Green.

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Al tener nuestro tiempo libre, o como algunos le dicen "receso", July hizo lo prometido, me enseñó practicamente todo lo que tenía que enseñarme, y me contó todo lo que, para bien o para mal, me ayudaría a sobrevivir en este campo de guerra, y por ese detalle, de una completa desconocida, estoy sumamente agradecida.

Al finalizar el recorrido del Instituto termine agotada, pero sabiendo donde es el baño, las canchas internas donde cada sábado hay un partido de Basketball, las canchas donde practican las porristas, la cafetería, y el auditorio donde se hacen ceremonias importantes y presentaciones de música de la banda local.

-Vamos a comer Sandra, debes estar muriendo de hambre, además, mi hermano se preguntará donde estoy- y antes de que pudiera contestar, o protestar, me encontraba enfrente de Alexis Green, por segunda vez en el día. Esto nada más confirma mi teoría, y es que, estos chicos deben ser hermanos, polos opuestos totalmente, pero tienen cierto parecido ahora que los veo juntos

-Hey enana, veo que no tardas ni un segundo en agobiar a la nueva, pido una disculpa por mi pariente alocada- me dijo, con un tono diferente al que uso cuando chocamos- aunque, ya nos conocemos, o no es así, torpe?

-Lamentablemente si.- y sin más me dispuse a comer la hamburguesa que había comprado en la cafetería.  La comida de aquí no sabía tan mal, pero claro, solo había agarrado un pie de manzana y una sopa instantánea, no quise arriesgarme pues en casa todo sabía terriblemente mal.

-Oh, que bien que ya hayas conocido a Sandra hermanito, por que desde hoy, es mi nueva amiga- dijo totalmente emocionada July, comenzaba a caerme bien, su energía de me pegaba como chicle al zapato, esta chica no podía mantenerse callada en ningún momento y eso me parecía asombroso a decir verdad.

Alexis simplemente me sonrió, con algo de picardía, y seguido de esto me guiño un ojo, acto que me saco totalmente de órbita ya que, no llevábamos mas que unos diálogos compartidos y unas horas de conocernos, y el nivel de confianza que el empezaba a tener era atemorizante y foco rojo para no acercarme más a él.

-Pues bienvenida al club de Los Green, Sandra Hiler, espero sobrevivas a la actitud alocada de mi hermana, o a mis encantos, torpe- dijo sonriente, confiado de si mismo mordiendo una manzana totalmente verde, sacada de una película de Draco Malfoy.

¿Encantos? Para las chicas que te rodean tal vez Alexis Green, este chico tenía encantos que solo las rubias ojo azul lograban percibir, y no, sin estereotipar, podía ver a lo lejos dos amigas rubias, de ojos azules casi babeando por el chico que tenía enfrente.

Gracias a la vida, sonó el timbre, anunciando una nueva clase, desvie mi mirada de esos ojos brillantes y llenos de arrogancia, y me marché a mi salón, esta vez no llegaría tarde de nuevo, y mucho menos por Alexis Green.

Sin Buscarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora