Capítulo 3.

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...

—¿Entonces dices que...

—Si, ya te he explicado las cosas varias veces hermione. —me interrumpió de golpe, parándose de la silla de visitantes que estaba recostada a un lado de la puerta. Se acercó a mí y me dijo —Iré por mis padres, ya deben haber terminado de cancelar la atención.

Me senté en la cama rápidamente, dejando que mis pies se balancearan con suavidad.

—¿Atención? —inquirí frunciendo el ceño, mis ojos estaban posados en él. —Pero ¿cual? Si me has dicho que solo me inyectaron un medicamento.

—Esto es una clínica, prima, cobran por cualquier estupidez. —él respondió con obviedad, yo hice una mueca con una chispa de escepticismo.

—De acuerdo. —le dije, indicándole que podía irse.

Salió de la habitación, cerrando la puerta con lentitud.

Apenas el cerrojo estuvo en su lugar, un suspiro ahogado salió de mis labios,  tomando parte importante en la ahora desolada habitación.

¿Que mierda había pasado?

Según dave me contó, estuve con fiebre durante la madrugada y tuvieron que traerme de urgencia al hospital. Pero, la verdad estoy sumamente confundida, mis recuerdos no son estables, están significativamente distorsionados.

Lo último que recuerdo con claridad es haber estado gran parte de la noche debatiendome conmigo misma, decidiendo si debía ir o no al internado, después de decidirme a ir, sin importar lo que pasara debido a que era una gran oportunidad para mi futuro, me quedé profundamente dormida.

Después de eso, nada, vacío.

Escuché la puerta abrirse y me incorporé, esbozando una sonrisa sutil al ver a mis tíos.

La tía estrella tenía semblante abatido, llevaba puestos unos jeans y una blusa morada, su cabello atado en un moño mal proporcionado y unas inmensas ojeras decoraban sus pómulos. Mi tío estefan traía una campera gris y su semblante no era tan distinto al de su mujer, se miraba igual de agotado. Claramente ninguno de los dos había descansado como sus cuerpos demandaron.

—¡Oh, cariño! —mi tía estrella dijo conmovida al acercarse a mí —al fin estás... Despierta —me abrazó con fuerza y al separarse vi algunas lágrimas rebeldes haciendo acto de presencia en sus ojos verdes.

—Angel... —mi tío estefan susurró a mi lado, también me abrazó, pero a diferencia de mi tía, lo hizo de manera tranquila. —Estabamos angustiados.

—¿Te sientes bien? —mi tía interrogó de prisa, sentándose a mi lado mientras que mi tío estefan se paró al borde de la cama.

—Si, seguro... Bueno. —balbucee estúpidamente.

—¿Estás segura? —el escepticismo era palpable en la voz de mi tío, claro, cualquier ser pensante se daría cuenta de mi inestabilidad emocional en ese momento. Mis manos comenzaron a sudar frío.

—Me siento bien.. —susurré, agachando la cabeza, mis ojos detallaron la bata blanca de hospital que traía puesta. —Es solo que estoy algo confundida, eso es todo.

—¿Dave no te ha contando las cosas ya? —mi tía inquirió extrañada —cuando fue a buscarnos por que habías despertado dijo que te contó todo lo que sucedió.

Subí la mirada encontrándome con los inquietos ojos de mi tía, inspeccionando cada gesto que pudiera ocupar mi rostro.

—Él, si lo hizo. —aclaré —Pasa que no sé, me quedaría más tranquila si ustedes me dieran su versión de los hechos. —mi voz salió en un susurro.

Misterio en crosswell •|EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora