15

6.8K 546 20
                                    


La brisa marina tenía un efecto mágico. Cuando creía que nada podría alivianar mi espíritu, Hawái era todo lo que necesitaba. 

Estaba tan agotada de viajar por el mundo solucionando el problema en el que Thomas Bolton me había metido, que realmente necesitaba atiborrarme del pacífico ambiente que reinaba en esta isla. 

Mientras estaba sentada sobre la tibia arena y escuchaba la suave melodía de las olas, mis pensamientos viajaban a una dimensión paralela, donde Alan y yo estábamos disfrutando de esto... de la maravillosa e imponente simpleza de la naturaleza, del mar, de los ruidos y aromas del lugar. Eso, hasta que mi celular comenzó a sonar y tomé la llamada solo porque era Pat. 

La última vez que ignoré una de sus llamadas, Tonny estaba siendo trasladado al hospital de Brooklyn mientras yo me emborrachaba como nunca más pensaba hacerlo en mi vida.

—Hola, Pat. ¿Todo bien? —murmuré mientras observaba cómo el sol había bronceado mi piel y mi bikini rojo había dejado su marca.

—Sí, todo bien. ¿Y tú?

—Bien, en Hawái aún.

— ¿No piensas venir a la inauguración a la que nos invitaron? —insistió. 

Pat llevaba un par de días hablando del asunto y estaba resultando ser una completa molestia al respecto.

— ¿Qué tiene ese lugar que es tan importante? —Me atreví a verbalizar la duda que me generaba su insistencia— Llevas días pidiéndome que regrese solo para su inauguración.

—Ya te lo dije —Comenzó algo nerviosa— Es un centro comunitario muy bonito y tal vez puedas ayudarlos. Sería tu primera actividad de beneficencia desde que tu padre falleció.

—Pat, de verdad, no creo que pueda. Es mañana, ¿no?. No tengo ganas de moverme de Hawái... No hasta el lunes, al menos.

—Pero Alicia...

—No, Pat —La interrumpí antes de que me sacara de mis casillas— No iré. Es mi última palabra. Ya lo conoceré cuando regrese.

—Bien, de acuerdo —soltó en un suspiro de resignación— No insistiré.

—Bien. ¿Algo más?

—No. Hablamos luego.

—Bien.

Al cortar la llamada, sabía perfectamente que no había sido nada de amable con Pat, pero honestamente, el asunto de asistir a dicha inauguración ya me estaba cabreando y me traía de los pelos. 

¿Tanto le costaba permitirme unos días de descanso lejos de todo?

Tomé nota mental para disculparme con ella por esa situación después y justo antes de perderme nuevamente en mis dimensiones paralelas con el recuerdo de Alan, el joven mayordomo del hotel se acercó hasta mí.

—Señorita Bennett, su almuerzo estará servido en breve —anunció.

—Gracias, Alaka'i —dije poniéndome de pie, orgullosa de haber dicho su nombre sin equivocaciones y caminando junto a él en dirección a mi habitación.

Justo en ese momento, un grupo de personas vestidas con trajes típicos hawaianos aparecieron en la playa y parecían realmente alegres y divertidas, mientras cantaban cosas que no entendía y bailaban al compás de sus canciones.

— ¿Qué es todo ese alboroto? —pregunté tentada a reírme por lo graciosos que se veían bailando.

— ¡Fiesta! —exclamó Alaka'i— La nieta de Abesaloma, uno de los ancianos más respetados de la isla, se casa esta tarde.

Stand by you [TERMINADA ]  #BlueStarAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora