6.

181 28 0
                                    

Ya era costumbre.

Matthew se acercaba, hablaba un poco con Jseph y después aprovechaba alguna distracción para entregarme la bolsita con mucha discreción.

Cada vez tenía más problemas guardando las sensaciones que Matthew le provocaba a Somin y ella a mi, por lo que le había pedido que me entregara más rápido las piedras y se marchara o se podría malinterpretar.

Para mi pesar, creía que si compraba estas piedras en alguna tienda el asunto se terminaría y por fin todos seríamos felices, pero lamentablemente, debían ser las mismas que ella le regalo por primera vez a su príncipe y éste ahora depositaba más poder en ellas antes de devolverselas.

Ahora dormía mejor, aunque el desagrado por las clases de natación continuaban y eso me ponía de malas.

Jiwoo... ¿Puedes oírme?

-Si- susurré mentalmente.

Genial... ya queda poco...

-¿Para qué?.

Hoy no me verás en sueños...

-¿Jeon Somin?.

Abracé por la espalda a mi novio, quien veía un video en el teléfono pero lo dejó para prestarme atención.

-¿Quieres?- preguntó alzando el pote de papas fritas y yo inmediatamente le saqué 3.

Le di la vuelta a la banca y me senté a su lado, alzando mis piernas por sus muslos.

-Te he notado más descansada... pero a la vez más distante- comentó sin mirarme, con un tono de voz que cubría su dolor- y de pronto tan cercana a Matthew...

-Jseph...- susurré rozando levemente sus mejillas- Amor, mirame...

-Primero me mientes, luego no me dices que te pasa y finalmente te alejas- dijo mirándome a los ojos mientras los suyos se aguababan un poco, aunque se los limpió rápidamente con la manga de su poleron- si hice algo mal...

-Nonono- me apuré a decir, sintiéndome de lo peor- no haz hecho nada malo... yo sólo he tenido algunos temas en casa.

No mentía, cada vez que recibía una nueva piedra y la conexión con Somin aumentaba, ellos sospechaban cada vez más de mi actuar...

-¿Y por qué no me dijiste?- preguntó dolido, y con justa razón teniendo en cuenta que lo había alejado.

-No sé, realmente estoy con la cabeza en las nubes y con respecto a Matthew, me parece una buena persona- me encogí de hombros al decir lo último.

Jseph lo sopesó por un momento y sonrió, sacando todo el peso de mis hombros.

-Esta bien, pero no me alejes más- y yo asentí mientras enrollaba mis brazos en su cuello y quedaba sentada en sus muslos- Creo que te diré más seguido cosas como estas para que me abraces así.

Yo reí tratando de alejarme, pero él me sostuvo firme impidiendolo.

Realmente lo amaba aunque no sea cariñosa todo el tiempo, y me dolía pensar que me alejaran de él como sucedió con Matthew y Somin.

Kim Matthew, el príncipe de los infiernos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora