recién no hubiese sido algo atrevido de su parte.
-Si, pero tiraste mi celular atrás, ¿Recuerdas? -le dijo con intenciones de que ella le diga el por qué.
-Conecto el mío.
Sin escuchar quejas, así lo hizo y “Losing my religion” sonaba a todo volumen por la ruta.
Dylan cada vez que frenaban, golpeaba sus manos contra el volante siguiendo el ritmo, Juliana sonreía y a la vez tarareaba.
Cuando la canción termino, empezó “Misery Bussines
-Oh no…-dijo Juliana- Dylan, te pido perdón, pero esta canción es más fuerte que yo.
Dylan rio, era cierto, él lo sabía.
-Whoa, I never meant to brag, But, I got him where I want him now-grito Juliana a todo pulmón mientras sacudia su cabeza.
Dylan le subió el volumen. Y así iban gritando, bueno Juliana gritaba y Dylan cantaba, como si la música se llevara los problemas y por solo unos minutos fueran solo ellos. Cuando la canción termino se sonrieron cómplices, eso iba a quedar ahí, nadie tenia porque enterarse que el cerrado cantante había abierto sin saberlo, una de sus facetas que pocos conocían. 
Abandonaron la ruta y se adentraron en un sendero donde a lo lejos se podía ver una enorme casa. Todo iba bien, hasta que el motor comenzó a hacer un ruido extraño, que termino en un estruendo. Se habían quedado a medio camino.
-No puede ser-dijo Dylan quien salió a revisar el motor. Al abrir el capó lo invadió un humo negro. Juliana salió y con un pañuelo empezó a hacer viento para que el humo se dispersara. 
- ¿Qué tiene el auto? -pregunto, ella no sabía casi nada de ellos.
-No tengo idea-genial, el tampoco-Bien, caminaremos.
Sacaron sus cosas del auto y empezaron, una vez que llegaran llamarían a la grúa.
El camino se les hacia interminable, sobre todo a Juliana, quien se cansaba rápido. Ella tenia un problemita con eso, para no cansarse rápido, debían distraerla, hablarle, cantar, o algo así.
Pero obviamente Dylan no hablaría con ella a menos que fuera un caso de vida o muerte, quizás exageraba, pero así lo sentía ella.
- ¿De quién es la casa? -decidió hablar.
-Mi madre-respondió agitado.
¡¿Qué?!
-Es su cumpleaños, por eso vinimos.
Iba a estar en la casa de su futura suegra, iba a estar en su cumpleaños, con Dylan, y si dijo una noche, iban a dormir bajo el mismo techo. Era demasiado, y así en medio del calor, el camino interminable y un Dylan exhausto, Juliana se desmayó.
-No ahora, Julia-grito Dylan que tuvo que ayudarla para que no se caiga-digo Juliana, si te digo Juliana, ¿Seguirás caminando? 
- ¿Necesitas ayuda? -le dijo una voz.
-Primo Nicolás- sonrió Dylan.
Un chico de casi su misma edad, en una camioneta le sonreía, eran bastante parecidos, solo que Nicolás tenia los ojos azules, casi turquesa.
Serían unos días bastante agitados, para los tres…

Amor u obsesión?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora