OO4 || LLAMADA TELEFÓNICA

41 0 0
                                    

La vida es nuestra, y la vivimos a nuestro modo.

METALLICA.

ABIGUEY SMITH

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ABIGUEY SMITH.

Aquella mañana del día martes estaba más agotadora que el día anterior. Estaba en mi última clase y no paraba de tomar apuntes sobre un proyecto que valía el 40% de nuestra calificación. Irónico que estemos empezando las clases y ya estén comenzando con los proyectos, pero así es esto. El instituto no perdona.

Solté un suspiro de alivio cuando la campana sonó. Guardé mis cosas con prisa y me dirigí con paso cansado a la cafetería para reunirme con mis amigas. Y es que aquella mañana había sido de sorpresas también: Allison estaba en mi misma clase. ¿Saben el martirio que es ver a una persona tan odiosa todo el tiempo?

Visualicé la melena negra de Keila y me aventé en la silla reflejando lo agotada que estaba. Reí por lo bajo y negué con la cabeza al ver los lentes de sol de Keila y su café en mano. Tenía una resaca que le dolía hasta el alma.

—¿Qué te da tanta gracia, Smith? –Keila le dio un sorbo a su café en un intento de hacer que la cafeína recorriese por sus venas.

—Ver tu sufrimiento –me encogí de hombros y saqué de mi bolso un cóctel de frutas. Sabía que a Keila le molestaba el hecho de que se rieran de ella, por eso disfrutaba de la escena.

—Abi... –gruñó.

—Ya, ya, chicas, cálmense –Ellie rió y cambió de tema– Me enteré que las Barbies se metieron contigo anoche.

—Yep, pero Matthew me ayudó a espantarlas, por así decirlo –introduje una uva a mi boca en un intento de esquivar la conversación, pero por supuesto que Ellie no iba a dejar que muriese tan facil.

—Ya lo conoces –frunció el ceño.

—¿Lo conoces? –preguntó Amy.

—Ni un poco –les lancé una mirada de confusión– ¿Por qué debería?

—De él es el chico que me preguntaste ayer.

La uva se me cayó de la boca. ¿Conocía a uno de los goodboys desde mucho antes? Era algo impresionante, y no es que me haga menos, pero alado de él soy prácticamente nada. Él habla con chicas que babean por él, se junta con chicos que están a su nivel... ¿por qué fue mi amigo? Y más aún, ¿por qué era lo único que recordaba antes de mi accidente?

—No puede ser posible –dije sin creérmelo aún.

Pero tenía sentido. Tenía expansiones, pestañas y cejas gruesas, sonrisa perfecta y sus ojos... diablos, son grises. Como los de mis sueños. Aunque no creo que él...

MÁS ALLÁ DE TUS OJOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora