Yo.

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Sandra Hiler, rara, extrovertida e introvertida a la vez.
Pelo negro, ojos entre azules y verdes, tez blanca, todo esto gracias a mi padre, recuerdo cuando nací, mi madre me contó que mi padre se burló por 1 semana debido a que mis rasgos eran completamente parecidos a los de el, de mi madre no saqué más que su pelo ondulado, y su temperamento y tenacidad para poder hacer las cosas sin detenerme a mirar hacia atrás.

15 años, 15 años recien cumplidos, y es aquí donde te das cuenta que, ya no hay vuelta atras, lo que fue de tu vida e hiciste con ella ya quedó atrás, ahora eres tú, la que tiene que hacer tu camino al futuro, el futuro que tú quieres crear.

Llegas a los 15, donde te sientes grande, quieres ser grande.
Pero a la vez quieres ser chico, quieres regresar a esas noches donde tu mamá te leía un cuento para dormir, donde tu papá espantaba a los monstruos debajo de tu cama, donde mis únicas preocupaciones era la televisión y estar a tiempo en cama para que me arroparan mis padres.

Sin preocupaciones.

Llegas a esta edad donde no sabes como eres, no sabes describirte, e intentas encontrar tu identidad, yo he intentado encontrar mi identidad, hay momentos donde no me siento totalmente yo, y momentos donde siento que soy demasiado yo.

Esta es una edad llena de errores, y aprendizajes, los mejores aprendizajes de tu vida, al menos así me lo describió mi psicóloga cuando recién cumplí los 15 años.
Recuerdos de lo que fue tu niñez, e imaginaciones de lo que será tú etapa adulta.

Donde planeamos nuestro futuro, planeamos que estudiar, donde vivir, y hasta con quien y donde nos casaremos, todo eso lo planeamos sin saber que nada esta escrito, que no podemos planear nada, que no sabemos nada.

Donde decimos facilmente te amo, te quiero, sin saber que éstas palabras pueden ser un huracán, huracán que no sabemos controlar.

Para mi, haber cumplido 15, no fue tan terrible, fue un nuevo inicio, fue una página en blanco que me permitió agarrar mi pluma y escribir un nuevo inicio, uno donde solo estemos mamá y yo.
A los 14 se fue mi papá, sin explicaciones, sin despedidas, de la nada, se fue, nos abandonó, un año ha pasado desde que mi padre se fue sin previo aviso.
Por eso el día de mi cumpleaños me prometí olvidarlo, superarlo, e iniciar de nuevo, mamá y yo, la única mujer que ha demostrado estar para mi en todo momento.

Poco sabía que este cambio, todos estos cambios le darían un giro completo a mi vida, cumplir 15 años y súmenle a eso mudarme a otro país y otra ciudad en donde no conozco a nadie, totalmente extraño el panorama, no sabía a lo que me enfrentaba dejando que mi madre comprara una casa aquí.
No sabía lo que me esperaba.

Que decirle te amo sería una tortura.
Pero que decirle adiós sería aún peor.

Sandra Hiler, 15 años, futuro desconocido, presente aún más.

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