El amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice.
CHARLES BAUDELAIRE
ABIGUEY SMITH
Solemos perder la noción del tiempo cuando tenemos una vida rutinaria, incluso creemos que el día se pasa volando de clase en clase, de escuela a casa, de casa a trabajo, de trabajo a casa, de casa a escuela y así hasta llegar al mismo punto.
Vivimos dentro de un ciclo y ni siquiera somos capaces de verlo.
Justo ahora me encontraba caminando hacia mi última clase, era la única chica que iba prácticamente corriendo por los pasillos del campus en un intento de no llegar más tarde de lo que ya iba. La suela de mis zapatos resonaba con eco por las cuatro paredes que me rodeaban y no pude evitar sentirme asfixiada.
Incluso me faltó el oxígeno cuando vi a Marianne Adams, la organizadora general. Era la encargada de realizar todos los eventos del campus, y con tan solo pensar aquello temí lo peor.
─¡Abiguey, hola! ─como si el destino estuviera en mi contra y leyendo mis pensamientos, Marianne se acercó animadamente a mí con un entusiasmo impresionante─ Me alegra verte por aquí.
─Marianne ─saludé con un asentimiento, haciendo malabares con todos los libros que me traía encima. Por desgracia no me dio tiempo de guardar nada en mi mochila y parecía payaso de circo intentando no caer sobre una gran pelota de hule, en este caso la pelota era el suelo.
─¿Te ayudo? ─la chica se acercó de forma preocupada y con otro asentimiento con la cabeza me quitó peso de encima.
─Gracias. ¿Qué se te ofrece? ─dije, intentando no sonar grosera ni que se notara mi evidente prisa.
─Bueno, sabrás que la fiesta de disfraces es este viernes y que la escuela hace el evento de Halloween ─comenzó, haciendo ademanes con sus manos sonriente─ La directora me dijo que buscara personas que pudieran ayudarme a adornar el gimnasio ese día. Le pedí los registros de los alumnos más aplicados en diferentes asignaturas y estuviste en ellos.
Oh, no.
─¿Me ayudarías? ─como si hubiera leído mi plan de escape, se postró enfrente mío suplicante─ El campus es enorme, una organizadora con sus diez voluntarios no acabarán para el viernes.
Cerré mis ojos con desesperación unos pequeños segundos para finalmente abrirlos un poco más tranquila. Solo un poco.
¿Cómo decirle que no? ¡Es Marianne Adams, por favor! Es una de las chica más tiernas y amigables de todo el campus, incluso me había enterado que siempre ganaba el puesto de miss simpatía en el campus, podría apostar que lo ganaría a nivel mundial también.
ESTÁS LEYENDO
MÁS ALLÁ DE TUS OJOS
Teen Fiction"El pasado siempre será parte de tu presente; aunque intentes huir de él, siempre habrá algo que te regrese al mismo", fueron las palabras que mi madre me dijo antes de marcharse por aquella puerta principal de la casa. Me gustaba creer que era un...