Capítulo 7

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13:55pm, casa de Sandra, ciudad de San José.

Le dolía la cabeza, y las piernas. ¿Dónde estaba?
Al abrir los ojos se encontró en una habitación hermosa. Estaba acostada encima de una cama matrimonial, a ambos lados había mesas de noche, las paredes eran blancas, y a su lado izquierdo había una ventana con cortinas azules, que mostraba un hermoso paisaje.
- ¿Estas bien?
Dylan traía un vaso de agua con hielo, vestía una remera negra, que tenia la mano de Mickey Mouse mostrando el dedo del medio, unas bermudas y zapatillas. Hasta parecía un chico cualquiera, o bueno casi.
-Si, ¿Cómo llegamos? ¿Me arrastraste hasta acá? -pregunto tocándose la cara y el resto del cuerpo buscando moretones o rasguños.
- ¿Tan bestia crees que soy? -dijo sonriendo y enarcando una ceja.
Ella se sonrojo, desde aquello con Jason lo había tratado bastante mal, es cierto que no se había disculpado, pero, no se merecía tanto maltrato.
-Lo siento, no tendría que haber dicho eso.
-Descuida, es normal, trato muy mal a la mayoría, pero hago un esfuerzo-le sonrió- Mi primo, Nicolás, estaba en una camioneta y nos trajo, el auto esta con el mecánico de la familia.
Juliana asintió, menos mal, sino ¿cómo iban a volver?
-Vístete, tengo que presentarte a mi familia, ellos están abajo.
Dylan se fue, y al cerrar la puerta soltó el aire que no sabia que estaba conteniendo, siempre le pasaba lo mismo con ella. ¿Acaso tenia una especie de poder?
Se rio de si mismo, era un estúpido, quizás debería dejar las series de lado.
Juliana bajo por las escaleras que daban a un living donde la familia de Dylan tomaba café, tenía puesto un jean y una remera blanca un poco mas arriba de su cintura y una campera de cuero blanca. Estaba nerviosa, era demasiado, capaz que, si Dylan le avisaba que iba a estar con su familia, se hubiera preparado mentalmente, o al menos lo hubiera intentado.
-Bueno, familia, ella es Juliana, es mi secretaria-dijo Dylan.
-Hola, soy Nicolás-le dijo “Dylan 2”
-Si algo recuerdo de vos-rio ella- ¿Y dónde está la cumpleañera?
Una mujer de pelo castaño claro, nariz angosta y ojos oscuros, casi negros, se hizo presente con una bandeja llena de masitas y cosas dulces.

Miro a Juliana de arriba abajo e hizo un gesto de disgusto
-Con que, ¿Monique? ¿No? -pregunto Sandra mirando a Juliana y después se dirigió a Dylan-es bonita, lastima que la belleza no lo es todo. 
-Disculpe, pero, soy Juliana-exclamo molesta. Solo había escuchado el nombre de Monique dos veces y ya se había ganado un lugar en la lista de personas que no le agradaban.
Al escuchar esto, Dylan respiro pesadamente y con frustración paso una mano por su cara, maldición, ya iba a empezar la discusión.
-Lo siento, te confundí con alguien más-Sandra paso de ser el lobo furioso, a la abuela dulce-Yo soy Sandra, mamá de Dylan.
-Muy feliz cumpleaños, ¿Cuántos? ¿35?
Sandra rio y luego susurro:
-Me agradas niña
Invitaron a Juliana a tomar café y empezaron a charlar.
- ¿Cómo están los chicos? ¿Trabajan? -pregunto Dylan mientras comía un dulce.
-Si, cuando tienen ganas, son sus propios jefes, aunque a veces la abuela toma las riendas del asunto-comentaba Nicolás riéndose.
Juliana solo se limitaba a sonreír, eran bastante simpáticos, sobre todo Sandra, quien trataba a Dylan como bebé.
-Mi niño, deberíamos hablar a solas-dijo Sandra después de un rato-Nicolás, ¿Por qué no sales con Juliana? Necesito que vayan a comprar algunas cosas para la cena.
Nicolás solo asintió y se levantó seguido por Juliana.
-No debiste hacer eso-dice Dylan una vez que quedaron solos.
-Cariño, me debes una explicación, y creo que necesitas de mamá en estos momentos.

-Juliana, ¿sabes patinar? -pregunto Nicolás con una sonrisa pícara.
-No lo hago desde niña-dijo ella nerviosa. Luego se arrepintió, ¿Qué tan malo podría ser? Si lo hizo una vez, podría de nuevo- Pero, puedo intentarlo.
Nicolás sonrió y saco dos pares de rollers.
Después de unos minutos estaban recorriendo una plaza con pistas de patinaje. El paisaje era simplemente hermoso, lastima que Juliana no pudiera admirarlo del todo. Nicolás debía estar atajándola por momentos, sabia andar, pero ya no era tan buena.
-Y dime, ¿Para que has venido? -le pregunto mientras entraban a un almacén.
No tengo idea, pensó ella. Y era la cruda verdad no sabía que hacía ahí con ellos, pensó que debían trabajar, pero Dylan no le había dicho nada, a parte no había pensado bien las cosas, lo de Monique y las palabras de Sandra no paraban de revolotear en su cabeza.

-Hola, tierra llamando a Juliana-le dijo chasqueando sus dedos frente a ella.
-Ah, eh…No tengo idea. La cosa paso demasiado rápido, yo dormía, me caí, Dylan me llama, y cuando quise digerir lo que estaba pasando ya estábamos en la ruta-le contesto encogiéndose de hombros.
Nicolás rio, su primo era bastante caprichoso.
Cuando terminaron de comprar y llegaron a la casa. Vieron a un par de chicos peleando en el suelo.
- ¡Te dije que llamaras al productor! -gritaba un chico de tez blanca, pero con cabello oscuro.
- ¡Esa era tu tarea! -grito el otro. Era casi idéntico, solo que este, tenía un cabello color chocolate.
Nicolás solo se reía, mientras que Juliana aun los observaba entre curiosa y divertida. Pero la pelea termino cuando una sandalia golpeo la cabeza del morocho.
El chico se quejó de dolor.
- ¡Hay visitas mocosas! ¡Compórtense par de alimañas! -una mujer parecida a Sandra estaba bastante enojada. 
- ¡Perdón abuela! -gritaron al unísono.
Juliana se tapo la nariz para aguantarse la risa, se parecía bastante a su madre, todavía recordaba esas tácticas. Incluso de grande nunca fallaban.
-Soy Felipe- se inclinó el chico chocolate.
-Y yo Caleb-el morocho tomo la mano de Juliana y la beso.
-Encantada-contesto ella, imitando su juego.
Ambos sonrieron y se fueron, la abuela le sonrió a Juliana y miro sigilosamente a los mellizos. Si tan solo ella fuera la madre no serian tan bestias, o al menos parecerían más decentes.
-Pasa por acá Juliana, esas bolsas deben estar pesadas-le dijo Sandra apareciendo. Desde que había llegado no se había movido de la entrada.
- ¿Y Dylan? -pregunto mientras guardaba el vino.
-Esta afuera hablando por teléfono.
Juliana se retiró de la cocina. Camino por un pasillo hasta llegar a la habitación final, donde había una puerta de vidrio corrediza, que daba a un patio con piscina.
-Dy…-comenzó a decir, pero luego vio que hablaba por teléfono y decidió callarse.
-Si, esta bien Monique, la boda será en dos meses entonces…

Amor u obsesión?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora