2.

328 26 0
                                    

Estoy en un bosque.

El olor a tierra mojada y la leve brisa me hacen respirar profundamente, hasta siento como mis pulmones agradecen tal acción.

Estoy descalza, con un vestido blanco y en mi mano izquierda sostengo una llave antigua, de esas que parecen hasta oxidadas.

Murmullos... no se detienen... sombras aparecen y desaparecen... quieren algo... no... me quieren a mí.

Trato de correr, pero mis piernas fallan y caigo de bruces al suelo.

Están rodeando... se ríen... se burlan...

*-*-*-*-**-*-**-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Me desperté de golpe, mi cuerpo estaba empapado de sudor y mis puños aún seguían apretados como en el sueño.

4 am.

Genial, aún me quedaban 3 horas para dormir aunque sabía perfectamente que no lo haría.

Me giré con frustración, los sueños de este tipo era frecuentes cada noche.
Nada cambiaba, ni si quiera cuando traté de ir en dirección contraria.

Cerré los ojos y controlé mi respiración, mi corazón sufriría un paro cardíaco si continuaba con ese ritmo tan acelerado.

¿Qué había hecho para merecer este tipo de sueño? Ni si quiera sabía su significado.

Así pasaron las horas hasta que tuve que levantarme y dirigirme al Instituto, no sin antes tapar un poco mis ojeras prominentes con maquillaje.

Caminé sola por los pasillos, mi novio había faltado a clases por tener a su pequeña hermana enferma y había querido cuidarla personalmente.

Por mi parte, además de Jseph no tenía ningún otro amigo o amiga debido a mis problemas para entablar conversación con desconocidos, y eso me traía bastante mal fama en mi entorno escolar.

-Disculpa- dijo una voz masculina a mis espaldas, por lo que me giré con una ceja alzada- ¿podrías decirme donde queda el salón de ciencias?.

-Oh, sigue por este pasillo y la última puerta del costado derecho es tu destino- expliqué con señas y él asintió sonriendo.

-Muchas gracias...-su silencio me indicó lo que quería saber.

-Jeon Jiwoo- aclaré y él nuevamente asintió.

-Kim Matthew- estiró la mano y yo se la estreché, sin evitar sentir un calor recorriendo por mi cuerpo- Bueno, será mejor que vayamos a clase.

-Eeh... si, si... adios- dije atropelladamente y sin esperar respuesta, salí corriendo hasta mi salón.

Miré hacía atrás y ni rastro de él, siendo que el pasillo estaba siendo transitado por un pequeño grupo de 3 personas y una pareja de novios que se dirigían en mi mismo sentido.

Antes de girar la perilla de la puerta e ingresar como todos los demás estudiantes, lo busqué nuevamente con la mirada y algo en mi se desilucionó... no, debía haber un error.

Mi corazón no bajaba la rapidez de sus latidos, y no precisamente el esfuerzo físico fue el culpable...

Más bien era por el calor que ese chico me había transmitido, si era similar a estar cerca de una fogata y yo... yo quería quemarme con él.






Kim Matthew, el príncipe de los infiernos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora