14

6.1K 490 11
                                    


— ¡Hogar, dulce hogar! —exclamé soltando la maleta y encontrándome con Rupert en la cocina— ¡Hey! ¡Camarada! —exclamé recibiendo su afectuoso abrazo de saludo. 

¡Solo Dios sabe cuánto extrañe a este hombre!

— ¡Pensé que ya no volvías! —exclamó entre risas mientras nos separábamos y yo me dirigía directo a la nevera para conseguir una cerveza.

— ¿Y dejarte solo, bombón? —Le guiñe un ojo burlón y chasqueé la lengua— ¡Ni siquiera sabes cómo vivir sin mí!

— ¡Veo que llegaste de buen humor! —dijo pidiendo una cerveza con la mano y se la di de inmediato.

—Oye, me fui por una semana ¡Y pasé un mes fuera! ¡Esos orientales son una locura!

—Al menos te fue bien —Abrió nuestras cervezas y le dio un trago a la suya.

—Estupendamente. Tenemos nuevos negocios que atender, colega —afirmé con orgullo.

—Me alegro mucho.

—Bueno, bueno. Ahora dime —instigué entusiasmado llevándomelo al sofá, donde nos sentamos uno al lado del otro a disfrutar de la cebada— ¿Cómo ha estado todo por aquí?

—Uf. Han pasado cosas —murmuró con un gesto que indicaba que realmente habían sido muchísimas cosas y que contarlas sería cotilleo largo.

— ¡Anda, ya! ¡Me tienes intrigado! ¿¡Qué paso!? ¿¡Algo malo!? —insistí exasperado.

—No. Bueno, no sé. Hay cosas buenas. Otras... creo que depende del punto de vista —Su necesidad de restarle importancia a lo que esperaba que me contara con premura, estaba volviéndose exasperante.

— ¡Oh, por Dios! —dije abriendo los ojos como platos— ¿¡Vas a casarte con Martha!?

— ¿¡Qué!? —gritó mirándome con los ojos desorbitados por la locura que había dicho— ¡No! ¿¡Acaso te volviste loco!?

— ¿¡Por qué!? La mujer te gusta, tú le gustas a ella. ¡No estás en edad de ponerte quisquilloso! ¡Y ella tampoco! —bromeé y ambos nos reímos.

—Sigue burlándote y no te contaré nada —amenazó.

— ¡No, no, no! ¡De acuerdo! ¡De acuerdo! ¡Tregua! —exclamé entre risas alzando los brazos en señal de rendición.

—Mejor. Primero una buena —Guardó silencio por demasiado tiempo.

— ¡Oye! ¡Habla ya! ¡Me tienes en ascuas! —exigí.

—El refugio está listo y la inauguración será la próxima semana —dijo con una sonrisa en los labios, antes de dar otro sorbo a su cerveza

— ¿¡En serio!? —Di un salto de la emoción y no pude evitar sonreír como un bobo— ¡Por fin! ¡Es la mejor noticia que he recibido en años!

— ¡Lo sé, lo sé! —accedió con la misma felicidad que me embargaba a mí.

— ¡Ni siquiera puedo esperar para verlo! ¿Quieres venir conmigo? —Me puse de pie rápidamente, para salir corriendo a ver mi regalo para Alicia por fin terminado, pero Rupert me tomó el brazo y me hizo regresar.

—Ah, no. Tengo otras cosas que contarte —sentenció mucho menos animado que con la información anterior.

— ¿Qué pasa? —Volví a sentarme a su lado. La visita al refugio debía esperar.

—Thomas Bolton está en la cárcel.

— ¿¡Qué!? —exclamé mirándolo con incredulidad— No, no... —Sacudí mi cabeza como si yo estuviera alucinando— ...espera. No creo que hayas dicho lo que escuché. Repítelo.

Stand by you [TERMINADA ]  #BlueStarAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora