Capítulo 3

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8:30am, ciudad de San Francisco, departamento de Juliana.

Juliana no había dormido en toda la noche, puede que su modo “momia” a haya pasado, pero los nervios seguían ahí. Se había preparado un café con leche, o mejor dicho, café y una gota de leche.
Había sido una tonta, no le había dicho ni un “hola”, ni un: “¿Cómo estás?”, nada. ¡Ni siquiera había terminado su disculpa! Hoy era un día especial. Si, iba a ir a trabajar, pero su primer objetivo era encontrar a Dylan, así sea que tenga que entrar al baño de hombres por la fuerza.
Revolviendo todo su armario se decidió por algo formal pero a la vez casual. Desde que tenía memoria le encantaba elegir o confeccionar su propia ropa, y según otras personas, era buena para eso. 
Se puso un vestido blanco hasta las rodillas, dejando al descubierto sus largas piernas. Arriba más que por el frio, era para darle su “toque”, se puso una campera de jean que le quedaba un poco más arriba de la cintura, y con las mangas hasta el codo. Y…para los pies, zapatillas. ¿Quién dijo que los vestidos solo van bien con zapatos? Sus zapatillas blancas quedaban perfectas. Estaba lista.
Al salir afuera se sintió segura de sí misma, todo era tan perfecto. Capaz que en el amanecer de mañana, ella y Dylan, hasta estarían casados.

No.
Mejor no apresurarse, sino….las cosas iban a salir mal. Siempre que planeaba todo en su mente, el destino le daba la espalda, haciendo que todos sus planes dieran un vuelco, y todo le saliera mal. 
Esta vez decidió caminar, al menos ya sabía dónde era, y no estaba llegando tarde.
Ya había llegado y algo nuevo la estaba esperando. Se escuchaban gritos y murmullos, ¿Qué había pasado? Un chico, quizás más grande que ella, estaba discutiendo con Dylan.
-Cody…, sino recuerdo mal, te pedí café-le decía Dylan con un vaso descartable en la mano, y con una sonrisa en el rostro-Ah, y con azúcar. ¿Esto tiene azúcar? ¿Esto es café, Cody? 
-Lo siento Dylan, es que no había más, y pensé que darte un té sería lo más adecua…-pero Cody no pudo terminar de hablar. Dylan había derramado todo el té, encima de él. 
-Espero que en su siguiente empleo le vaya mejor, porque estas: D-E-S-P-E-D-I-D-O-Después de decir esto, el cantante se fue; dejando a Cody en un momento de humillación. Y también, a una fan asombrada.
Juliana quien había visto todo desde la puerta, corrió a ayudar a Cody, quien permanecía en shock y no podía moverse siquiera.
-Vamos a secarte, ¿sí?-Juliana lo agarró del brazo y lo llevo al baño de hombres.
Juliana lo seco con una toalla, el pelo y la camisa. 
-Es la primera vez que veo semejante escandalo solo por un café- rio ella, pero el chico no le contesto. 
Una vez que termino Juliana se fue, a estaba llegando tarde pero eso era lo de menos. Le daba lastima aquel chico, solo se había equivocado como cualquier humano y esto era lo que recibía. Obviamente que capaz que Dylan ya pensaba despedirlo, o algo así. Se negaba a admitir que lo había hecho por maldad.
-Bueno, tengo que irme, me llamo Juliana, solo para que lo sepas. Cuídate, Cody-ella le guiño el ojo y se fue.
Juliana cerró la puerta del baño. Y Cody quien todavía estaba deprimido, logro soltar un gracias que ella no pudo escuchar.
En el pasillo, Luis estaba de brazos cruzados esperándola, ¿Por qué se tardaba tanto? 
-¡Llegue!-grito Juliana desde el otro extremo. 
Agitada se paró frente a Luis, y entrecortado logro decir:
-Perdón…por el…re…traso.
Luis solo negó con la cabeza y le dio la escoba. Juliana la tomo y se dirigió al baño a cambiarse, al final su atuendo bien elegido no había impresionado a nadie. Pero al menos se veía bonita. 
Una vez con el uniforme o mejor dicho, con el trapo puesto, empezó a barrer, por suerte hoy no tenía que encerar o algo así. 
-Estoy harto de todo esto, solo quiero a un inútil que haga lo que necesito-se quejaba un chico al pasar cerca de Juliana.
Era Dylan. Y ella estaba un asco. Perfecto. Por suerte estaba lejos de ella, capaz que si pasaba desapercibida podría safar…
-Después del escándalo que hiciste hoy… dudo mucho que alguien quiera trabajar con vos-le decía su representante mientras caminaba al lado suyo-Hasta yo estoy pensando en renunciar…
-Perdón, ¿Dijiste algo?
-Nada- se apresuró a contestar, no quería vivir lo mismo que Cody. 
-Tengo una idea. Dios, soy brillante-Diciendo esto Dylan se paró sobre un escritorio- ¡ESTOY BUSCANDO SECRETARIO O SECRETARIA SON LIBRES DE MATARSE POR EL PUESTO! ¡EL PRIMERO EN TOCARME LOS PIES GANA!
Al decir esto más alto, todos los que estaban allí corrieron en dirección al cantante.
Juliana quien seguía con su plan de ser “Invisible”, solo pasaba por ahí con el carrito de limpieza, con la cabeza gacha, todo iba de acuerdo con sus planes, hasta que vio que una multitud enfurecida corría hacia ella. Sin saber por qué, corrió también. Pero ¿Qué le pasaba a la gente?, ¿Acaso todos estaban locos?, cerró los ojos muy fuerte y se tiró al suelo.
Lamentablemente, se golpeó la nariz.
Pero, felizmente se golpeó contra la zapatilla de Dylan.
Juliana se quejó de dolor y se levantó como pudo, para encontrarse frente a frente con Dylan.
-Contratada-le dijo chasqueando los dedos.
-¡Genial! ¡Lo sabía! ¡Sabía que lo merecía! Esperen, ¿contratada para qué? - dijo ella al darse cuenta de que no sabía que estaba pasando.
-Serás mi nueva secretaria-le contesto Dylan sonriendo satisfactoriamente.
- ¿Qué yo seré tu qué? 
-Mi secretaria.
-Oh-juliana reacciono nerviosa.
-Bien primero voy a hablar con…Luis, mientras ve a comprar una libreta, o anotador, lo que sea. Ahí vas a copiar todos mis eventos, citas, entrevistas, y…quiero un café, bien cremoso y que tenga cacao rayado, todo eso para las…14:00hs-diciendo esto, Dylan se fue caminando.

Juliana intento entender que estaba pasando, todo era muy repentino. De limpiar vómito ajeno en los baños, paso a ser la mano derecha de Dios. Por fin el mundo se dio cuenta de que merecía algo mejor. Bueno, debía ir a buscar todo aquello, ¡Que emoción! 
Tan metida en sus pensamientos se llevó la puerta por delante. Al parecer festejo antes de tiempo y el universo la golpeo de frente, suele pasar. 
Una vez a fuera trato de hacer un repaso mental de todo lo que tenía que hacer. A las 14:00hs…y, son las… ¡13:30! No tendría que haber tardado tanto emocionándose. 
-Primero: una libreta-se dijo a sí misma en desesperación. Camino un rato, hasta que la calle de enfrente encontró una librería. Perfecto.
Entro y se lanzó sobre el mostrador.
- ¡Rápido! ¡Una libreta con señaladores ahora! ¡El color da igual! -le grito a la mujer que se veía realmente asustada. Juliana estaba tan nerviosa que había sudado, y todo su maquillaje se había arruinado, su peinado igual. Y con la ropa de conserje…bueno, la gente estaba un poco asustada…
-Primero tienes que hacer la fila…-le dijo tímidamente mientras señalaba a varias personas enfadadas.
-Pero…!!- ¿Acaso esta mujer no sabía que era una situación de vida o muerte? -.
-Descuide, yo le dejo mi lugar-se metió una voz masculina. Juliana se dio vuelta y se encontró con un chico morocho, de ojos café, y…, dios, una sonrisa encantadora. El chico miraba a Juliana como si fuera una nena de 5 años, porque, en verdad parecía una niña que estaba viendo un dulce.
-Bien, voy por la libreta.
- ¡Gracias! -le grito a la mujer, y dirigiéndose al desconocido-A ti también, gracias…
-No hay de que, ahora supongo que debería hacer la fila de nuevo, un gusto verte-el chico volvió a sonreír y camino hasta el final de la fila.
Por ese instante, y por primera vez, Dylan pasó a estar en segundo plano.
La mujer le dio la libreta, y Juliana no corrió devuelta a la empresa, solo caminó reviviendo en su mente aquel momento, una y otra, y otra vez.
A las 13:50, recién cruzaba las puertas del edifico, había caminado distraída y pausada. Pero un olor tan familiar la devolvió a la realidad.
- ¡Ay no! ¡El café! -gritó, a la vez que dejó sordo a un hombre que pasó a su lado.
Corrió a la cafetería, y para su suerte…la cafetera estaba rota, y, además, poco café. Su vida era perfecta.
-Perdón…, creo que me excedí con el café…-le decía un hombre detrás suyo.

Amor u obsesión?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora