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«Temer al fracaso es duro, pero lo es más si estás arriesgando una amistad.»

Y entonces HoSeok me invitó a apoyarle en su competención de baile callejero... ㅡ El pobre estaba hablando prácticamente solo. ㅡ¿SoAh, qué te ocurre? Te noto distraída, ni siquiera me escuchas cuando te hablo.La paciencia de mi mejor amigo se iba disipando cada vez el tiempo seguía corriendo teniendo mis labios sellados. ㅡ¡Lee SoAh!

Mi mente estaba en otro mundo, uno llamado: Jeon JungKook. Y todo debido a mis palabras anteriores que me introdujeron en ese mundo lleno de dificultades y enigmas. Ansiaba el simple hecho de contarle a alguien las vehemencias que me hicieron llegar a este jodido punto, pero exactamente el chico que estaba a mi lado no era una gran opción. Me pidió básicamente que no volviese a mencionar el nombre del chico en cuestión, y yo voy y me apego a él como una lapa, porque claro, mi propuesta sigue en pie. Tendré que esperar unos minutos más hasta llegar a la cafetería en la que el rubio con rostro de ángel se encuentra trabajando junto a nosotros.

Kim TaeHyung se rindió por mi actitud ensismada llegando poco después a nuestro lugar de empleo por dos años.

Hey JiMinie, ¿Cómo te ha ido? ㅡ Conversaron un poco mientras yo seguía en silencio, pensando en cómo contárselo al rubito sin morir en el intento a manos de TaeHyung.

¿Está SoAh bien? ㅡ Cuestionó con un detonante de preocupación en su dulce voz.

No lo sé, después del recreo le ha dado por ser muda. Eso sí... ㅡ Empezó a especular. ㅡLa conozco como a la palma de mi mano y sé a la perfección que algo trama.

Aquella sospecha hizo que volviese a la realidad de una forma abrupta, mirando a ambos chicos con un ápice de nerviosismo.

Voy a ponerme el uniforme. ㅡ Desaparecí de sus campos de visión en cuestión de segundos, pudiendo escuchar antes un "¿Ves? Está rarísima"

Solté un suspiro terminando de abotonar mi camisa blanca, que quedaría gran parte cubierta por mi delantal con el logo de la cafetería parisina.

Mis manos se posaron en el pomo de la puerta, abriendo de una forma lenta y sigilosa. Tenía la temerosa necesidad de comprobar si el moreno se encontraba merodeando alrededor del rubio, para ello asomé mi cabeza de manera discreta. Básicamente acababa en convertirme en una niña pequeña cerciorándose de que su madre está dormida para comer algún dulce sin permiso.

Sin embargo, un gran alivio inundó mi pecho y una sonrisa se dibujó en mis labios. Le agradecí a todos los astros que debieron alinearse para concederme este gran favor y corrí hacia el solitario JiMin.

Pobre, le di un buen susto cuando le tomé del brazo después de correr como una demente hacia él, y menos mal que no gritó, podría haber firmado mi sentencia de muerte con solo un sonido agudo provocado por sus cuerdas vocales.

Debía contarle absolutamente todo en un lugar en donde no fuésemos descubiertos, pero eso era complicado.
No me quedó otra que llevarle al oscuro almacén, un lugar en el que podría confesarle todo a mi magnífico confidente y consejero.

JiMin, necesito contarte algo muy importante que TaeHyung no debe saber.Comenté consiguiendo un efecto negativo en el chico, estaba confundido.

Are you my destiny?『J.JK』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora